El desenlace de las elecciones Trump-Biden

Moncloa cruza los dedos por Biden para frenar la fuga de inversores americanos

Estados Unidos ya es el sexto país extranjero que apuesta por España y el Gobierno aspira a recuperar la dinámica de años anteriores. Sánchez, que cuidó a la administración Trump, se pronunciará junto a la UE.

Trump avisa a Sánchez con aranceles si España activa la tasa Google en solitario
Moncloa espera el desenlace en EEUU para recuperar la fuga de inversiones
EFE

El Gobierno espera con paciencia el resultado definitivo de las elecciones americanas para retomar en lo posible la senda que se mantenía de inversión bruta de Estados Unidos en suelo español, que se ha desmoronado en los dos últimos años y ha sido especialmente baja durante el primer semestre de 2020. Una hipotética victoria de Joe Biden se ve desde la Administración española como una buena base sobre la que dar la vuelta a esa situación, sin que eso suponga que se vayan a solventar todos los conflictos comerciales entre EEUU y la UE, pero lejos del "populismo institucionalizado" con el que Donald Trump ha actuado hasta ahora.

Antes de que se desatara a nivel mundial la pandemia de la Covid-19, los datos oficiales de la Secretaría de Estado de Comercio ya advertían de una caída de la inversión bruta de EEUU en España el año pasado del 57%, con 3.646 millones de euros, una cantidad similar a la de tres años antes y que estaba lejos de los casi 8.800 millones del ejercicio 2018. De hecho, hace apenas dos años, Estados Unidos era el primer inversor extranjero en nuestro país (sin contar con las Entidades de Tenencia de Valores Extranjeros), por delante del Reino Unido, Alemania y Francia, los países que desde siempre han sido los más activos en la entrada directa de capital a España. En tan solo un año, Estados Unidos pasó a ser el sexto inversor extranjero en España y en 2020, tanto por las malas relaciones con la administración Trump como por la pandemia, la debacle se ha confirmado, con un flujo de apenas 446 millones en el primer semestre.

Los analistas sobre riesgo-país consultados por La Información advierten que la caída que se sufrió el año pasado marcaba ya una tendencia a la baja preocupante en las relaciones económica entre ambos países, después de incluso durante la crisis financiera pasada, la apuesta por el comercio y la inversión en Estados Unidos, avalada por las oportunidades de negocio que abrió el Plan Obama en sectores como las energías renovables e infraestructuras, consolidó las relaciones económicas bilaterales con la primera economía del mundo y fue uno de los acicates de la recuperación española. El azote del coronavirus y el enfrentamiento comercial con Trump en sectores como automoción, siderurgia o alimentación han dado un vuelco a la situación y solo una salida del magante republicano del control económico de aquel país puede permitir que se recuperar la "diplomacia comercial" y se vuelvan a recuperar las inversiones. "Trump ha puesto aranceles contra los principales productos de cada uno de los socios europeos, sólo por el conflicto Airbus-Boeing, y así no se pueden hacer las cosas", señalan fuentes cercanas al comercio bilateral entre ambas partes.

A pesar de que una vitoria de Biden cambiaria las bases de actuación económica, desde la Administración y desde los principales centros de análisis económico se advierte que las tendencias de fondo que han mantenido a EEUU enfrentado con el resto del mundo van a seguir ahí, desde el conflicto de Oriente Medio hasta la aportación de fondos a la OTAN o la guerra comercial con China o con la UE. "Biden se va a encontrar un país donde la mitad de la población ha votado a Trump, y no tendrá demasiado margen para hacer reformas radicales", asegura un técnico comercial conocedor de ese mercado. "Son problemas que ya se tenían con Obama, pero es evidente que se trataban y se podían enfocar de otra manera que en los últimos cuatro años", remata.

Moncloa y Exteriores, pendientes del recuento

En el Gobierno se sigue con intensidad el recuento electoral en Estados Unidos. Georgia, Nevada, Pensilvania... Máxima atención a las noticias que llegan desde el otro lado del charco. El seguimiento se lleva en dos áreas de poder. Por un lado, en Moncloa, donde el gabinete del presidente está al tanto de todo. El departamento de Asuntos Exteriores, con la diplomática Emma Aparici Vázquez de Parga al frente capitanea la información. Por otro lado, el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, dirigido por Arancha González Laya, mantiene un contacto estrecho con la embajada en Washington y con su responsable, Santiago Cabanas. La donostiarra ha sido la encargada de comparecer ante diferentes medios de comunicación para, siempre desde la prudencia, manifestar la opinión del Gobierno español y la colaboración con el vencedor.

El Ejecutivo siempre se está moviendo en consonancia con la Comisión Europea y ahí la coordinación con el Alto Representantes para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad es máxima. El exministro de Sánchez mantiene contacto fluido con Madrid y Moncloa no va a emitir ninguna información hasta que lo haga Bruselas. Sea Biden o sea Trump el vencedor.

