Máximos históricos

La factura gasista amaga con duplicarse hasta 20.000 millones de euros anuales

Los precios del gas natural siguen desbocados en los mercados por el aumento de la demanda global para generar electricidad, la llegada del invierno y las dudas sobre el suministro previsto desde Rusia.

Los precios del gas alcanzan nuevos máximos históricos en España.
Los precios del gas alcanzan nuevos máximos históricos en España.
Pixabay

El Mercado Ibérico del Gas Natural (Mibgas) cerró 2019, un par de meses antes del inicio de la pandemia, relatando que había sido el mercado más barato en Europa durante el invierno para este combustible e, incluso, apuntilló con los precios llegaron a marcar un mínimo histórico de 8 euros por MWh el 2 de noviembre de aquel año. Menos de dos años después, el escenario de precios se ha vuelto radicalmente distinto y las cotizaciones se han ido al otro extremo con 78,99 euros por MWh, un 887% más. 

En el caso de Mibgas, que existe desde 2015, los precios actuales están en zona récord, al igual que el TTF del hub gasista holandés (85 euros/MWh), referencia para Europa. Para el Henry Hub, el que marcador al que miran en EEUU, la cotización se situó este martes por encima de los 6 dólares por mmBTU, niveles de 2014 y amenaza con trasladarse a cotas no vistas desde 2008, que vivió el verano energético más caliente de la historia -y el actual récord del petróleo- antes del estallido de la crisis financiera subprime.

Se duplica la factura y se triplica el coste de la materia prima

La escalada de los precios está amenazando con triplicar el coste de la materia prima necesaria para mantener el sistema gasista en España, que ha experimentado un drástico aumento en su dimensión en los últimos años por el uso intensivo de este combustible como respaldo de la inestable energía renovable y como sustitutivo del carbón. En 2020, debido a los mínimos históricos en el gas, España tuvo una factura en importaciones de gas de 5.044 millones de euros, mientras que el coste total del sistema (incluyendo impuestos, distribución, Castor, infraestructura…) se situó en los 10.191 millones. Fuentes del sector consultadas por ‘La Información’ estiman que la primera cifra se triplicará hasta los 15.000 millones en 2021, mientras que la segunda se duplicará hasta superar los 20.000 millones.

No solo influyen los precios en la factura gasista del país, sino que la demanda ha crecido de forma importante. Por ejemplo, a pesar del cerrojo económico de la pandemia del Covid-19 cuando la industria llegó a parar sus máquinas, el consumo de gas natural en España en 2020 fue un 3,1% superior al registrado en 2018 y ha sido el segundo más alto desde 2012, según datos de Enagás. "Son datos que ponen de manifiesto el papel clave del gas natural en el proceso de descarbonización", explica el gestor de la red en su informe anual. De hecho, la sustitución del carbón por gas natural en el mix eléctrico permitió en 2019, el último año pre-pandémico, que se redujese un 25% interanual el volumen de emisiones de CO2, o 14 millones de toneladas menos de carbono evitadas a la atmósfera.

Gas a cualquier precio

Las fuerzas de la demanda por la reapertura global de las economías de América, Europa y Asia lleva presionando al alza los precios desde verano. Pero el proceso inflacionario se está acelerando conforme se acerca el invierno y los países tienen que llenar sus reservas de gas para calefacción, además de seguir usándolo como fuente de respaldo de las renovables a la hora de generar electricidad. La incertidumbre sobre el suministro no solo se cierne a exportadores como Rusia, Noruega o Argelia, sino a la propia capacidad que tienen para suplir la retirada de EEUU, que está consumiendo más de su propio gas en lugar de exportarlo, o la voracidad de China.

Hay varios escenarios posibles podrían resolver la crisis energética, según los expertos. "En China, aliviar las restricciones a la minería nacional de carbón podría aliviar la escasez de suministro de carbón y aliviar los precios, pero esto requeriría un retroceso temporal en la agenda ambiental. Además, una represión forzada de la actividad de criptominería podría liberar electricidad para actividades económicamente relevantes. Vemos ambas medidas en marcha. En Europa, los suministros de gas natural noruegos y rusos podrían recuperarse de las interrupciones planificadas y no planificadas de este verano, lo que en parte ya está sucediendo", explica Norbert Rücker, economista del banco suizo Julius Baer.

Es la clave de la espiral de récords. La dependencia de los países del gas natural para calentar hogares e industrias eléctricas en medio de los esfuerzos por dejar el carbón se ha hecho más visible que nunca, pero la crisis actual ha puesto de manifiesto que no hay suficiente capacidad de suministro para dar energía a la recuperación post-pandemia y recargar las reservas antes del invierno al hemisferio norte. Los precios de la luz se han convertido, de rebote, en los grandes damnificados de este boom gasista con precios diarios en las subastas cercanos a los 200 euros por MWh.

"En términos más generales, la generación de electricidad a partir de energías renovables podría recuperarse estacionalmente de los mínimos inusuales observados a principios de este año, tanto en Europa (eólica) como en China (hidroeléctrica). Algunos participantes del mercado dicen que el uso del petróleo para la generación de energía llenará los huecos de la brecha, pero creemos que la economía sigue ante un desafío y somos escépticos sobre un cambio temporal importante del uso del petróleo hacia la generación de energía", añaden desde Julius Baer.

En el primer trimestre de 2021, según los últimos datos de Eurostat, las importaciones netas totales de gas extracomunitarias hacia Europa alcanzaron los 78,5 bcm (millardos de metros cúbicos), un 3% (2,5 bcm) menos que los 81 bcm del mismo período de 2020. Los cinco mayores importadores de la UE fueron Alemania (22 bcm), Italia (17 bcm), Francia (10 bcm), España (8 bcm) y Bélgica (6 bcm), que representaron en conjunto más del 85% de las importaciones netas de gas de la UE entre enero y marzo.

En ese periodo, Estados Unidos fue el mayor proveedor de GNL (gas natural licuado) para Lituania (83% del total de las importaciones de GNL), Croacia (67%), Países Bajos (65%) y Grecia (48%), además de ocupar el segundo lugar en Polonia (37%), Francia (28%) y España (17%). Sorprendentemente, Rusia ocupó un papel secundario en el arranque de 2021 para los países de la zona euro. Fue el mayor proveedor en Finlandia (78% de las importaciones totales de GNL del país), Suecia (76%), Bélgica (66%), los Países Bajos (45%) y fue el segundo mayor en Portugal (28%), el Países Bajos (25%) y Lituania (16%). Para Francia y España, Argelia fue su principal proveedor.

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