Se reparten la mitad de España

Cellnex vs American Tower: la batalla por ser el rey de las torres de telefonía

Ambas empresas desembolsarán casi 18.000 millones para comprar más de 60.000 instalaciones en Europa y Latinoamérica: ¿Qué sentido tiene?

Telefónica vende a American Tower las torres de Telxius por 7.700 millones
Telefónica vende a American Tower las torres de Telxius por 7.700 millones

¿Qué hace una empresa estadounidense pagando 7.700 millones de euros por 30.000 torres de telecomunicaciones en Europa y Latinoamérica? ¿Y una española poniendo sobre la mesa 10.000 millones por otras tantas? La primera es la estadounidense American Tower, que acaba de firmar una transacción histórica con Telefónica para hacerse con sus mejores activos. La segunda es la española Cellnex, que a base de talonario y una veloz carrera de adquisiciones, se hará con las instalaciones de la hongkonesa Hutchison en Europa. Ambos grupos se batirán en duelo para ver quién se convierte en el rey en un mercado en plena ebullición, cuyo modelo de negocio, a base de ingresos a largo plazo y estables, ha conquistado a los mercados pese a sus riesgos financieros. Por lo pronto, en España ya controlarán casi la mitad de los más de 40.000 emplazamientos repartidos por todo el país. En Europa aún queda mucho margen para la consolidación y para más operaciones.

Durante décadas, las operadoras de telecomunicaciones, como Telefónica, han invertido miles de millones de euros para tejer sus propias redes móviles y fijas. Esas redes están formadas por estaciones base y antenas instaladas en torres o en edificios. Son las que transmitirán la señal para dar cobertura a los usuarios en sus móviles. Es el ‘corazón’ del servicio de conectividad que ofrece una teleco. Pero tanto su construcción como su mantenimiento han cargado los balances de las compañías, que han disparado sus deudas, pese a los intentos por compartir despliegues en los últimos años. Según Goldman Sachs, casi un 20% de los costes de todos estos grupos proceden sólo de mantener vivas estas infraestructuras. ¿Por qué no venderlos y ceder su gestión a un tercero más especializado en estos trabajos y que pueda rentabilizarlo? Un tercero que, además, pueda acompañarle en futuros despliegues, para tratar de optimizarlos.

Así surgieron hace más de dos décadas gestores independientes de infraestructuras en el sector. Donde antes maduró el mercado es en Estados Unidos, donde American Tower y Crown Castle manejan una parte importante de la base de instalaciones. Arrancaron con apenas unos cientos en su portafolio, para luego ir creciendo y llegar a convencer a operadoras gigantes como AT&T o Verizon para que se desprendieran de sus activos y se los entregaran para su explotación. Ambos ejercieron de espejo en el que se miró Cellnex en España desde que en 2015 inició su andadura al margen de Abertis. Tres años antes había comprado casi 3.000 torres a Telefónica y Yoigo -hoy en manos de Másmóvil-. Ese fue su germen.

Estas ‘torreras’ lograron rápidamente el beneplácito de los inversores, con múltiplos de cotización que eran la envidia de las operadoras, al ver también el 5G, una red que necesita mucha más densidad de instalaciones para transmitir las grandes cantidades de datos, como una oportunidad. En un momento de tipos de interés bajos y fácil acceso a la financiación, se hacía menos cuesta arriba sacar la chequera para crecer a base de comprar activos a operadoras o, directamente, hacerse con otros gestores independientes más pequeños. Su modelo de negocio: se hacen con el control de los activos -o los derechos de uso por un determinado tiempo- a base de ampliaciones de capital o de deuda para, inmediatamente después, suscribir un contrato a largo plazo con la teleco para su mantenimiento y puesta a disposición. 

Este modelo genera ingresos a largo plazo y estabilidad, no sólo por ese acuerdo comercial, sino por la posibilidad de vender más espacio en la torre para otras operadoras. Una prueba: Cellnex acumula una ingresos futuros (‘backlog’) de 100.000 millones de euros, es decir, más de 50 veces el volumen de negocio logrado durante 2020. ¿Y qué gana la teleco? Se desprende de un activo y esquiva las continuas amortizaciones; recorta la deuda con parte de lo que reciba por la venta y renegocia los costes operativos (Opex) en esos contratos. 

Dos operaciones que lo cambian todo

Con estos mimbres se han ido completando operaciones a ambos lados del Atlántico. Pero no ha sido hasta los tres últimos meses cuando se ha puesto el broche a dos operaciones que de verdad han sacudido el mercado. Una es la compra por hasta 10.000 millones de euros de las 24.600 torres que la teleco hongkonesa Hutchison tiene repartidas por seis países europeos, con cifras clave en Reino Unido e Italia. La otra es la que se ha firmado esta semana, en la que el gigante American Tower se ha comprometido a abonar 7.700 millones a Telefónica, el fondo KKR y Amancio Ortega (Pontegadea) por las 31.000 torres que en los últimos años la operadora presidida por José María Álvarez-Pallete ha ido transfiriendo a la filial Telxius. Estos dos movimientos los coloca como los dos caballos que liderarán la carrera.