La relación Sánchez-Trump

El Gobierno de Sánchez o el de coalición ha mantenido una relación cordial, aunque ni mucho menos intensa, con la administración Trump. El presidente español se estrenó apenas unos días de llegar a Moncloa con un apretón de manos con el estadounidense en la cumbre de la OTAN en Bruselas. Era julio de 2018. Semanas más tarde, en septiembre, Sánchez viajó a EEUU junto a su mujer, Begoña Gómez, para asistir a la Asamblea General de Naciones Unidas. Pudo visitar la Casa Blanca y retratarse junto al mandatario norteamericano.

Ese viaje a Washington y Nueva York no fue en vano y Sánchez lo aprovechó para reunirse en la Gran Manzana con los primeros espadas de algunos de los gigantes de la inversión de Wall Street. En aquella ocasión el acto fue organizado por la Cámara de EEUU en España (AmChamSpain) a petición del Gobierno. El objetivo: atraer inversiones estarounidenses a nuestro país. Entre quienes se sentaron con Sánchez entonces se encontraban Stephen Schwarzman (presidente de Blackstone); Brian Duperreault (consejero delegado de AIG), Dawn Fitzpatrick (Soros Fund), Colm Kelleher, director general de Morgan Stanley; André Collin y Phil Gramm, directivos de Lone Star; Ric Clark, presidente de Brookfield AM; Joshua Empson (Providence); Manuel Falcó (Citigroup); Mark Gallogly, cofundador de Centerbridge; Scott Bessent, responsable de inversiones de Key Square; Michael Silber, socio senior en Nueva York de McKinsey; y Jeff Talpins, fundador de Element Capital.

Más tarde, en enero de 2019, Sánchez recibió en Moncloa a un grupo de ejecutivos por iniciativa de BNP Paribas, el banco que organiza el Spain Investors Day, sin que ello pasara de ser un acto empresarial e institucional más. Al palacio presidencial acudieron representantes de Wellington Management, de TIIA Cref, de Milenium, de Moor Capital, de Picket o de Dws, un fondo propiedad de Deutsche Bank, entre otros. Fondos estadounidenses, británicos o alemanes, en definitiva. Entre los invitados también hubo algunos empresarios españoles: José Manuel Entrecanales (Acciona), Jordi Sevilla (Red Eléctrica), Antonio Llardén (Enagas), Marcelino Fernández Verdes (ACS), Jesús Nuño de la Rosa (El Corte Inglés), Antonio Vázquez (IAG) e Íñigo Meirás (Ferrovial). 

El tercer gran encuentro de Sánchez con los principales inversores de Wall Street fue en septiembre de 2019, un año en el que la inversión bruta americana en España estaba flojeando respecto al ejercicio anterior. Allí, en el edificio 'The Paley Center for Media' (calle 52 con la 5ª Avenida), el presidente se reunión con representantes de Soros Fund Manager, BlackRock, Blackstone, Citigroup, Morgan Stanley, Altamar, Bridgewater Associates, Brookfield Asset Management, Centerbridge Partners, Global SWF, L Catterton Partners, Senator LP y Providence Equity. En total, más de una docena de representantes del sector financiero e inversor norteamericano a los que el Gobierno quiso cuidar de forma especial, si bien no sirvió de mucho, toda vez que España estaba apenas a dos meses de celebrar unas nuevas elecciones generales, con el PSOE volcado hacia la izquierda política del país. 

Pese a todos esos encuentros institucionales, el Gobierno español ha tenido varios roces importantes con la administración Trump. En primer lugar, por temas relacionados con la Defensa y seguridad. Washington ha tenido un claro interés por renovar cuanto antes el Convenio de colaboración en materia militar, un asunto pendiente desde hace meses y que caduca en mayo de 2021. La Casa Blanca ha querido amarrar la ampliación de las fuerzas militares desplegadas en las bases de Rota y Morón y por eso catalogan la cuestión como un "asunto estratégico de carácter urgente". EEUU quiere albergar en el arsenal naval andaluza dos destructores (en estos momentos hay cuatro) y 600 marines más. Así se lo hizo saber por carta el secretario de Estado de Defensa de Trump, Mark T. Esper, al Gobierno. Es una negociación que deberá despejarse en los próximos meses, si bien como advierten los analistas, será complicado cambiar la postura norteamericana de la noche a la mañana.

En la administración Trump tampoco gustó el encuentro del ministro de Transportes, José Luis Ábalos, con la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, en Barajas. Lo expresó en público Jon Piechowski, subsecretario de Estado, afirmando que EEUU tiene "preguntas" sobre el polémico cara a cara. "Es una oficial del exrégimen de Maduro sancionada no sólo por EEUU, sino por la Unión Europea", dijo el funcionario estadounidense. "Celebrar este tipo de reunión con alguien como Delcy Rodríguez es decepcionante y podría ser desalentador", advirtió. Ábalos, por su parte, siempre defendió que evitó una "crisis diplomática", sin mencionar con qué país.

La tasa Google (con la amenaza de incrementar los aranceles), el petróleo de Venezuela y la situación de Repsol, la retirada de la fragata Méndez Núñez del grupo de combate dirigido por la US Navy o el insuficiente gasto militar que ejecuta España, a ojos de Estados Unidos, en el compromiso fijado dentro de la OTAN han sido otros motivos de disputa entre España y Estados Unidos en los últimos meses.

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