Los economistas advierten de un frenazo del PIB hasta diciembre con más inflación

La economía española ya ha dado síntomas de enfriamiento este verano, en un contexto de incertidumbre a nivel global en el que la subida de los tipos y sus efectos sobre familias y empresas están conviviendo con una inflación que no termina de contenerse. El Consejo General de Economistas ha revisado cinco décimas al alza, hasta el 3,5%, su cálculo de IPC para este año, que se situará de media en el 3,5%, debido al encarecimiento del petróleo. A España, una economía muy dependiente del 'oro negro' le está perjudicando la fortaleza del dólar frente al euro, así como el recorte que están aplicando los productores del cártel de la OPEP y sus socios. 

Esta mayor presión de los precios afectará, a su vez, a la evolución del PIB en el segundo semestre, que podría frenar en seco. Así y, pese a que los economistas mantienen su previsión de avance del PIB en el 2,3%, advierten de que las familias están consumiendo menos, puesto que con la subida de tipos están dedicando el ahorro embalsado a amortizar sus deudas. Esto llevaría a un debilitamiento de la demanda que irá a más hasta diciembre. "El ahorro de las familias ha aumentado, pero su destino más que al consumo y la inversión, se dirige a amortizar deudas y a la prevención. Todo coadyuva a un debilitamiento de la demanda que se va a hacer más patente en este último trimestre del año", ha apuntado el presidente de la Comisión Financiera, Antonio Pedraza.

Esto, unido a la menor contribución de las exportaciones –en plena debilidad de los principales socios comerciales, las grandes economías del euro–, puede "poner en peligro el crecimiento esperado", han advertido los economistas durante la presentación del informe del Observatorio Financiero y Claves económicas correspondiente al segundo cuatrimestre de 2023. En concreto, Pedraza echa en en falta algunos proyectos de carácter estructural en el destino de los fondos Next Generation EU, como aquellos que deberían destinarse a nivel nacional a resolver el problema que plantea la escasez de agua, estando activo un Plan Hidrológico Nacional "desfasado" ante la nueva problemática generada por la sequía y por las olas de calor extremo.

Fuerte rebaja de la temporalidad... con una elevada tasa de paro

El CGE sitúa, además, la tasa de paro en el 11,8%, por lo que España seguirá muy probablemente a la cabeza del desempleo en Europa. Con todo, destacan cómo hasta el segundo trimestre continúa la tendencia positiva del empleo -lo que se aprecia en las cifras de la Contabilidad Trimestral, en la EPA y en la cifra de afiliados a la seguridad social, en niveles históricamente altos-. Ponen en valor la reducción del número de temporales en 700.000 en el último año y el hecho de que la creación de empleo se haya visto acompañada de un aumento de la productividad por hora trabajada, que creció un 1,2%. No obstante, el mes pasado ya se aprecia una cierta moderación en el mercado de trabajo, al ser el septiembre en el que menos ha crecido el empleo desde 2018.

En sus previsiones, los economistas reducen el déficit público este ejercicio a un rango entre el 3,8 y el 4% (desde el 4,8% al que se situó al cierre del pasado) y prevén que la ratio de deuda pública se reduzca hasta el 110,5%. Con todo, inciden en que esta última, en términos nominales, sigue aumentando y ya ha superado los 1,55 billones de euros a julio, según lo avanzado por el Banco de España. 

Los economistas recuerdan que la reducción de los ingresos por IVA en agosto, puede que tener también efectos negativos en el desequilibrio presupuestario a final de año. Todos estos elementos se traducirán en un menor dinamismo de la economía en 2024, por lo que inciden en la necesidad de que el nuevo Gobierno que tome posesión los próximos meses aplique una "decidida agenda reformista" sobre las principales palancas del cambio de nuestro crecimiento.