La pérdida de credibilidad de EEUU 

El G-7 busca una salida para la crisis económica tras el azote de la pandemia

Los líderes de las economías más desarrolladas celebran la cumbre que diseñará la hoja de ruta de la recuperación, con el foco en "la clase trabajadora", y dará otro impulso al impuesto mínimo de Sociedades.

El G7 diseña la recuperación económica para el mundo pospandemia
El G7 diseña la recuperación económica para el mundo pospandemia
EFE

Comienza la cumbre que marcará el mundo pospandemia. Los líderes de las siete economías más desarrolladas se reúnen en Cornualles, Inglaterra, para celebrar el G-7 que diseñará la hoja de ruta de la recuperación económica global, con el foco en "la clase media y trabajadora", y dará un nuevo impulso al proyecto de un impuesto mínimo global de sociedades de "al menos el 15%" acordado la semana pasada -mientras el Gobierno británico presiona para que dicho pacto no se aplique a las compañías financieras, pilar de la 'City' londinense-. La primera reunión presencial en casi dos años del grupo de los siete países más ricos (EEUU, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Japón y Canadá, más la Unión Europea) aborda también retos urgentes como extender la vacunación contra el coronavirus a países en desarrollo y la lucha contra el cambio climático.

El lema de la primera sesión de la cumbre, "Reconstruir mejor", refleja uno de los grandes objetivos de esta cita, según sus participantes: fijar una hoja de ruta para la recuperación con especial atención a la creciente desigualdad y a los problemas que afrontan las clases medidas y trabajadoras. "No podemos repetir los errores de la pandemia y de la crisis de 2008 (...) cuando la recuperación no fue uniforme para todas las partes de la sociedad", ha dicho el 'premier' británico Boris Johnson al resto de líderes durante la apertura de la cumbre. La segunda sesión, titulada "Reconstruir con resiliencia", abordará los principales retos geopolíticos y el comercio global, ahora que el presidente de EEUU, Joe Biden, intenta mantener la presión sobre China que caracterizó la presidencia de su antecesor y la Unión Europea busca una postura común con Washington frente al gigante asiático.

En cuanto a la lucha contra la pandemia, se espera que el G-7 se comprometa a donar mil millones de vacunas hasta 2022 a países en desarrollo para avanzar en la inmunización global, una cifra criticada por expertos y ONG porque está por debajo del esfuerzo requerido para frenar la expansión del virus. Estados Unidos ha avanzado que donará 500 millones de dosis mientras que Reino Unido se ha comprometido a entregar otros 100.

La primera gran cumbre internacional desde el estallido de la pandemia está marcada por las novedades: la mitad de los líderes del grupo se estrenan al frente de sus delegaciones. Paradigma de este cambio de guardia es el nuevo presidente de EEUU, Joe Biden, en su primer viaje al 'Viejo Continente' desde que sustituyó a Donald Trump en el Despacho Oval. También se estrena en un G-7 el japonés Yoshihide Suga, la perpetua sombra del anterior primer ministro, Shinzo Abe, a lo largo de su último mandato (2012-2020).

EEUU no tiene quien le crea 

Biden llega al G-7 en su primer viaje a Europa como presidente de EEUU con la misión de mostrar al mundo que el aislacionismo que marcó la presidencia de Trump ha llegado a su fin con el mantra "Estados Unidos ha vuelto" -tal y como declaró nada más pisar suelo británico- para retomar su papel de líder de las democracias mundiales. Se trata de celebrar en Cornualles el renacimiento del multilateralismo, ahora que por primera vez en cuatro años se espera consenso entre los líderes del G-7 y el Gobierno de Johnson ha marcado como primer objetivo de la cita la resurrección de la acción internacional.

La misión de Biden parece simple: subrayar el papel de EEUU como gran aliado de Europa y de sus socios tradicionales, para lo que presentará planes multilaterales para combatir el cambio climático, avanzar en la reforma del sistema fiscal mundial y una estrategia de vacunación global. En realidad, Biden no lo tiene fácil. El escenario ha cambiado radicalmente desde que Trump ocupó la Casa Blanca e inicio un choque frontal con los socios tradicionales de Washington a cuenta de las tarifas comerciales, su apoyo incondicional al Brexit, las críticas a la OTAN y el acercamiento del magnate a Vladimir Putin en medio de las injerencias de Rusia en procesos electorales y la crisis de Ucrania. La credibilidad de EEUU se ha visto seriamente dañada por la presidencia del magnate. El caos de los últimos meses, el asalto al Capitolio en enero y la posibilidad de que Trump o uno de sus seguidores reconquiste la Casa Blanca en 2024 lleva a los 'aliados' a cuestionarse si pueden confiar en los compromisos a largo plazo de la Administración estadounidense. 

Los líderes europeos muestran en público su optimismo ante el regreso del multilateralismo pero sus dudas sobre Washington van más allá de los ecos de los años de Administración Trump, según ex altos funcionarios de EEUU citados por la agencia 'Reuters', que ponen el foco en las señales contradictorias que envía la política exterior de Biden, marcada por algunos pasos en falso en asuntos clave como la relación con China. Por ello, el G-7 y la UE perseguirá acciones concretas por parte de Biden para no repetir los errores del pasado.

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