Por debajo de 13

Los inversores se confían: el índice VIX cae al mínimo del pre-crash de enero de 2020

El brusco rally alcista de las bolsas desde mediados de octubre ha colocado al apodado como  'índice del miedo' financiero en niveles históricamente bajos que no se veían desde hace casi cuatro años.

El índice VIX ha caído a mínimos de cinco años.
El índice VIX ha caído a mínimos desde enero de 2020.
NYSE vía L. I.

¿Máxima confianza o complacencia?  El potente rally de las bolsas registrado durante el último mes ha llevado a uno de los sensores de alerta temprana del mercado a bajar la guardia y situarse en niveles extremos. El índice VIX, que mide la volatilidad sobre las opciones del S&P 500, cayó este lunes por debajo de 13 unidades, una lectura que no se registraba desde mediados de enero de 2020, justo antes de que comenzase el crash bursátil vinculado a la pandemia del Covid-19.

El pasado 17 de octubre, como publicó 'La Información', el citado indicador alcanzó máximos desde marzo de este año cuando se produjo la crisis de los bancos regionales en EEUU en torno al Silicon Valley Bank (SVB Financial) y Credit Suisse tuvo que ser rescatado por el Gobierno suizo y su rival UBS

El VIX, también conocido como el índice de volatilidad CBOE o indicador del miedo financiero, mide la magnitud de los cambios de cotización en un activo financiero durante un periodo de tiempo, en este caso, usando como subyacente el S&P 500, la referencia de las bolsas estadounidenses por su amplitud y capitalización.

Oficialmente mide la volatilidad implícita del mercado de valores a través de la negociación en las opciones de compra y venta. Un VIX alto indica una fuerte volatilidad y la posibilidad de movimientos bruscos en el mercado, mientras que un VIX bajo sugiere una menor volatilidad y estabilidad. Oficiosamente actúa como una especie de oráculo de lo que viene por delante en el corto plazo. 

Sin embargo, hay quien lo ve como una señal contraria que luego sigue la evolución del mercado debido a que cuando alcanza niveles extremos el mercado está mayoritariamente posicionado en una dirección y las estadísticas apuntan a que es más habitual que acaba girándose. La propia subida del VIX suele estar acompañada de caídas en las bolsas o malas noticias desde el punto de vista financiero.

Del pesimismo a un panorama tranquilo

Después de un periodo correctivo de cinco meses, de julio a octubre, los mercados han dado un giro hacia el optimismo bajo la creencia de que los dos bancos centrales han dejado de subir los tipos de interés, pero sobre todo pensando en que el objetivo de la inflación estable se ha alcanzado y no se ha producido la tan temida recesión brusca.  En esta línea se posicionan los analistas de Barclays Capital en su informe de perspectivas para 2024. "La hipótesis de base de nuestros economistas es la de una desaceleración mundial contenida en lugar de una recesión profunda en 2024. Se espera que el crecimiento de EEUU y la UE se estanque a mediados de año debido al efecto retardado del endurecimiento de las políticas monetarias", apuntan.

Parte de la explicación de que el índice VIX se haya enfriado -con una caída superior al 50% desde los máximos de octubre- se debe a la entrada de dinero de forma progresiva a través de los ETFs o fondos cotizados de cara al año que viene. Según datos de Bloomberg, los inversores han apostado con fuerza por la indexación a compañías con dividendo a través de estos vehículos especializados, que han registrado suscripciones por valor de 60.000 millones de dólares en EEUU en 2023.

Sin embargo, la recuperación de las bolsas se ha producido sobre todo en los valores de tecnología. "El posicionamiento, aunque ya no deprimido, es leve y la mayoría de los tipos de inversores tienen capital disponible para volver asumir riesgos. Pero claro, si se produce un aterrizaje brusco, habrá amenaza de capitulación, dada la elevada exposición a la renta variable del sector minorista en EEUU", explican.

La estabilidad de estas compañías en bolsa, que fidelizan e incentivan la permanencia del inversor que busca rentas periódicas sin grandes fluctuaciones, ha permitido también que se extienda la calma, junto a una temporada de resultados corporativos que ha dejado un buen sabor de boca en los grandes valores. La pausa de la Fed y el BCE con los tasas de interés también ha sido un bálsamo bursátil. 

"Es probable que hayamos dejado atrás los tipos máximos, lo que normalmente ha sido bien recibido por los mercados de riesgo y significa que los PER (relación entre la cotización en bolsa y el beneficio por acción) deberían estar más amortiguados. La relación riesgo-rentabilidad de los bonos también está mejorando, pero a falta de una recesión profunda, los recortes de tipos que se descuentan actualmente en EE. UU. nos parecen demasiado agresivos", argumentan desde Barclays.

Los expertos de la firma británica todavía esperan un aumento del BPA (Beneficio por Acción) del 4%-5% en 2024 en Europa, lo que hace que el riesgo de crédito pueda ser manejable en un torno de refinanciaciones corporativas cuyo impacto sobre los beneficios será limitado, según Barclays. No obstante, el banco advierte de otra variable que puede dejar en papel mojado cualquier previsión. 

"La geopolítica, aunque no es el principal motor de los mercados, puede dar lugar a episodios de volatilidad, dado el apretado calendario de 2024: el 45% de la población mundial celebrará elecciones, continúan las guerras de Ucrania e Israel, la mayoría de las economías de los países desarrollados se encuentran en una débil situación presupuestaria y las materias primas están tensionadas", alertan. El VIX, como casi siempre, volverá a ser una de las alarmas que más temprano suene.

Mostrar comentarios