Epicentro de la crisis

Bank of America exigió a Grifols que diese crédito a Scranton en la compra de filiales

El traspaso de BPC y Haema en 2018, que tanto Grifols como Scranton contabilizan como propias en sus cuentas,
se realizó con financiación del banco pero exigió que la multinacional se involucrase con otro préstamo.

Alfredo Arroyo, director financiero (CFO) de Grifols, dará explicaciones a los inversores este jueves tras las acusaciones de maquillaje contable de Gotham.
Alfredo Arroyo, director financiero (CFO) de Grifols, dará explicaciones a los inversores este jueves tras las acusaciones de maquillaje contable de Gotham.
Grifols vía La Información

Alfredo Arroyo, director financiero de Grifols desde 2007, se conoce al dedillo la estructura de deuda, préstamos y operaciones corporativas en que ha incurrido la multinacional farmacéutica durante la última década. Su papel en la actual crisis de credibilidad que afronta la farmacéutica es clave para restaurar la confianza de los inversores en una semana de infarto para la empresa del Ibex 35. También de las operaciones vinculadas entre Grifols y Scranton, vehículo familiar de la familia Grífols y directivos como Tomás Daga Gelabert, que ha puesto en el disparadero la firma de análisis Gotham City entre acusaciones de maquillaje contable.

Grifols afronta este jueves una conferencia sin preguntas de la prensa en la que dará explicaciones a los analistas de brókeres y bancos de inversión sobre las dudas generadas con la contabilidad de la compañía. El epicentro se centrará en la aplicación de la norma NIIF 10 sobre consolidación de resultados de participadas minoritarias. Gotham se preguntó en su informe si los bancos acreedores sabían que tanto Grifols como Scranton contabilizan a la vez los beneficios de las filiales BPC Plasma y Haema AG, pero solo la segunda carga con la deuda asociada a la adquisición realizada en diciembre de 2018.

La respuesta sencilla y rápida es que sí. Los bancos son conocedores de las prácticas contables de Grifols, pero también el auditor KPMG y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que preguntó por la operación y la validó entonces, según fuentes financieras consultadas por 'La Información'. De hecho, el banco que diseñó y financió el traspaso de activos puso sobre la mesa la compleja fórmula que ayudó a Grifols a aligerar su apalancamiento de cara a la macro-refinanciación de la deuda de 5.300 millones que realizó la farmacéutica meses más tarde en 2019.

Bank of America, banco financiador de Scranton en la compra de BPC Plasma y Haema por 530 millones de dólares, exigió que Grifols-empresa se involucrase en la financiación al vehículo de la familia Grífols con otro préstamo cercano a los 100 millones. De ese modo, según fuentes financieras, la entidad estadounidense vio la fórmula para reducir su riesgo.

"La entidad financiera [Bank of America] utilizada por Scranton para financiar la operación impuso como condición [a Scranton] para dar soporte a la operación, la suscripción de un "Vendor's Financing", préstamo de Grifols a Scranton. A pesar de que Scranton tenía caja suficiente y no necesitaba este préstamo, la entidad financiera creyó necesario involucrar a Grifols en la operación", según reveló Grifols en un comunicado enviado a la CNMV el martes.

La polémica de la norma NIIF 10

Por otro lado, la doble contabilización de los resultados de las filiales BPC Plasma y Haema AG por parte de Grifols y Scranton se ha convertido en objeto de debate, pero se ajusta a la legalidad y forma parte de las exigencias de los bancos acreedores para poder refinanciar la deuda de la farmacéutica que arrastra por la carrera de adquisiciones que inició antes de la pandemia con el grupo chino Creat, a quien Grifols compró activos en EEUU y Alemania por valor de 3.000 millones de euros. Según el esquema planteado, Grifols contabiliza los beneficios de dichas filiales (BPC Plasma y Haema) pero no la deuda porque esta recae en Scranton, el comprador. ¿Cómo puede consolidar empresas que ya no son suyas?

La clave es que Grifols incluyó una opción de recompra irrevocable que se puede ejecutar en cualquier momento hasta 2049, al tiempo que se aseguró la exclusividad como cliente de dichas filiales y además tiene el control de la gestión en las mismas. Según el criterio de la compañía y el auditor, "lo anteriormente mencionado constituye los indicadores del poder que mantiene Grifols sobre dichas entidades, aún después de su venta, considerando que las opciones de recompra son susceptibles a ser ejercitadas y Grifols tendría la capacidad financiera para llevarlas a cabo. Consecuentemente, la venta de las entidades no da lugar a una pérdida de control, motivo por el cual las entidades se continúan consolidando".

Por este motivo, Grifols registró la venta de filiales a Scranton como una transacción en patrimonio sin impacto alguno en la cuenta de pérdidas y ganancias consolidada [NIIF 10.23, B96]. Los resultados a partir de la venta son atribuidos al interés no controlante [NIIF 10-B94], según las explicaciones que dio la empresa. Fuentes del sector de la auditoría señalan que el tratamiento contable se ajusta a la normativa y, por tanto, no hay nada ilegal en ese tipo de operaciones, "más comunes y habituales de lo que parece". Sin embargo, los inversores minoristas se han encontrado ahora, a través de Gotham, con esta nueva señal de alerta en las cuentas.

El alto apalancamiento que ya arrastraba Grifols por la citada carrera de adquisiciones corporativas que le han llevado a ser un gigante mundial, se encuentra ahora en proceso inverso después de la reciente venta de la mayor parte de Shanghái RAAS al grupo chino Haier Group por 1.650 millones de euros. El pasivo bruto de la farmacéutica se eleva por encima de los 11.000 millones de euros. La mitad de ellos son deuda bancaria con un pool de entidades acreedoras y el resto forman parte de la serie de cinco emisiones de bonos que realizó entre 2017 y 2021 que vencen a partir de 2025. Para entonces, menos de doce meses, Grifols debe tener lista su nueva estructura financiera que debería estar negociando ahora, solo que el informe de Gotham ha desviado todas las energías del grupo y los bancos financiadores a un proceso de restaurar la confianza que aún llevará algún tiempo.

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