Un dólar débil

El sesgo a favor de la vivienda podría costar caro a los inversores en Wall Street

La caída del precio de la vivienda está asociada a un ciclo positivo para las bolsas de EEUU, aunque en este caso, la incertidumbre sobre la recesión y los tipos de interés no deja tan claro si se cumplirá esta premisa. 

Wall Street
El sesgo a favor de la vivienda podría costar caro a los inversores en Wall Street. 
EFE

Dicen que el mercado inmobiliario puede dibujar tendencias de suelo para las bolsas. O, al menos, que así lo ha hecho en otros momentos. No obstante, cada ciclo es diferente y hay que tener en cuenta múltiples factores. El panorama muestra una contracción de precios de la vivienda, con un descenso promedio de entorno al 5%. Esto muchas veces se ha entendido como un ciclo positivo para la bolsa de Estados Unidos pensando en el medio plazo. 

Sin embargo, ahora el contexto ha cambiado: la recesión económica aún no ha llegado y la Reserva Federal parece no haber acabado con el ciclo restrictivo. "La vivienda aún no puede ser entendida como reflejo de nada para con los mercados de renta variable… Cuidado con los sesgos domésticos", señala Morgan Stanley en un reciente informe.

Hay que tener en cuenta como está el telón de fondo de los mercados. Hasta abril, la renta variable internacional sólo representaba el 15% de los activos totales de los inversores estadounidenses, según Morningstar. Pero hay razones para ello. La renta variable estadounidense opera en un mercado único con una moneda única y una amplia exposición al crecimiento, el valor y los ingresos. Y durante la última década y media, la renta variable estadounidense ha superado cómodamente a la estadounidense. Las acciones estadounidenses no siempre obtienen mejores resultados. 

Si se amplía el espectro, resulta evidente que las acciones de Wall Street y de otros mercados han registrado periodos de rentabilidad por encima de la media en los últimos 50 años a intervalos irregulares. No obstante, la racha más reciente de dominio de Estados Unidos terminó en 2021. Entre octubre de 2022 y mayo de 2023 -un periodo especialmente fuerte para los valores no estadounidenses- el índice MSCI EAFE de valores de mercados desarrollados fuera de Estados Unidos y Canadá obtuvo una rentabilidad neta del 26,2%, superando tanto a la del MSCI USA (13%) como a la del S&P 500 (13,3%).

La cuestión es si ha llegado el momento de que los inversores estadounidenses empiecen a buscar en otros países el potencial de rentabilidad de la renta variable, teniendo en cuenta el contexto actual: un marco en el que la Reserva Federal ha subido los tipos de interés a la mayor velocidad en la era moderna, sobrepasando el umbral psicológico del 5%. Para los expertos de AllianceBernstein, en primer lugar, la depreciación del dólar estadounidense -en parte como resultado de la disminución de la presión inflacionista en EEUU- debería "apoyar a determinadas empresas y valores fuera de las fronteras estadounidenses".

"Un dólar más débil ha estado correlacionado en el pasado con un rendimiento superior de los valores no estadounidenses (…) También aumenta la rentabilidad de los inversores estadounidenses que poseen valores no estadounidenses, que valen más cuando se convierten a dólares", explican desde la gestora. En segundo lugar, estos expertos consideran que la reapertura de China debería impulsar "el gasto de los consumidores en todo el mundo", incluidos los mercados emergentes y los mercados desarrollados no estadounidenses, como la Unión Europea, cuyo principal socio comercial es China.

Además, habría que sumar que la renta variable de los mercados emergentes a la combinación puede ofrecer a los inversores exposición a empresas dinámicas en algunos de los países de más rápido crecimiento del mundo. "La India, por ejemplo, sigue adelante con sus esfuerzos de inversión y eficiencia para apoyar el crecimiento, que se espera supere al de China y el mundo en los próximos cinco años", comentan desde AllianceBernstein.

La gran concentración del mercado

Uno de los grandes riesgos que pueden tener los inversores en el contexto actual, y que se está comentando por parte de diferentes analistas en estas últimas fechas, tiene que ver con la amplitud del mercado en Wall Street. O, dicho de otra forma, el riesgo de concentración que está representando. Si se echa un ojo a los 10 principales componentes del S&P 500, se observa un enorme sesgo tecnológico. Hasta ahora, han representado más del 90% de los rendimientos del índice en 2023. 

Los índices no estadounidenses ofrecen diversificación mediante el acceso a empresas infrarrepresentadas en el país norteamericano como los fabricantes europeos de artículos de lujo, y a tendencias importantes, como la automatización industrial en Asia. "En nuestra opinión, las acciones estadounidenses siguen ofreciendo un sólido potencial de rentabilidad a largo plazo… Pero creemos que los inversores pueden ganar mucho si se aventuran más allá de la frontera para construir una asignación de renta variable más diversificada a escala mundial", dicen desde AllianceBernstein.

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