El presidente de la Reserva Federal de San Luis, James Bullard, advierte de que la crisis generada por la Covid-19 puede dar lugar a una oleada de quiebras empresariales que acabe desencadenando en una crisis financiera. Bullard alerta por ello de la necesidad de poner el foco en la gestión sanitaria de la crisis para evitar males mayores en la economía. Los comentarios de Bullard coinciden con un aumento de las infecciones en varios estados de EEUU (Texas, Florida, California y Arizona) que mantiene en vilo a las autoridades del país.
"Todavía estamos en medio de la crisis aquí", advierte en una entrevista concedida al diario Financial Times en la que deja claro que "a pesar de que superamos la ola inicial del período de marzo a abril, la enfermedad todavía es bastante capaz de sorprendernos". Por ello Bullard hace hincapié en que "sin una gestión de riesgos adecuada por parte de la política de salud, podríamos tener una ola de quiebras sustanciales y [eso] podría alimentar una crisis financiera".
"En cualquier crisis, creo que debemos tener en cuenta que puede haber giros y vueltas", sostiene el máximo responsable de la Fed de San Luis, que ha apostado además por la prudencia a la hora de mantener las líneas de crédito extraordinarias que el emisor ha puesto en marcha para tratar de minimizar el impacto de la pandemia sobre la economía.
La controvertida compra de bonos corporativos
Recientemente, el banco central de EEUU anunció que extendía sus esfuerzos para respaldar el mercado de deuda empresarial mediante la compra de un "índice de mercado amplio y diversificado" de bonos corporativos estadounidenses en el mercado secundario, incluyendo los conocidos como 'ángeles caídos', empresas que estaban situadas en el grado de inversión pero que, debido a la crisis, se han situado en el grado de especulación,
Ante quienes critican que el organismo ha ido demasiado lejos en sus esfuerzos por apuntalar los mercados financieros, inflando artificialmente los precios de los activos y ayudando a las empresas estadounidenses, Bullard reconoce que los esquemas son "controvertidos", pero incide en que la liquidez de la deuda corporativa se probó al principio de la crisis y que las políticas de la Fed han servido como un "respaldo" importante, incluso si no se usaban demasiado.
"Con todos estos programas, la idea es asegurarse de que los mercados no se congelen por completo, porque eso es lo que lo lleva a una crisis financiera", asegura. "No es mi caso base, pero es posible que empeoremos en algún momento en el futuro". Bullard cree, de hecho, que lo peor del golpe económico se produjo en el segundo trimestre del año.
Las actas de la última reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (del 9 al 10 de junio) publicadas el miércoles mostraron que muchos banqueros centrales de EEUU ven necesaria una orientación más firme sobre el camino a seguir con los tipos de interés y las compras de activos. Bullard no ve necesario un movimiento rápido en esa dirección, al considerar que la señalización actual ya es "muy efectiva". "La situación en la que estamos ahora es que el comité espera mantenerse bajo, los mercados también esperan que nos mantengamos bajos, y esto probablemente no tendrá consecuencias inflacionarias", considera Bullard.
El presidente de la Fed de San Luis se muestra, además, escéptico en torno a una medida de choque de la que ha venido hablándose a raíz de la crisis del coronavirus, el control de la curva de tipos, que fue aplicada por última vez en el país durante la Segunda Guerra Mundial.
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