A menos de siete días de que se abran las mesas electorales en Cataluña, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no parece verle mucho futuro al procés o al independentismo que han llevado a Cataluña a la cola de tantos indicadores económicos o hundido la sanidad pública. Con su penúltima presencia en la comunidad (volverá a Barcelona el miércoles), el también secretario general del PSOE considera que "el camino de la decadencia sólo lleva a más decadencia", en referencia a los últimos diez años de poder en manos de los nacionalistas.
"Ni habrá tripartito ni habrá procés", había dicho unos minutos antes el candidato Salvador Illa en su intervención y Sánchez confirmó esa sentencia centrándose de nuevo en un discurso preñado de datos y cifras, de millones que sólo un Gobierno socialista en Madrid y Barcelona podrán garantizar bien sea a través de los Presupuestos Generales del Estado y, sobre todo, de los fondos europeos que en seis años regarán con 140.000 millones a todo el país.
En opinión de Sánchez, la oportunidad de ganar en Cataluña está más cerca que nunca pero antes se necesita "que todo votante de izquierda" elija al PSC, que todo progresista vote por Illa y refrende un proyecto como el socialista cuya forma de trabajar ha resumido el presidente en cuatro verbos: proteger, gestionar, avanzar y transformar.
Para el líder de los socialistas, el Govern proclamó en Cataluña una independencia "que jamás podía ser posible" y ahora lo que está en juego el 14 de febrero depende del punto de vista de cada candidatura. Así, los independentistas se juegan "declarar la independencia por la mañana o por la tarde, pero ni ellos mismos se lo creen".
El líder de los socialistas ha cerrado este domingo el mítin protagonizado por Illa en Girona, donde también han pedido el voto el primer secretario del PSC y ministro, Miquel Iceta, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y la número uno de la candidatura por Girona, Sílvia Paneque. "No hay nada menos catalanista que el independentismo que ellos representan. El catalanismo lo representan Illa y el PSC", ha exclamado Sánchez, quien ha insistido en que "cualquier posibilidad de cambio pasa sí o sí por Salvador Illa", y por eso ha apelado al voto de toda la izquierda, pero también ha pedido acercarse a "todos los catalanes sin distinción", votasen lo que votasen, y predicar "política real" y no "política ficción".
Ha reclamado Sánchez "la máxima movilización de todos los progresistas catalanes" porque "en estas elecciones hay muchas papeletas, pero la única que ofrece cambio posible para una Cataluña en color rojo es la de papeleta del Partido Socialista".
Por su parte, el propio Illa ha apelado al voto útil de todos los que quieran abrir una nueva etapa "progresista" en Cataluña, con una "hoja de ruta" centrada en la lucha contra la crisis de la Covid y ha asegurado que si gana "ni habrá tripartito, ni habrá procés". "No seré el presidente de un bloque", ha recalcado para incidir una vez más a los votantes que en 2017 ya "creyeron que hacía falta un cambio" -en alusión a quienes optaron por Ciudadanos, que fue primera fuerza con 36 diputados- a "votar sin etiquetas, con cabeza y corazón", y a confiar en el PSC.
"Nosotros no os vamos a abandonar. Vuelvo para quedarme, si ganamos vamos a responder a vuestra confianza", ha subrayado el exministro de Sanidad, que sin mencionarlo explícitamente se refería al salto de la entonces candidata de Cs, Inés Arrimadas, a la política española poco después de su victoria. Si consigue ser presidente tras el 14F, Illa ha afirmado que aparcará la confrontación y se centrará en la "política útil y transformadora", la que se esfuerza en resolver los problemas de las personas.
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