En máximos desde 2001

El BCE y la Fed afrontan la penúltima reunión del año con los bonos al rojo vivo

El organismo con sede en Fráncfort acapara el protagonismo esta semana con la pausa como escenario más probable. Cogerá el testigo de la Reserva Federal, a la que el alza de los intereses de la deuda le facilita el trabajo. 

Powell y Lagarde
El BCE y la Fed afrontan la penúltima reunión del año con los bonos al rojo vivo. 
La Información

Los bancos centrales vuelven a acaparar el protagonismo de los mercados financieros esta semana. Con la temporada de resultados en plena ebullición, este jueves el Banco Central Europeo (BCE) será el encargado de dar el pistoletazo de salida de manera oficial -con permiso del Banco de Canadá, que lo hará un día antes- a su penúltima ronda de reuniones del año en materia de política monetaria. Lo hará en medio de un entorno de incertidumbre en el que la guerra de Oriente Medio, el mercado de deuda y de materias primas no se lo está poniendo fácil. Los analistas apuntan a la pausa como escenario más probable después de ejecutar diez aumentos consecutivos de los tipos de interés desde que en julio de 2022 comenzará con el endurecimiento monetario.

Tras el aumento en 25 puntos básicos el pasado mes de septiembre, las tasas de referencia del dinero han escalado hasta el 4,5%, algo inédito en 22 años. Un nivel que los analistas consideran "restrictivo", mientras la inflación todavía se encuentra por encima del objetivo del 2%, pese al recorte de nueve décimas en septiembre, hasta el 4,3%, mínimos de octubre de 2021, y la economía da visos de desaceleración en la eurozona, tal y como reconocen en las actas del propio banco central. En este punto, los expertos inciden en la encrucijada en la que está envuelto el organismo con sede en Fráncfort. "El BCE se mueve sobre una línea cada vez más fina", advierte el economista jefe para Europa de Bank of America, Rubén Segura-Cayuela.

En concreto, considera que "no es el momento" de revisar el mensaje de septiembre, cuando Christine Lagarde hizo hincapié en la premisa de tipos de interés más altos durante más tiempo tras elevar las previsiones de inflación y rebajar las de crecimiento para la eurozona hasta 2025. "Nuestras expectativas se limitan a aclarar la situación de los requisitos de reservas mínimas y el debate sobre la reinversión del PEPP", matiza, para puntualizar que si la responsable del banco central hace mención en su discurso al programa de compras de emergencia durante la pandemia, el citado PEPP, "sería en realidad una línea dura" que, en todo caso, espera que evite a tenor de los últimos movimientos del mercado.

Cabe destacar el repunte de los intereses de la deuda a largo plazo en economías europeas como la española, donde el bono a diez años se encuentra en máximos de diez años tras escalar a la zona del 4%, así como en el papel italiano, que se movía en el 4,9% al término de la semana pasada tras sobrepasar el 5% por primera vez en una década el día anterior. El 'bund' alemán, por su parte, considerado la referencia en Europa, tampoco ha escapado de las turbulencias y se mueve en máximos de máximos de 2011, hasta el 2,8%. "La situación ha cambiado drásticamente (...). El crecimiento en Europa no es nada halagüeño para los próximos trimestres ante el auge de las materias primas", destaca Ignacio Fuertes, director de inversiones de MiraltaBank.

Pese a estas declaraciones, el socio de la firma fundada por Emilio Botín O’Shea, defiende que la inflación seguirá la senda descendente de los últimos meses "siempre y cuando el petróleo no supere la barrera de los 100 dólares". Al cierre de los mercados el viernes, el Brent, el crudo de referencia en Europa, ha dado un respiro. Su cotización ha experimentado una ligera caída hasta los 92,2 dólares, en línea con el West Texas, que ha desinflado su trayectoria alcista y que se coloca en los 88 dólares. En lo que va de año, la subida contabilizada en ambos casos ronda el 7,5%.

El dilema de la Fed ante la resistencia de la economía americana

Algo más complicado lo tiene la Reserva Federal, que arrancará su encuentro de política monetaria el día de Halloween, para dar a conocer el veredicto del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) el Día de Todos los Santos. Pese a la ambigüedad de los últimos mensajes, a medida que se acerca la cita, el mercado espera que la pausa decretada hace un mes se mantenga al menos hasta diciembre, que es cuando ven más probable que los mueva otros 25 puntos básicos, frente al rango del 5,25-5,5% en los que se encuentran tras la subida de julio, tras llevar a cabo el ciclo de endurecimiento monetario más pronunciado de la historia del país, con once incrementos desde marzo de 2022.

Ante el dilema de quedarse cortos o pasarse de frenada, tal y como ha expuesto el presidente del banco central, Jerome Powell, en su última intervención, lo cierto es que "la resiliencia continuada de la economía americana ha pillado a muchos por sorpresa", señalan los expertos de M&G Investments. A juicio de la gestora, esta situación obedece a varios factores, entre ellos, la fortaleza del mercado laboral a causa de la escasez de mano de obra; la mejora de la salud financiera de los consumidores a raíz del ahorro acumulado durante la pandemia; la reducción del endeudamiento por parte del sector privado y corporativo desde la crisis financiera global de 2008; así como la alta inflación que, a su vez, ayuda a "erosionar" el valor real de la deuda.

En este contexto, los analistas remarcan que el problema está en los niveles de deuda gubernamental y los "elevados" déficits". "A diferencia del sistema bancario, los estados no han corregido los desequilibrios generados por el incremento del gasto público. Esa es la diferencia", apostilla Fuertes, al tiempo que avisa de que "la situación no es sostenible en el tiempo". A medida que el mercado se empieza a deteriorar, la presión también se traslada al bono americano a largo plazo, que ya coquetea con el 5%, máximos previos a la quiebra de Lehman Brothers, pero con una economía el triple de endeudada.

Algunos miembros de la Reserva Federal como la presidenta de la Fed de Dallas, Lorie Logan, ya han admitido abiertamente que el repunte de las rentabilidades de la deuda pueden reducir la necesidad de continuar con el endurecimiento monetario. A esto se añade la reducción del balance, que si bien se produce de manera lenta, en el último año y medio la ha reducido en un billón, medida que también sirve de ajuste monetario.

Desde Bankinter se muestran escépticos con la estrategia empleada por Powell. El mandatario alertó de que la solidez de los datos de PIB y empleo, con la tasa de paro en el 3,8%, cerca de su mínimo histórico del 3,4% pueden reactivar de nuevo la inflación, que en Estados Unidos es del 3,7%. "Esto demuestra que en realidad no quieren subir los tipos, sino utilizar una dialéctica que sale gratis para mantener altas las TIR del mercado y, así conseguir el mismo efecto de contención sobre las bolsas y la economía que subiendo tipos, pero sin subirlos. Y lo consiguen. No esperamos que esto cambie en unas semanas", defienden. 

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