Los relevos deben zanjarse este mes

Las vacantes aún pendientes en CNMV abren la puerta del regulador a Podemos

El ascenso de Rodrigo Buenaventura a la Presidencia del supervisor dejó sin timonel la Dirección General de Mercados, vacío al que se suma el final del primer mandato de Ángel Benito en el Consejo.

El vicepresidente del Gobierno de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias; y la Vicepresidenta Tercera del Gobierno y Ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño
Las vacantes pendientes en la CNMV abren la puerta del regulador a Podemos
Europa Press

Comienza la cuenta atrás para zanjar el juego de sillones en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El supervisor tiene dos frentes abiertos que deberá resolver en cuestión de días. El ascenso de Rodrigo Buenaventura a la Presidencia del órgano dejó sin timonel la Dirección General de Mercados, una de las áreas fuertes de la institución. A la urgencia de saldar este vacío se suma el final del mandato de Ángel Benito como consejero del supervisor, que vence este enero. La pelota está en el tejado de la ministra de Economía, Nadia Calviño, a quien compete proponer a los candidatos para estos cargos. La última palabra la tiene el Congreso, donde el Ejecutivo ha consagrado la gobernabilidad a una amalgama de partidos -desde ERC a EH Bildu-, que podrían verse tentados por los relevos de la CNMV, una puerta por la que también podrían asomar los socios de coalición, bajo la batuta del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. 

La salida de Sebastián Albella, expresidente de la CNMV, ha desencadenado una situación anómala en el seno del supervisor. "Antes de los dos meses previos a la fecha de expiración de los mandatos del presidente, del vicepresidente o de los consejeros no natos, el presidente de la CNMV, o quien legalmente le sustituya, solicitará del Ministro de Economía y Empresa la iniciación de los correspondientes trámites de renovación o nombramiento", reza el reglamento interno. Los plazos no se han cumplido. El fin del primer mandato de Ángel Benito en el Consejo ha coincidido con el aterrizaje de Buenaventura en la Presidencia que, a su vez, dejó una vacante en los mandos de la Dirección General de Mercados.

Tal y como recoge la norma que regula los entresijos del supervisor de los mercados bursátiles, el mandato del presidente, el vicepresidente y los consejeros no natos "tendrá una duración de cuatro años, al término de los cuales podrá ser renovado por una sola vez". Benito agota este mes su primer periplo como consejero. Ahora, su renovación pende directamente del brazo de Nadia Calviño. En el horizonte de la CNMV caben ahora dos posibilidades y ninguna de ellas es ajena a las influencias que, desde las distintas fuerzas parlamentarias, puedan ejercer sobre la decisión de la ministra socialista.

Antes de su entrada en el Consejo, Benito estuvo al frente de la Dirección General de Mercados durante casi dos décadas -entre el año 2000 y el 2017-. En condiciones normales, el presidente de la CNMV debería haber notificado al Ministerio de Economía la iniciación de los trámites para el relevo o la renovación de dicho cargo antes de los dos meses previos a la fecha de expiración de su mandatos, es decir, el proceso tendría que haberse iniciado antes de noviembre. Las modificaciones en la cúpula a finales del año pasado han postergado el proceso, lo que deja al regulador apenas unos días para zanjar el futuro de la vacante

Benito podría quedarse en el Consejo otros cuatro años, salir definitivamente del organigrama de la CNMV o asumir una función que conoce 'al dedillo' retornando al frente de la Dirección General de Mercados, la otra vacante pendiente en el seno del regulador. La situación es inédita. La norma interna del supervisor obligaba a sus responsables a dejar sus cargos el mismo día de la conclusión de su mandato. La salida de Albella y la de su 'número dos', la exvicepresidenta del supervisor Ana Martínez-Pina, se resolvió apenas una semana antes del vencimiento de sus mandatos. El ajustado plazo llevó al Consejo de Ministros a modificar la Ley del Mercado de Valores para que ambos pudieran seguir en sus puestos hasta resolver su relevo. 

El antecedente de la CNMC

En septiembre de 2019, cuando el Gobierno de coalición apenas era una posibilidad en el tablero del PSOE, la entonces vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, admitió que el partido de Iglesias podría acceder a puestos de relevancia de organismos públicos como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el Defensor del Pueblo o el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). La foto del pacto del abrazo ha permitido, de hecho, la entrada de Unidas Podemos y ERC a la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC). 

El Ejecutivo de Pedro Sánchez abrió la puerta del supervisor mayor del Reino a Carlos Aguilar, experto en el mercado audiovisual y próximo a En Comú Podem, que el año pasado entró en el Consejo de la CNMV, con el respaldo del Consejo de Ministros. En el marco de la renovación de los principales organismos reguladores de la actividad económica, el Ejecutivo de coalición aupó a Josep Sala, especialista en renovables al que ERC designó en su momento para formar parte del comité de expertos elaborado a petición del exministro Álvaro Nadal en el Gobierno de Rajoy. 

Lo ocurrido en Competencia anticipa que el 'juego de tronos' en la CNMV tampoco quedará al margen de lo que ocurre en los pasillos del Congreso. El propio Albella comentó, en la reunión que mantuvo con la ministra Calviño antes de su salida, que tenía ciertas dudas sobre si contaba con la confianza del Ejecutivo, tal y como trasladaron a La Información fuentes cercanas al proceso. Para la Dirección General de Mercados del regulador bursátil se maneja la opción de Javier Ruiz del Pozo, actual director del Departamento de Mercados Secundarios en la CNMV. El relevo de Ángel Benito como consejero es todavía una incógnita que deja abierta la alternativa de Podemos para que la formación 'morada' se incorpore a la cúpula de poder de la entidad que preside Rodrigo Buenaventura. Todo ello con permiso de Nadia Calviño.

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