Las relaciones entre España y EEUU

Biden sigue sin llamar a Sánchez... pero las empresas españolas hacen su agosto

117. Esos son los días que lleva el demócrata en la Casa Balnca. Y es también el tiempo que acumula sin contactar el presidente de la nación más poderosa del mundo con su homólogo español. 

Biden sigue sin llamar a Sánchez... pero las empresas españolas hacen el agosto
Biden sigue sin llamar a Sánchez... pero las empresas españolas hacen el agosto
EFE

117. Esos son los días que lleva Joe Biden en el gobierno de los Estados Unidos y es también el mismo tiempo que lleva Pedro Sánchez sin recibir la deseada llamada del presidente de la nación más poderosa del mundo.

China, Rusia, Canadá, México, Reino Unido, India, Francia, Alemania, Australia, Corea del Sur, Francia, Argentina, Italia, Nueva Zelanda, Jordania, Costa Rica… la lista de países comienza a ser demasiado larga, pero, sin embargo, Biden continua sin marcar el +34 para hablar con el presidente del Gobierno de España. 35 días es lo que tardó Donald Trump en telefonear a Mariano Rajoy. Un periodo mucho más largo que los escasos 4 días con los que Barack Obama privilegió a José Luis Rodríguez Zapatero para ponerse en contacto con Moncloa tras alcanzar la Casa Blanca.

La cuestión no alarma (todavía) al gabinete del presidente Sánchez, que considera que los contactos ya establecidos con la Administración estadounidense a través de la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, y las continuas llamadas con el Ministerio de Defensa para fortalecer las relaciones en materia de seguridad son una muestra clara del buen momento de las relaciones entre EEUU y España. Sin embargo, 117 días, 16 semanas y media, es mucho tiempo para que los máximos mandatarios de dos países tan importantes en la escena internacional no hayan tenido un contacto directo que formalice la normalización de las relaciones entre el gigante americano y una potencia media como es España.

Las cuestiones institucionales pendientes

Desde el plano institucional, la apuesta de la Administración Biden por el cambio climático se ha visto compensada con la intervención de Pedro Sánchez en la cumbre virtual sobre el Clima. Un encuentro auspiciado por la Casa Blanca y que reunió a más de 40 líderes mundiales. El sentido de la reunión fue unidireccional: EEUU anunció su intención de recortar entre el 50 y el 52% de sus emisiones con respecto a 2005. Sánchez aprovechó este cónclave virtual para recordar los esfuerzos de España en pro del recorte de las emisiones de CO2, la apuesta del país por las energías renovables y el compromiso de nuestro Estado con la transición hacia un modelo energético sostenible y verde.

Durante el mismo periodo de tiempo, el Ministerio de Defensa ha aprovechado para prorrogar por un año el convenio de defensa con EEUU. Un tratado que permite la presencia de las tropas estadounidenses desplegadas en Rota y Morón. La estrategia del Ministerio que dirige Margarita Robles pasa por permitir a la administración entrante preparar las líneas maestras de su política militar y centrarse, durante el año en curso, en negociar un nuevo marco jurídico en el que España pueda salir beneficiada, tanto estratégica como económicamente. La militar es una cuestión que se basa en la relación secular entre dos ejércitos habituados a colaborar directamente, con independencia de la relación puntual que pueda existir entre los presidentes de ambos lados del Atlántico.

Y mientras las empresas hacen su agosto…

En realidad, la actividad económica hace mucho tiempo que dejó de depender de las llamadas telefónicas institucionales. Por el contrario, las empresas españolas en EEUU han aprovechado la ocasión para pugnar por un pellizco de los dos billones de dólares con los que los norteamericanos desean transformar su país. El plan Biden de energía limpia e infraestructuras contempla la eliminación radical de emisiones contaminantes. Para ello subvencionará gran parte de las actuaciones de empresas, nacionales y privadas, que lleven a buen puerto este deseo y que cierren contratos laborales con trabajadores del país.

A las conocidas aspiraciones de Iberdrola por hacerse fuerte en EEUU a través de la energía eólica se suma la reciente operación de Repsol en renovables

Entre todas ellas, Repsol, Iberdrola, Acciona, Siemens - Gamesa e incluso ACS están apostando fuerte por este mercado. A las conocidas aspiraciones de Iberdrola por hacerse fuerte en Norteamérica a través de la energía eólica se suma la reciente operación de Repsol en el mercado de renovables. La adquisición del 40% de Hecate Energy supone un paso de gigante en el desarrollo de casi medio centenar de GW fotovoltaicos y almacenamiento a través de baterías: las dos líneas maestras de la estrategia de Biden para conseguir su objetivo de reducción de emisiones.

Iberdrola y Repsol no son las únicas compañías que han demostrado no necesitar de llamadas entre presidentes. Acciona busca en los Estados Unidos aquello que España no parece que quiera darle. Bajo el título de la diversificación de operaciones, la firma de José Manuel Entrecanales tiene previsto incrementar su capacidad de energía renovable en Norteamérica: un mercado que conoce bien y al que parece dispuesta a centrarse en los próximos meses y años.

No hay tres sin cuatro. Naturgy anunció en enero su intención de invertir 1.500 millones de euros a través de la compra de la cartera fotovoltaica de Hamel. La operación, estratégicamente estudiada apenas unos días antes de la toma de posesión del nuevo presidente, coincide en su finalidad con la de Repsol: 8 GW de generación solar y 4,6 de almacenamiento, el auténtico factor de éxito para triunfar en el país americano. Esta operación supuso la primera inversión de la empresa de Francisco Reynés en EE. UU, en una apuesta “por crecer en energías renovables en geografías estables y proyectos en fase inicial de desarrollo”.

ACS es desde enero el mayor contratista en el país, con una cartera de 30.000 millones en proyectos estratégicos

Junto al sector energético, el constructor supone la otra pica en Flandes de nuestro país en el corazón de la América de Biden. ACS es desde enero el mayor contratista en el país, con una cartera cercana a los 30.000 millones de euros con proyectos altamente estratégicos, como los del aeropuerto de San Diego y Hampton Roads en Virginia. En este sector, ACS es, sin lugar a dudas, la niña mimada de la nueva administración, fruto de un trabajo continuo desde 2005 y que ha llevado a la empresa de Florentino Pérez a ser la ‘reina europea’ de las obras en el país de las barras y estrellas.

Sánchez sigue sumando días sin recibir la llamada de Biden. Hasta el momento las relaciones entre ambos países, lejos de empeorar, han dado un paso adelante. Igual los teléfonos deben seguir sin sonar para no interferir en un momento en el que hablar español está de moda en las licitaciones públicas en todos y cada uno de los 51 Estados de la Unión.

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