Incertidumbre en los mercados

Más allá de SVB y Credit Suisse: el riesgo que supone la banca 'en la sombra'

La reciente evolución de los mercados ha reavivado el riesgo de una crisis bancaria a escala global, obligando a los bancos centrales como la Fed a volver a abrir los grifos de liquidez pese a la inflación.

Sede del Silicon Valley Bank en Santa Clara (California).
Sede del Silicon Valley Bank en Santa Clara (California).
XINHUA vía Europa Press

Los últimos acontecimientos en los mercados han avivado la llama del riesgo a una crisis bancaria a nivel global. En los últimos días, hemos asistido a la mayor quiebra de un banco en más de 15 años con el fallo de Silicon Valley Bank (SVB Financial). Más adelante, la tensión se trasladó al otro lado del Atlántico con Credit Suisse, que ha quedado pendiente de un rescate público este fin de semana

Dos bancos más pequeños también quebraron la semana pasada. “Es demasiado pronto para saber qué tan extenso es el daño”, comenta Larry Fink, consejero delegado de BlackRock, en una reciente carta publicada y dirigida a sus inversores. La respuesta regulatoria hasta ahora ha sido rápida y las acciones decisivas han ayudado a evitar los riesgos de contagio. Pero los mercados siguen al límite. ¿Serán los desajustes entre activos y pasivos la segunda ficha de dominó en caer?

“Los ciclos de endurecimiento previos a menudo han llevado a colapsos financieros espectaculares, ya sea la Crisis de Ahorros y Préstamos que se desarrolló a lo largo de los años ochenta y principios de los noventa o la bancarrota del Condado de Orange, California, en 1994. En el caso de la Crisis de S&L, fue un ‘crisis lenta’, una que simplemente continuó”, analiza Fink. Duró alrededor de una década y se hundieron miles ahorradores.

“Todavía no sabemos si las consecuencias del dinero fácil y los cambios regulatorios repercutirán en todo el sector bancario regional de Estados Unidos (similar a la crisis de S&L) con más incautaciones y cierres por venir”, añade el CEO de BlackRock. La duda, entonces, está en el nivel de contagio que puede haber con el frente que se ha abierto con los bancos.

Un estudio publicado el viernes por el proveedor independiente CreditSights destaca que SVB es un caso único entre los bancos regionales estadounidenses, ya que su cartera de préstamos está dirigida en un 79% a los sectores de tecnología y fondos de capital riesgo, mientras que sus homólogos como PNC, CFG, RF, FITB, TFC, CMA, USB, KEY tienen una exposición que oscila entre el 1% y el 4%.

David Knutson, responsable de gestión de productos de renta fija de Schroders, afirma: “La cuestión sigue siendo si otros bancos estadounidenses están en peligro”. Desde su punto de vista, algunos bancos comunitarios más pequeños con franquicias de depósitos concentradas pueden ser vulnerables.

Estamos analizando detenidamente el impacto que el endurecimiento cuantitativo (es decir, la retirada por parte de la Reserva Federal de su programa de compra de bonos), junto con la rápida subida de los tipos, está teniendo en los flujos de depósitos a través del sistema, por lo que nos sentimos muy cómodos con la liquidez de los principales bancos estadounidenses”, cuenta.

“No vemos ningún motivo fundamental para el contagio de las cotizaciones bursátiles que se ha producido esta semana, ya que estos bancos no parecen estar sufriendo ninguna salida de depósitos preocupante, ni muestran ningún signo de deterioro de la calidad de sus activos”, expone en un reciente informe Jérémie Boudinet, responsable de Crédito de Grado de Inversión de La Française AM.

Además, los grandes bancos estadounidenses están sujetos a dos ratios de liquidez diseñados con arreglo a las normas de Basilea III: el Ratio de Cobertura de Liquidez y el Ratio de Financiación Estable Neta, a diferencia de los bancos más pequeños, como SVB. Por último, la economía estadounidense sigue beneficiándose de un contexto macroeconómico positivo, que debería sostener el balance y las métricas de pérdidas y ganancias en los próximos trimestres.

El verdadero riesgo de contagio: la banca en la sombra

Sin embargo, quizá no esté todo bien atado. Boudinet explica que llevamos años sosteniendo que Basilea III y las normativas bancarias posteriores en todo el mundo han obligado a los bancos a desapalancarse en gran medida y a prohibirles realizar actividades de mayor riesgo, como capital riesgo, préstamos privados, posesión de acciones de empresas, etc. “Estas actividades se han transferido al llamado ‘sector bancario en la sombra’, que opera con empresas no reguladas o insuficientemente reguladas”, advierte.

Años y años de tipos bajos, políticas monetarias no convencionales y estímulos fiscales han alimentado el sector bancario en la sombra hasta convertirlo en un monstruo con muchas áreas difíciles, si no imposibles, de controlar. “El futuro de esta industria depende de las perspectivas macroeconómicas y de inflación para los próximos trimestres, y es imposible en este momento decir qué ficha del dominó puede caer a continuación”, comenta Boudinet.

En su opinión, los mercados financieros y los reguladores deberían prestar más atención a estos actores, en lugar de a los bancos estadounidenses y europeos, que ya están adecuadamente capitalizados y regulados. La desaparición de Silvergate y SVB bien podrían ser los canarios en la mina de carbón de este sector, junto con las puertas blandas que está imponiendo Blackstone a su fondo inmobiliario privado, por ejemplo.

Por supuesto, el aumento de los impagos en el sector bancario en la sombra tendrá consecuencias para los bancos de todo el mundo, pero las entidades de crédito son lo suficientemente robustas como para soportar tales consecuencias, gracias a los vientos de cola regulatorios de los que se benefician.

“Las consecuencias de una teórica crisis en toda regla en el sector bancario en la sombra -de nuevo, no es nuestro caso base- repercutirían en todos los sectores cíclicos de la economía, entre ellos los bancos, pero su naturaleza sobrerregulada debería protegerlos en gran medida”, advierte el experto de La Française AM.

“Aunque el sector bancario no puede escapar a las desgracias macro y microeconómicas del sector bancario en la sombra, no es responsable de los excesos que se han extendido estos últimos años y no debería sufrir tanto por estos impagos, gracias a la solidez de sus balances, las elevadas cantidades de activos líquidos y la posible indulgencia reguladora, como ocurrió durante la pandemia”, concluye Boudinet.

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