Las acciones del fabricante japonés Nissan se han hundido un 10% en la Bolsa de Tokio este miércoles hasta los 520,5 yenes (alrededor de 3,94 euros por título) tras la presentación de las cuentas de su último ejercicio fiscal, que en su caso va de abril a marzo. El tercer mayor fabricante nipón ha logrado rebajar sus números rojos un 33% hasta los 448.700 millones de yenes, unos 3.387 millones de euros.
La firma confía ahora en poder acercarse al 'brake even' o punto de equilibrio este mismo año, si bien seguiría registrando unas pérdidas de 60.000 millones de yenes (453 millones de euros), puesto que confía en que las matriculaciones avancen un 8,6%. Su facturación por ventas cayó un 21,4% interanual hasta los 58.890 millones de euros.
Sin embargo, la firma ha reconocido que esta perspectiva está plagada de riesgos ante la escasez mundial de chips. "El año fiscal 2020 fue un ejercicio dominado por la pandemia de Covid-19 e impactado por múltiples factores, como el aumento de la conciencia medioambiental y los cambios políticos y económicos", asegura Makoto Uchida, su consejero delegado.
El grupo insiste en que su apuesta para recuperar la rentabilidad pasa por "avanzar en la tecnología y reducir los costes al mismo tiempo". El grupo nipón tiene además como objetivo que su cadena de producción y sus automóviles sean "cero emisiones" en 2050.
Nissan confirmó el año pasado su intención cerrar la planta con la que cuenta en Barcelona, un cierre que se produciría el próximo mes de diciembre. La multinacional también ha previsto bajar la persiana de otra de sus instalaciones de producción en Indonesia. En el caso de su fábrica en España y si no llega un inversor, se perderán 2.525 puestos de trabajo directos. Otros 25.000 indirectos dependen de la actividad en la planta.
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