Reunión mensual del BCE

Vídeo | Mercados al borde de un ataque de nervios: cómo reaccionará Lagarde

La entidad tiene que actualizar sus perspectivas macroeconómicas que contemplan, en principio,  un avance del PIB del 3,9% este año en la zona euro que se aceleraría al 4,2% el próximo.

Lagarde urge a los líderes de la UE a que aprueben rápido un plan "ambicioso"
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EFE

Los mercados están al borde de un ataque de nervios. Demasiada dependencia de los estímulos billonarios y las medidas de choque... y demasiada inseguridad. Tanta, que cualquier dato o mensaje que no termina de convencerles hace que se vengan abajo. Sin medias tintas. Ante el miedo creciente un repunte de la inflación abrupto -pese a la fragilidad de la recuperación económica y a que no se prevé que la subida de los precios alcance el objetivo del 2% antes de finales de 2032 en la zona del euro-, a la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, le va a tocar ser más contundente que nunca en la rueda de prensa posterior a la reunión del consejo de gobierno de este jueves. 

De Lagarde se espera un mensaje categórico en dos aspectos que son los que generan especial incertidumbre entre los inversores y que han provocado una tensión 'extra' las últimas semanas, a raíz del aumento de los rendimientos de la deuda en el mercado secundario. Primero, a la hora de dejar claro que no habrá anticipación alguna por parte de la entidad en la subida de los tipos de interés. En segundo lugar, al constatar que el emisor mantendrá una "vigilancia" extrema para que las condiciones de financiación sigan siendo positivas tanto en lo que respecta a los gobiernos, como a las familias y a las empresas. 

En otras palabras, lo que se espera es que el banco central mantenga un tono muy acomodaticio para preservar las facilidades de financiación y garantizar que los bajos tipos de interés se trasladen a la economía real, apoyando así la recuperación y la convergencia de la inflación en todos los países europeos hacia el objetivo del 2%. Ese sería el escenario ideal para todos y lo que serviría para trasladar algo de calma a los inversores y a los diecinueve gobiernos del área del euro.

Con más fuerza en Estados Unidos, pero también en Europa, el miedo a un sobrecalentamiento de la economía que pueda estimular la inflación más de lo previsto ha disparado recientemente la rentabilidad de los bonos soberanos. La del español a 10 años se mueve por encima del 0,35%, por lo que se ha multiplicado por más de seis en lo que llevamos de ejercicio. En la deuda, el interés se comporta en sentido inverso al precio y la situación actual supone que los inversores están deshaciéndose de su papel por el temor a que un aumento brusco de la inflación erosione la rentabilidad real de la deuda con vencimientos a más largo plazo.

El BCE debería incidir en que hay menos riesgo en hacer más que en no hacer lo suficiente

Ese aumento de los tipos a largo plazo en la zona euro, a raíz del incremento de los estadounidenses, es motivo de preocupación también en el seno de la entidad, como han dejado claro miembros de la junta ejecutiva del BCE como Philip Lane o Isabel Schnabel, mientras que otros, como Jens Weidman, presidente del Bundesbank, han preferido ponerla en perspectiva. Es por ello que en el mercado se espera también que el BCE reitere su capacidad para ajustar sus herramientas si es necesario y, al igual que la Fed, incida en que hay menos riesgo en hacer más que en no hacer lo suficiente.

En caso de que los rendimientos marchen incómodamente al alza, cabría esperar que el BCE intensificase las intervenciones verbales y aumentase las compras de su programa antipandemia (PEPP, por sus siglas en inglés, de 1,85 billones de euros). "Es posible que el BCE institucionalice estas consideraciones mediante su inclusión en el comunicado de presentación de marzo, declarando un cuidadoso seguimiento de la evolución de los rendimientos y la preparación para actuar, algo similar a las actuales intervenciones del BCE sobre la divisa", sostiene Konstantin Veit, senior portfolio manager en Pimco.

El BCE probablemente confía en que en la primera mitad del año no serán necesarias grandes decisiones de política monetaria y en que las condiciones permitan centrarse intensamente en la revisión de la estrategia en curso. Una vez que los efectos relacionados con la pandemia en la senda de la inflación se hayan neutralizado suficientemente a través de medidas políticas temporales como el PEPP y las agresivas TLTRO, "creemos que los instrumentos de compra de activos más regulares volverán a cobrar importancia para afinar la orientación de la política monetaria posterior a la pandemia a partir de 2022", apuntan desde la mayor gestora de renta fija del mundo, mientras que los tipos de interés seguirían en un segundo plano.

Nuevas previsiones macroeconómicas

Además, el banco central tiene que actualizar sus perspectivas macroeconómicas. En principio, no parece que vaya a moverlas de las últimas cifras publicadas, que contemplan un avance del PIB del 3,9% este año que se aceleraría al 4,2% el próximo. La inflación general podría revisarse significativamente al alza este año, pero hasta el 1%, debido sobre todo al encarecimiento del petróleo. "En cambio, no esperamos revisiones importantes en las proyecciones de inflación subyacente (1,4% en 2023), dado que no se ha modificado la opinión sobre el actual grado de debilidad de la economía", mantienen desde François Rimeu, estratega senior de la gestora gala La Française AM.

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