995 millones para arrancar

Las telecos afinan ofertas para las pujas del 5G con la incógnita de Másmóvil

Telefónica, Vodafone y Orange trabajan en sus estrategias, a la espera de la decisión de Másmóvil sobre su papel en la subasta que podría calentar mucho el precio.

5G
Las operadoras de telecos preparan sus ofertas para la subasta de 5G.
L.I.

Esta semana se enseñarán las cartas. Las operadoras de telecomunicaciones perfilan sus ofertas y sus estrategias de cara a la subasta de espectro radioeléctrico para las redes ultrarrápidas 5G. Telefónica, Orange y Vodafone preparan la cartera, mientras que en Másmóvil han estado echando números hasta el último minuto para decidir si estarán presentes o si, finalmente, no acuden a las pujas. Su presencia es el único gran 'fantasma' que sobrevuela a las grandes, debido al riesgo de que se encarezca de manera importante el precio final a pagar -parte de 995 millones-, al contrario de lo sucedido en recientes licitaciones como la realizada en Reino Unido.

La cuenta atrás comienza ahora. Las compañías tienen hasta la una de la tarde del próximo viernes para presentar las solicitudes formales a la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones. Éstas no sólo deben contener las frecuencias por las que pretende ofertar durante la licitación, sino que también ha de aportar unas garantías económicas en forma de avales. Para los  más ambicionados por las operadoras habrá que sumar desde 17,5 a 55,2 millones de euros. El importe total está en función de los paquetes y la capacidad para presentar pujas durante el proceso.

El papel de Másmóvil

El reparto de las frecuencias radioeléctricas máximas que pueden acaparar cada uno de los operadores hace que, básicamente, sólo tres operadores puedan repartirse estos activos (2x15 Mhz por cada uno de ellos). Por tanto, las tres grandes están analizando su estrategia para tratar de minimizar al máximo el coste en este primer desembolso ante un despliegue de la red 5G que supondrá una inversión de hasta 5.000 millones de euros -que, por cierto, se verá amortiguada con los fondos europeos de recuperación-. La clave reside en lo que hará Másmóvil, cuyos equipos siguen evaluando qué hacer hasta el último momento.

Una de las dudas que albergaba el cuarto operador era si llegaría a la puja con todos los beneplácitos regulatorios la compra de Euskaltel. Esto ha sucedido a medias, pues queda el pronunciamiento de la CNMV, aunque éste está prácticamente asegurado y sucederá "en los próximos días o semanas!, asegura. Con la transacción despejada, debe analizar el esfuerzo económico, no sólo por las garantías sino por el precio a pagar -varios cientos de millones de euros en el mejor de los casos- y las importantes obligaciones de despliegue en el próximo lustro.

Los escenarios

El escenario más favorable para las tres grandes es que Másmóvil no acuda a las pujas, aunque sí presente sus credenciales. Esto reducirá de manera importante la competencia entre las tres y, pese a que haya pugna, los precios no se disparen por encima de la barrera psicológica de los 2.100 millones de euros -el dinero previsto por el Ejecutivo en los Presupuestos Generales del Estado-. Este caso fue el de Reino Unido, donde las cuatro operadoras -O2, BT, Hutchison y Vodafone- se repartieron los activos con un precio final muy por debajo de lo previsto por los analistas (Telefónica abonó 523 millones de euros).

El escenario que más preocupa a Telefónica y el resto es el que cuente con Másmóvil como un jugador potente. No es probable, pues el operador dirigido por Meinrad Spenger ya cuenta con frecuencias altas para el 5G -adquiridas al margen de la subasta del año 2018- y con un acuerdo mayorista con Orange, con el que se asegura el despliegue conjunto y, sobre todo, el acceso a su red por medio de un alquiler. Pero en caso de que así sea, se superaría con creces esos 2.100 millones. Hay que tener en cuenta que ha desaparecido el pago fraccionado y el dinero habrá que abonarlo directamente este verano para tener acceso a ese espectro en la parte final de este año 2021.

El último antecedente que hay en España es el de la subasta del año 2018, cuando se pusieron sobre la mesa 200 megahercios en la banda alta de 3,6 'gigahercios'. El precio de salida era de 100 millones de euros. Y en la primera jornada, tras cinco rondas con participación de los cuatro operadores, duplicaron ese precio hasta ofrecer 194 millones de euros. Es decir, se duplicó la cantidad en un solo día. Esa efervescencia puso en alerta a las tres grandes. Sin embargo, dos días después el cuarto operador anunció que compraba 40 'megahercios' que estaban en manos de la compañía Eurona, lo que hizo que se relajaran algo más las pujas. Finalmente, tras una semana de 'tira y afloja' alcanzó los 438 millones.

No hay aún fecha cerrada, pues el Gobierno debe analizar todas las solicitudes para proponer una definitiva en la que arrancar. No puede ser más allá del 21 de julio. Las telecos afilan sus ofertas y diseñan las estrategias, con el retrovisor puesto a la actitud de Másmóvil para tratar de reducir al máximo la factura. No lo van a tener fácil.

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