En el caso de España, no hay una cifra oficial. Un estudio de 2019 de la auditora EY estimaba que en el país había algo más de 43.000 emplazamientos. De esta forma, American Tower se quedará con las 11.000 que comprará a Telefónica, mientras que Cellnex mantiene en su poder 11.050, según su último reporte oficial. Éstas últimas proceden de las diferentes compras que ha ido haciendo a cada una de las operadoras y a las que heredó para la difusión audiovisual en España. Por tanto, controlarán casi la mitad. Habrá aún dos grandes dueños de infraestructura sin ‘tocar’: Orange, que suma casi 7.700, y Vodafone, que alcanza las 8.800. Estas últimas se incorporarán a la división de infraestructura de la operadora británica (Vantage Tower) que se estrenará en bolsa en los próximos meses.

¿Y qué pasa con el mercado europeo? Precisamente el Viejo Continente era el gran objetivo de American Tower. El gigante estadounidense intentó poner una pica en varias ocasiones en el pasado, incluso estudiando una posible compra de la propia Cellnex. Finalmente la adquisición de Telxius lo pone en el mapa, aunque evidentemente el partido sigue ganándolo con diferencia la española. Ésta contará, cuando se incorporen todas las torres de Hutchison, con algo más de 100.000 emplazamientos en su poder, con Reino Unido e Italia como grandes plazas y con Alemania como la gran ausente. La norteamericana se deberá conformar con algo más de 30.000 en Alemania, Francia y España, aunque compensa con una fuerte presencia en Latinoamérica -un mercado despreciado por Cellnex-. En todo el mundo tiene 180.000.

Tanto en el territorio español, como en el continente sigue habiendo mucho margen para el crecimiento para estos gestores independientes y neutros. Según las diferentes estimaciones, habría más de 300.000 emplazamientos controlados, con diferentes fórmulas, por las propias telecos. Vodafone está ultimando la salida a bolsa de su filial Vantage, donde incluye todas sus casi 70.000. Orange, antiguo monopolio francés, está trabajando en la segregación de los activos en una filial aparte pero no ha comunicado aún sus planes. Suma unas 40.000. Pero no son los únicos. También hay otros ex-monopolios que siguen manteniendo el control: Deutsche Telekom, en Alemania, analiza qué hacer con las suyas mientras elogia el papel de Cellnex, y British Telecom, en Reino Unido, está en una posición similar. Es por eso que el paso dado por Telefónica y Álvarez-Pallete de esta semana, con el que se desprenden totalmente del control de las mejores torres de su portafolio, es tan importante. Es el primer incumbente grande que lo hace. Vendrán más. Pero ahora Cellnex no estará solo.

Pese a que esa consolidación se irá manteniendo en este mercado, la realidad es que estos gestores de infraestructuras tienen ahora el reto de sumar más emplazamientos, pero sobre todo de rentabilizarlos y exprimirlos al máximo mientras mantienen bajo control la deuda (Cellnex ya ‘coquetea’ con las 7 veces Ebitda). No sólo con mejores contratos, sino intentando elevar una cifra que es clave para su negocio: la ratio de ocupación de cada uno de los emplazamientos. En el caso de Cellnex se sitúa aún en el 1,3, es decir, cada instalación es ocupada de media por 1,3 clientes. En Estados Unidos, un mercado más maduro, los operadores tienen un nivel más alto. El propio responsable financiero de Cellnex aseguró ante analistas hace unos días que su objetivo es contar, al menos, con dos contratos a largo plazo con telecos por país, lo que da una capacidad, una eficiencia y una escala mucho mayores. Hay que tener en cuenta que se trata de un negocio con márgenes sanos, pero no excesivamente alto por los costes añadidos. Para ejemplo, las cifras del gestor española: entre enero y septiembre del pasado año 2020 generaron 1.149 millones de euros de ingresos y su resultado de las operaciones fue de 113 millones (un 10%) y, tras el pago de intereses de la deuda, se apuntaron unas pérdidas de 84 millones.

Mientras tanto, las telecos tienen otro reto: conseguir que valga la pena la descapitalización que supone la venta de todos estos activos. El objetivo final es hacer su estructura más liviana para centrarse en la prestación de servicios de conectividad y valor a sus clientes finales (empresas y particulares). Pero ese ya será otra batalla. La de las torres se está librando ahora y tiene a Cellnex y American Tower como los dos grandes jugadores en el continente europeo..

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