Bruselas debe decidir

Final de año cargado para las telecos: de la fusión al coqueteo de fondos con Vodafone

Las operadoras se enfrentan a un trimestre 'de infarto' con operaciones y movimientos, incluido el aterrizaje de los saudíes de STC en Telefónica, que marcarán los próximos años de un sector golpeado por una 'hipercompetencia'.

Fusión Orange y MásMovil
Final de año cargado para las telecos: de la fusión al coqueteo de fondos con Vodafone.
EFE

Un trimestre para cambiar la historia de las telecomunicaciones en España. En los próximos meses hasta final de año van a tomar forma tres operaciones que sacudirán el sector y marcarán el devenir de los próximos años. La previsible imposición de 'sacrificios' a Orange y Másmóvil para su fusión, la entrada de fondos en el negocio de Vodafone en España y la consolidación de los saudíes de STC en el accionariado de Telefónica se fraguarán antes de que acabe diciembre. El mercado se enfrenta a sus meses más críticos tras años de una fortísima competencia que ha recortado los ingresos y el negocio de las grandes operadoras.

La unión del segundo y el cuarto grupo por ingresos a través de una 'joint venture' sigue estando en manos de Bruselas. El 'reloj' ha sido parado por parte del regulador europeo después de haber pedido más información a ambas partes. La mayoría de los analistas dan por hecho que se les pedirá sacrificios en forma de venta de activos o de acceso preferente a sus redes. Y al que todos miran es a la rumana Digi. No hay plazos establecidos en estos casos, pero ambas empresas prevén que haya un veredicto antes de final de año. 

Los equipos legales de ambas partes siguen trabajando en los despachos de Bruselas para tratar de acercar posturas. Y las sensibilidades de ambas partes son diferentes. Los perfiles difieren: a un lado, los tres fondos que controlan Másmóvil y que buscan maximizar y poder salir a partir del tercer año (después de ingresar los 1.650 millones de dividendo); a otro lado, Orange como futuro gestor de la fusionada tras una salida a bolsa. Hasta ahora se han resistido a hablar de esos temidos 'remedies'. De la dureza de los mismos -que beneficiaría previsiblemente a Digi- dependerá una parte de los designios del sector.

El otro gran movimiento que se sustanciará -aunque no se cierre definitivamente- en estos meses será el de la entrada de socios en el negocio de Vodafone en España. Hace una semana se conocieron las conversaciones que mantiene el fondo británico Zegona con la operadora para comprar la mayoría accionarial y controlar la filial local -valorándola en más de 5.000 millones de euros-. No es el único que ha coqueteado con esta posibilidad y ya antes del verano se desveló que había otros como Apollo que habían tocado a la puerta. También alguna operadora extranjera ha puesto sus ojos.

Pero más allá de que esa última posibilidad se dé, la experiencia dice que la entrada de un socio financiero que busca maximizar en un tiempo limitado su inversión implica una mayor agresividad en la gestión. Y máxime en un caso como el de Vodafone, que necesita revertir la situación volviendo al crecimiento tanto en el terreno financiero (ingresos y Ebitda) como en el comercial. El caso de Euskaltel, donde Zegona ejerció como máximo accionista, fue paradigmático. Primero fichó al 'tiburón' de las telecos, José Miguel García, que lideró una gestión más dura con decenas de despidos y una primera externalización y con una apuesta comercial de fuertes bajadas de precios (descuentos como el del 70% en 2019 en un paquete convergente). Y luego lanzó una expansión nacional como la marca low cost Virgin. Entre las medidas que ya se barajarían se encuentra una potencial desinversión de la red fija -en gran parte con cable y no con fibra-.

El 'asalto' de STC a Telefónica

Telefónica sería una de las grandes perjudicadas de este contexto. Varios analistas señalaban esta semana que el peor de los escenarios para la operadora dueña de Movistar es la exigencia de 'remedies' agresivos a la fusión por parte de Bruselas y la entrada de Zegona con un perfil muy agresivo en la gestión en Vodafone. Hay que tener en cuenta que el mercado español es una de las particulares 'obsesiones' de los observadores del mercado, pues representa una cuarta parte de todo el volumen de negocio y durante los últimos años ha estado muy presionado por la fortaleza del segmento 'low cost'.

El grupo presidido por José María Álvarez-Pallete no estará de mero espectador, porque también tendrá sobre la mesa un asunto peliagudo que también se dilucidará en estos tres próximos meses, o al menos previsiblemente se esclarecerá. Tiene que ver con la mayor entrada de un socio extranjero en el accionariado de la teleco. La irrupción de Saudi Telecom Company está aún en el aire. La compañía asiática, controlada por el fondo soberano PIF, ha adquirido el 4,9% pero aún no ha notificado al Gobierno su intención de llegar al 9,9% para lograr su autorización. El comprador asegura que está en proceso "de elaboración" esa comunicación formal, pero aún no ha movido ficha. Se espera que lo haga antes de final de año, por lo que se conocerá algo más de sus planes relacionados, por ejemplo, con su presencia en el consejo de administración junto a BBVA y Caixabank.

Tres de los meses más decisivos de la historia reciente de las telecomunicaciones en España arrancan ahora. Configurarán el mapa de operadoras en el país y además los movimientos tendrán réplicas en otros mercados como el de las infraestructuras. La mayoría de los actores llega exhausto, con una fuerte tensión comercial y unos ingresos menguantes. La venta parcial o total de Vodafone, la 'joint venture' de Másmóvil y Orange y la consolidación de un gigante saudí como el inversor de referencia de Telefónica están en juego.

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