La situación puede darse la vuelta

La volatilidad del crudo priva a las petroleras de sellar otro semestre dorado

Repsol, Total, BP... las grandes compañías que registraron beneficios récord en 2022, han sufrido un 'traspié' en sus cuentas motivado por el abaratamiento del petróleo, cuyo repunte, sin embargo, vuelve a ilusionar al sector.

Extracción de crudo en alta mar
La caída del precio del crudo priva a las petroleras de sellar otro semestre dorado
Equinor

Los últimos resultados semestrales de las grandes petroleras presentan el mismo patrón: una caída pronunciada de sus beneficios, castigados por el abaratamiento del crudo, y un refuerzo del dividendo a modo de compensación para el accionista. Las mismas compañías que, al calor de la subida del oro negro, se regaron de unos beneficios sin precedentes durante el pasado ejercicio, han experimentado un 'efecto rebote' en la primera mitad del año. No obstante, la tendencia del mercado energético indica que este traspié en sus beneficios, podría no tener continuidad en los próximos meses.

Si concentramos la atención en Europa, observamos que durante los seis primeros meses del año, el precio medio del barril de referencia del Viejo Continente, tipo Brent del Marte del Norte, fue de 79,86 dólares, llegando a cotizar en los 71,84 dólares el pasado 12 de junio. Cifras, que distan mucho de las registradas en 2022, cuando se produjo una subida anómala de las cotizaciones de las materias primas -motivada por la elevada tensión en el escenario geopolítico- y el precio medio de este barril escaló hasta los 104,94 dólares.

El descenso del crudo, sumado al frenazo de la demanda eléctrica, los mayores costes por la inflación y la senda alcista de los tipos de interés, orquestada por los bancos centrales en su batalla por reducir la inflación, ha propiciado que las principales petroleras del continente hayan reducido drásticamente sus beneficios en este periodo, si se toman como referencia los resultados récord cosechados el año pasado.

El 'pinchazo' se extiende por toda Europa

Bajo esta coyuntura, multinacionales como Repsol han recortado un 44% sus beneficios en el primer semestre con respecto al ejercicio precedente, hasta ganar 1.420 millones de euros. No obstante, la compañía presidida por Antonio Brufau, ha compensado al accionista abonando un dividendo complementario de 0,35 euros por acción con cargo a los beneficios de 2022, que se suma a la retribución pagada en enero. Así, ha aumentado un 11% el dividendo en efectivo, hasta los 0,7 euros brutos por acción.

En la misma línea que la española, Shell ha sufrido un 'pinchazo' del 53% en sus beneficios tras ganar 11.843 millones de dólares (10.699 millones de euros) en los primeros seis meses. Al igual que Repsol, la compañía anglo-holandesa ha reforzado a su accionariado con el reparto de un dividendo trimestral de 0,331 dólares por acción, que supone un incremento del 15% de la retribución.

Una dinámica similar ha experimentado Eni. Los 2.682 millones de beneficio que ha sumado la italiana se traducen en un desplome del 64% si se comparan con los obtenidos en el mismo periodo del año pasado. Tras hacer balance de sus cuentas, su CEO, Claudio Descalzi, aseguró que el flujo de caja de la petrolera les permitirá "cubrir casi la totalidad del reparto de dividendos de 2023".

Otra de las más beneficiadas en 2022, la francesa TotalEnergies, tampoco se ha librado del rebote y ha seguido el guion de sus homólogas europeas con una desaceleración del 9% de sus ganancias en comparación con las contabilizadas un año atrás, hasta los 9.645 millones de dólares (8.760 millones de euros al cambio actual). Asimismo, la petrolera gala ha aprobado la distribución de un segundo dividendo a cuenta de 2023 que mejora un 7,25% los tres dividendos provisionales del ejercicio anterior.

Por su parte, la gigante noruega Equinor, antigua Statoil, se ha anotado un beneficio neto de 6.795 millones de dólares (6.170 millones de euros) en el conjunto de los seis primeros meses de 2023, un 41% menos que en el mismo periodo de 2022. En su caso, la compañía estatal nórdica ha apostado por mantener sus planes de pagar dividendos a sus accionistas por valor de 11.000 millones de dólares (9.980 millones de euros) este año.

El caso de BP merece una lectura aparte. Para finalmente cosechar unos beneficios récord el año pasado, la petrolera y gasista británica tuvo que remontar las pérdidas millonarias que le ocasionó en los primeros meses el abandono de sus negocios en Rusia. Por ello, su impacto en los beneficios es perceptible si se compara su segundo trimestre, donde ha ganado 2.600 millones de dólares (2.359 millones de euros), un 70% menos que en los mismos meses del año anterior. Al igual que el resto, la compañía ha compensado al accionista con un alza del 10% en su dividendo trimestral, que alcanza ya los 0,727 dólares por acción ordinaria.

La historia puede darse la vuelta

El frenazo de las ganancias de las grandes petroleras podría tener fijada su fecha de caducidad si atendemos a la últimas tendencias del mercado energético. Los refinadores se preparan para nuevas subidas en el precio del petróleo, propulsadas por la entrada en vigor de los recortes de producción que han impuesto Arabia Saudí y Rusia en la última reunión de la OPEP+ con el fin de evitar mayores caídas en el precio del crudo.

Otros factores, como el auge del consumo de combustibles convencionales en plena temporada de viajes por carretera en el hemisferio Norte están contribuyendo a un nuevo repunte en la cotización del barril de Brent, cuyo promedio mensual fue en julio de 80,16 dólares, 5 dólares o casi un 7% más respecto al promedio del mes anterior, según se desprende del informe mensual de la OPEP, que da un plus de optimismo a las expectativas de las petroleras para lo que resta de año.

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