Nueva ofensiva judicial

Cómo triturar el monopolio de Google, el gigante que ofrece servicios… gratis

La justicia de Estados Unidos ha puesto el foco sobre la empresa, a la que ha acusado de utilizar "tácticas anticompetitivas para mantener y extender sus monopolios en los mercados de servicios de búsqueda".

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Cómo triturar el monopolio de Google, el gigante que ofrece servicios… gratis.
EFE

El 4 de mayo de 1948 el Tribunal Supremo de los EEUU acabó con el monopolio de los estudios de cine sobre esa poderosa industria. "Cada estudio tenía contratos exclusivos con actores y directores; poseía los cines donde se proyectaban sus películas; se unían para controlar cómo se proyectaban las películas en cines independientes; y, en algunos casos, eran propietarios de las empresas que procesaban la película", dice Scott Bomboy en un artículo publicado en la web constitutoncenter.org.  

El Tribunal se basó en la Ley Antimonopolios Sherman, que databa de 1890, según la cual se ponía fuera de la ley "todo contrato, combinación o conspiración para restringir el comercio" y cualquier intento de monopolización.

Para un país como EEUU, que se ha construido sobre la base de la libre empresa, los monopolios son un riesgo muy grave porque aplastan la libre iniciativa. Con este espíritu, el Tribunal Supremo de EEUU ha triturado grandes monopolios. Uno de los más conocidos fue el monopolio de AT&T sobre las telecomunicaciones en los 80.

Durante muchas décadas, AT&T no permitía a los clientes de su servicio usar teléfonos fabricados por otras empresas. La excusa era que estos teléfonos "podrían degradar la calidad de la red". Sólo valían los teléfonos de AT&T. Pero la empresa tampoco los vendía a los consumidores, sino que les obligaba a alquilarlos a la propia AT&T. En 1984 la Justicia obligó a esta compañía a dividir sus actividades y quedarse solo con las llamadas de larga distancia. Las compañías resultantes nuevas e independientes de AT&T llamadas Baby Bells, suprimieron las antiguas restricciones. Gracias a esa medida, el mercado prosperó rápidamente pues se podían vender toda clase de teléfonos a los consumidores. Los precios, por supuesto, bajaron. Además aumentó la calidad, y aquella manía de alquilar los equipos telefónicos desapareció.

Ahora quien está en la diana es Google, nada menos. Quien ha hincado el diente en este famoso buscador es el Departamento de Justicia a través del fiscal general. Es un paso dado por el gobierno de EEUU, que tarde o temprano llegará al Tribunal Supremo. En un informe de 64 páginas, el Departamento de Justicia acusa a Google de que "durante muchos años ha utilizado tácticas anticompetitivas para mantener y extender sus monopolios en los mercados de servicios de búsqueda general, publicidad de búsqueda y publicidad de texto de búsqueda general, las piedras angulares de su imperio".

Con un estilo tan diáfano que sorprendería a muchos juristas españoles, la acusación empieza: "Hace dos décadas, Google se convirtió en la niña mimada de Silicon Valley como la nueva empresa que competía con una forma innovadora de buscadores de Internet. Ese Google ahora es otra cosa".

Cuando el caso sea examinado por los jueces del Tribunal Supremo se van a encontrar con algo diferente a aquel monopolio de AT&T sobre la telefonía. Abrir una cuenta de Gmail es gratis, ver videos de YouTube es gratis, conducir con la app de Waze es gratis, instalarse Chrome es gratis. Todo eso es de Google.

Más aún, usar el buscador Google, guiarse por Google Maps, mantener videoconferencias por Hangouts, emplear el calendario, traducir en Translator, ver el planeta con Google Earth, y albergar fotos en Google Fotos es gratis. Solo algunos servicios de almacenamiento exigen pago a partir de cierto límite, como Drive o el propio Gmail.

Por eso, cuando se habla de los millones de personas que emplean alguna de esas aplicaciones no se les denomina "clientes" sino "usuarios". Los usuarios no pagan. Quienes pagan son las empresas que quieren llegar a ellos a través Google.

Entonces, ¿cuáles son las tácticas anticompetitivas que denuncia el Departamento de Justicia? Una de ellas es, por ejemplo, que Google llega a acuerdos con Apple y otros fabricantes de móviles para que los productos de esas compañías tengan al buscador Google instalado por defecto, es decir, incorporado desde que uno compra un iPhone. Según el fiscal general, gracias a esas tácticas, Google tiene el 80% del mercado en buscadores en los móviles.

