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Suiza no olvida el desaire de España con Falciani y acelera la investigación al Rey

Las relaciones con el país helvético se deterioraron cuando España negó la extradición del informático por difundir la famosa lista de evasores fiscales.

Falciani fue intocable hasta marzo e invitado habitual en universidades o congresos
El Constitucional y el Supremo respaldan la difusión de la lista de 130.000 evasores del HSBC.
Agencias

Las diligencias que sigue la Fiscalía por las cuentas en el extranjero del Rey Emérito van a depender en gran medida del resultado que arroje la investigación de Suiza contra Juan Carlos I por este asunto. De hecho, España sigue a la espera de que el país helvético responda a las comisiones rogatorias libradas para conocer de cerca las pesquisas sobre el movimiento de los fondos del monarca. La ausencia de información de Ginebra choca con la diligencia de sus investigaciones sobre los negocios españoles en Arabia Saudí en un movimiento que se puede entender a modo de represalia por la gestión del caso 'Falciani'. 

Fuentes cercanas a la investigación entienden esta lentitud en la respuesta del país helvético como una suerte de 'vendeta' por la negativa de España a extraditar a Hervé Falciani. La Audiencia Nacional rechazó no una sino hasta dos veces su entrega en un gesto que parece que Suiza no termina de perdonar. La Sala de lo Penal, con el criterio favorable de la Fiscalía, negó la extradición del informático que puso en jaque a la banca suiza tras destapar una lista de hasta 130.000 evasores fiscales del banco HSBC. El órgano judicial no vio delitos en la filtración de esta información ni en 2013 (siendo fiscal del caso Dolores Delgado) ni en 2018. Más tarde vino el respaldo del Tribunal Supremo y del Constitucional porque no filtró la información bancaria a particulares sino a las autoridades del país. 

Las reticencias de Suiza

Además, la resolución contempla que puede moverse libremente por Europa porque su caso es cuestión juzgada, lo que impide la entrega a Suiza. Se trata de un asunto que aunque no guarda relación directa con la investigación de Suiza al Emérito, puede tener una derivada clara en el caso, de acuerdo con las fuentes consultadas. Máxime teniendo en cuenta que su colaboración con la Justicia española y francesa y su lucha contra el fraude -ahora trabaja en sistemas de vigilancia con las criptomonedas- han permitido estrechar el cerco a la evasión fiscal en países libres de impuestos. 

De todas formas las reticencias de Suiza no son nuevas. El país helvético siempre ha sido muy reservado para facilitar datos de carácter bancario. Ya en 2013 el magistrado instructor del caso Nóos, José Castro, aguardó durante mucho tiempo los resultados de la comisión rogatoria sobre la presunta fortuna oculta del yerno del Rey Emérito, Iñaki Urdangarín, como informó Vozpópuli. Sin embargo, el asunto que acaba de acoger la Fiscalía del Tribunal Supremo es de una trascendencia mucho mayor. Los investigadores siguen el rastro de la fortuna oculta de Don Juan Carlos que habría gestionado a través de sociedades ubicadas en Panamá y gestionadas por su presunto testaferro, el contable Arturo Fasana. 

Las confesiones de Corinna zu Sayn-Wittgenstein al comisario José Manuel Villarejo sobre los negocios del Rey en Arabia Saudí propiciaron las primeras investigaciones en el marco del caso Tándem sobre estos hechos. Las pesquisas, que se siguieron en una de las piezas separadas, se acabaron cerrando al tratarse de asuntos que se produjeron cuando el monarca era Jefe del Estado y, por lo tanto, gozaba de inviolabilidad. Sin embargo, esas grabaciones dieron pie, por un lado, a la apertura de diligencias en Suiza y, por otro, a un proceso similar en la Fiscalía Anticorrupción. El objetivo del país helvético era seguir el rastro del dinero del Monarca, incluida la donación que recibió en el año 2008 de 100 millones de dólares del rey saudí Abdalá bin Abdulaziz

El control de Bertossa

Así fue cómo el fiscal suizo Yves Bertossa se puso al frente de una investigación que ya ha alcanzado a los gestores la presunta trama societaria del Rey (Fasana y Dante Canónica) y que suma el testimonio aportado Corinna. La empresaria alemana confesó que había recibido un "regalo no solicitado" del Rey de 65 millones de euros. Entonces dijo que se debió al cariño que le tenía y descartó que tuviera relación con su mediación en la licitación de las obras del AVE que unieron las ciudades de La Meca y Medina. Sin embargo, la Fiscalía helvética puso el foco en este asunto y trata de investigar la relación entre la donación que recibió Corinna con los 100 millones de dólares que entregó el rey saudí al Monarca español años antes de adjudicar la faraónica obra al consorcio español. 

Aunque la Fiscalía Anticorrupción ha avanzado en sus diligencias sobre presuntos sobornos de 80 millones en esta operación saudí, las conclusiones de su homóloga suiza van a ser claves para poder avanzar en la causa abierta por el Tribunal Supremo en relación a las cuentas de Juan Carlos. Máxime teniendo en cuenta que todavía faltan pesquisas por practicar en este sentido y que todas ellas se centran exclusivamente en el movimiento de fondos que hubiera llevado a cabo Juan Carlos I a partir de junio de 2014, cuando dejó de ser inviolable. El alto tribunal -que ha aceptado la investigación al tratarse de una persona aforada- indaga si la creación del entramado societario sería constitutiva de delitos fiscales y de blanqueo de capitales.

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