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Abascal contra Sánchez y la "derechita cobarde" de Casado

El miércoles arranca la moción de censura planteada por Vox. No saldrá adelante pero para el partido de Santiago Abascal será una victoria.

Santiago Abascal, Vox, en el Congreso de los Diputados
Santiago Abascal, en el Congreso de los Diputados

El miércoles, a las 9 de la mañana, Pedro Sánchez ocupará su escaño en el Congreso de los Diputados. En la tribuna de oradores el parlamentario de Vox por Barcelona y candidato a las futuras elecciones catalanas, Ignacio Garriga, sacará la artillería pesada para castigar dialécticamente al presidente del Gobierno. En ese momento habrá comenzado una moción de censura que no llegará nunca a respirar. Santiago Abascal, líder de la formación de extrema derecha y candidato a ocupar el Palacio de La Moncloa, no tiene ninguna posibilidad de recabar el respaldo de la Cámara Baja para echar del Ejecutivo de coalición al PSOE y a Unidas Podemos, bestias negras de Vox. Pese a todo, Abascal presentará su programa de Gobierno y aprovechará para machacar a Sánchez, Pablo Iglesias... y a la "derechita cobarde" de Pablo Casado.

No nos engañemos. La puesta en escena de Vox tiene un solo actor (Abascal) pero públicos diferentes (socialistas, podemistas, populares, ciudadanos, independentistas catalanes y vascos, nacionalistas...). Abascal, contra todos. El líder de Vox aprovechará las horas de retransmisión por todos los canales conocidos para sembrar de cara al futuro, dejarse ver, mostrarse como partido en crecimiento, restregar en la cara de unos y otros los desplantes contra el Jefe del Estado y la heredera de la Corona, airear los manejos y tejemanejes en la Justicia a cuenta de la renovación del CGPJ, poner negro sobre blanco las debilidades del Ejecutivo para con los secesionistas catalanes que obtienen achuchones a cambio de votos, señalar con el dedo al jefe del partido morado por sus lances con los tribunales y al presidente del Gobierno por tolerarlo...

Casado habrá de definir el voto de su grupo, que se balancea entre el no y la abstención. Vamos, 'yu-yu' o muerte

Pero Abascal tiene otra herida en la que poder hurgar y que va a hacerle un daño difícil de calcular en estos momentos al Partido Popular. Abascal va a poner a Pablo Casado en el aprieto de tener que posicionarse ante el Parlamento y ante toda España, definiendo el voto de su grupo, que se balancea entre el no y la abstención. Vamos, 'yu-yu' o muerte. Cualquiera que sea el sentido del voto de los populares no propiciará un cambio de Gobierno ni la 'canonización' de Abascal, aunque un no deberá explicarse muy mucho y la abstención, mucho. Claro está que Casado tratará de separar su andadura de la de Santiago Abascal, alejando su posición de la derecha más extrema... Pero eso se digiere mal cuando en la Comunidad de Madrid, en la Región de Murcia y en Andalucía, por poner tres ejemplos, los populares gobiernan en coalición con Ciudadanos con el permiso de los diputados de Vox, que hoy o mañana pueden prender fuego a todas las naves que se impulsan con su viento.

La moción de censura es contra Pedro Sánchez. Y no saldrá adelante por eso de las Matemáticas y de los números. Pero la moción en la sombra es contra Pablo Casado, jefe de pista al que le crecen los enanos y se le caen los equilibristas. A Cayetana Álvarez de Toledo tuvo que fulminarla en un pispás. Cayetana no era un verso suelto: era las obras completas de un bardo. Y ahí está, en su escaño, como si no hubiese pasado nada a pesar de las culebras que han salido por esa boca. En otro país, la diputada habría recogido sus cosas y se habría marchado a su casa. Aquí, no. Aquí el escaño se adhiere a los traseros como el pegamento de contacto. Es lo que hay.

Abascal se presentará de Cid a caballo o de moderado por un rato. Cuando pierda la votación pensará: "Hemos ganado"

Casado tiene también sobre la mesa el ruido que rodea a Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid. Fuentes del PP consultadas por La Información aseguran que la presidenta regional estuvo al borde de abismo en los corrillos de Génova de la semana pasada. La gestión de la pandemia, los enfrentamientos con el Gobierno y con el Ministerio de Sanidad, el desgaste político del Partido Popular -y también de Ciudadanos-, los rifirrafes con Sánchez y los recursos judiciales no han gustado a algunos populares. Y, además, queriendo o sin querer, ha acaparado todos los focos y la atención mediática relegando a Casado a las bambalinas.

Santiago Abascal hará de Santiago Abascal los próximos miércoles y jueves en el Congreso de los Diputados. Todos le zumbarán tras su exposición, que habrá que esperar a escucharla para saber si se enfunda el traje de Cid Campeador a caballo o el de moderado por un rato. Cuando se recuenten los votos telemáticos y presenciales su candidatura será rechazada. Acto seguido se levantará, mirará a sus diputados y posiblemente pensará para sus adentros. "Hemos ganado". Y así habrá sido, al menos en parte.

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