"Hoy, millones de estadounidenses dependen de Internet y las plataformas en línea para su vida diaria. La competencia en esta industria es de vital importancia, por lo que el desafío de hoy contra Google, la puerta de entrada a Internet, por violar las leyes antimonopolio es un caso monumental tanto para el Departamento de Justicia como para el pueblo estadounidense", dijo el Fiscal General William Barr. "Esta demanda afecta al corazón del control de Google sobre Internet para millones de consumidores, anunciantes, pequeñas empresas y empresarios estadounidenses en deuda con un monopolista ilegal".

Google empezó con un par de chicos (Larry Page y Sergei Brin) que crearon en 1998 un algoritmo para hacer las búsquedas en internet más rápidas y eficaces. En poco tiempo y debido a su sencillez barrieron a otros buscadores como Altavista y Yahoo!: en la página web solo aparecía el nombre de Google y una cajita para poner las palabras de búsquedas.

El buscador era y es gratuito. Para ganar dinero, lo único que hacían era que, si alguien quería salir en primer lugar en las búsquedas, pagara por ello. "Google es la puerta de entrada a Internet y un gigante de la publicidad basada en búsquedas", dijo el ayudante del fiscal General, Jeff Rosen, cuando se presentó la acusación. Los fundadores de Google amasaron mucho dinero desde el principio y con esos recursos compraron todo aquello que podía convertirse en un éxito en internet: desde una empresa que colgaba videos en la red llamada YouTube (1.650 millones de dólares en 2005), hasta una firma que creo un gps para guiar a los automóviles llamada Waze (966 millones de dólares en 2013).

Google por su parte ha invertido una enorme cantidad de dinero en desarrollar productos que en poco tiempo han superado a sus rivales y se han convertido en los reyes de sus sectores. Por ejemplo, Gmail. Este servicio gratuito de correos electrónicos batió a sus competidores como Hotmail de Microsoft y ahora es el servicio de correos electrónicos más grande del mundo, con más de mil millones de usuarios.

En estos momentos, Google es tan enorme que probablemente es la empresa que acompaña a los humanos a lo largo de más horas de su vida diaria. Tiene el mayor buscador (Google), el mayor correo electrónico (Gmail), la mayor plataforma de videos (YouTube), el mayor gps (Waze), su sistema operativo está en la mayor parte de los teléfonos del mundo (Android), su navegador es el más instalado del mundo (Chrome). Sus ventas son de 118.000 millones de dólares y ocupa el puesto número 11 en la clasificación de las mayores empresas de EEUUU por ventas. Su valor en bolsa es de un billón (con b) de dólares.

"La gente usa Google porque así lo desea, no porque se vea obligada a hacerlo o porque no puede encontrar alternativas", afirmó Kent Walker, director del departamento legal de la empresa, en un blog de la empresa. Las empresas que han tratado de hacer frente a Google en alguno de sus productos han fracasado. Gabriel Weinberg, consejero delegado de Duck Duck Go, un buscador que no almacena los datos del usuario, afirma que "[en Google] han estado usando sus diferentes productos para mantener su dominio en su mercado principal, que es la búsqueda". Pero reconoce que cuando tiene que ver un vídeo, lo hace en YouTube, la plataforma de Google. No le queda otro remedio.

Para los fiscales de EEUU va a ser una misión difícil ganar este caso porque se enfrentan a una empresa con una enorme potencia de fuego. Google tiene en caja 120.000 millones de dólares para pagar a los mejores abogados del mundo. Según 'The New York Times', el año pasado Google se gastó 12,7 millones de dólares solo en EEUU en litigios, lo que la convierte en una de las compañías más jugosas para los despachos de abogados. Hasta que llegue una sentencia, pueden pasar años y a Google le sobra dinero y paciencia.

A los jueces del Tribunal Supremo les va a ser difícil demostrar cómo es posible que una empresa que ofrece gratis sus productos, se haya convertido en un monopolio. El día del juicio no solo se juzgará a Google, sino a todo un modelo de negocio que ha estallado a gran escala en las dos últimas décadas: Facebook, Twitter o Google se basan en dar gratis un servicio a millones de usuarios, y cobrar a otros por llegar a esos usuarios para convertirlos en "clientes".

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