Pierde más del 50% en 2023

Los grandes 'tiburones' bajistas exprimen el 'crash interminable' de Siemens Energy

El holding alemán que produce equipos para la industria de gas, petróleo y eólica ha dejado un rastro de pérdidas que supera los 20.000 millones de euros de capitalización desde enero de 2021.

Logo de Siemens Energy en la Bolsa de Fráncfort.
Logo de Siemens Energy en la Bolsa de Fráncfort.
DPA vía Europa Press

Los grandes 'hedge funds' británicos y franceses tenían bastante claro la dirección que iba a tomar Siemens Energy en algún momento desde que salió a bolsa. La declaración de intenciones de su dueño, Siemens AG, cuando consumó el 'spin-off' fue que reduciría su participación de forma acelerada hasta diluirse al 25% una vez cotizase en bolsa. Para ello entregó el 55% a sus minoritarios y se quedó con otro 45% compartido con el plan del pensiones del grupo (Siemens Pension Trust).

Pero ese plan sembró el futuro en bolsa de ventas programadas que ha ido realizando de forma regular trimestre a trimestre hasta reducir su participación al 31% actual. Unido a los problemas del sector gasista en Alemania tras la guerra de Rusia en Ucrania, y la indigestión a la hora de absorber a la filial eólica Siemens Gamesa, han generado un 'crash' bursátil de 20.000 millones de euros desde enero de 2021 que los inversores en corto han sabido aprovechar. 

La compañía está negociando con el Gobierno alemán la concesión de avales públicos -y obtener liquidez- para seguir desarrollando sus proyectos eólicos ante un escenario complicado. La eléctrica danesa Orsted, uno de sus principales clientes, anunció este miércoles que congelaba el desarrollo de su eólica en EEUU asumiendo un golpe contable negativo de más de 3.800 millones de euros.

Los especialistas en la materia de la City y París como Boussard & Gavaudan (-1,7% del capital de Siemens Energy), Qube Research (-1,1%), Marshall Wace (-0,8%) y Janus Henderson (-0,7%) están subidos en una montaña de plusvalías desde hace meses gracias a sus posiciones en corto sobre con el holding energético alemán.  En total, el registro del supervisor señala que poseen el 4,43% de la empresa, más que la familia Siemens (3%) pero menos del 31% que tiene su matriz Siemens AG.

Este tipo de operativa se revaloriza con las caídas del activo subyacente. Y eso es lo que no para de hacer una y otra vez la acción de Siemens Energy prácticamente desde que cotiza en bolsa. Salió a bolsa en el otoño de 2020 y marcó máximos en el arranque de 2021 con una valoración en bolsa de más de 25.000 millones de euros. ahora apenas vale 6.500 millones, lo que representa una caída del 75% en bolsa. 

A estos niveles cotiza un 50% por debajo de la valoración que hizo en 2022 del 100% de su filial eólica Siemens Gamesa, a la que tasó en 12.300 millones con su opa. Hay que tener en cuenta que dos tercios del negocio de Siemens Energy corresponde a su actividad en turbinas y equipos para la industria del gas y el petróleo, mientras que apena el tercio restante es el peso del constructor de molinos de viento.

Como es una inversión inversa -se revaloriza con la caída-, las plusvalías actuales de los cortos de Boussard, Qube, Janus y Marshall superaría los 1.000 millones de euros, según estiman fuentes financieras. Si la operativa que tienen es al contado, la diferencia entre el precio al que construyeron su posición y el valor actual de esas acciones que tendrían que recomprar ahora en bolsa supera, al menos, el 200%. 

No obstante, los 'hedge funds' recurren habitualmente a derivados financieros a medida, cuyo valor depende en cada caso de las condiciones con su bróker y el grado de apalancamiento que tengan fijado en estos contratos. Tras el desplome del 32% acumulado en octubre, el peor  mes de su historia como cotizada, Siemens Energy ha perdido más de la mitad de su valor solo en 2023 y va camino de su tercer año consecutivo de cuantiosas pérdidas bursátiles.

Una descarbonización que carbonizó a Gamesa

El objetivo imperativo de Siemens AG cuando creó su holding de energía en 2019 era el sacar de su balance esta actividad y, a la vez, dar un salto de gigante en su plan estratégico de descarbonización y objetivo de emisiones netas cero. El histórico grupo alemán explicó entonces que buscaría centrarse en actividades como la automatización, digitalización, infraestructuras inteligentes y movilidad. Con ello, el conglomerado industrial pasaría del suspenso temporal en términos de huella de CO2 y sostenbilidad (ESG), a dar un cambio radical y aspirar al sobresaliente.

Pero el proceso de emancipación e independencia de Siemens Energy -la nueva marca de SE Gas & Power- comenzó a mostrar los primeros problemas con la fricción entre las distintas áreas de negocio con la incorporación de Siemens Gamesa, que hasta entonces estaba en el balance de Siemens AG. La matriz aprovechó la compra del 8% que le quedaba a Iberdrola para traspasar a su otra filial las acciones de la eólica y comenzar a integrarla. La forma de actuar de los alemanes ha dejado un rastro de desgobierno en el área eólica después de la sucesión con cinco consejeros delegados en solo cinco años

En mayo de 2017, a los pocos meses de la fusión entre la española Gamesa y Siemens Windsystems -que tenía el grueso de su plantilla y actividad en Dinamarca-, el entonces primer ejecutivo, Ignacio Martin San Vicente, dejó el cargo tras el cambio de poder desde Iberdrola a Siemens. El alemán Markus Tacke fue quien llevó las riendas hasta junio de 2020 bajo mandato de Munich.

Fue entonces cuando Andreas Nauen, hasta entonces responsable de la división eólica marina (offshore). Le sustituyó pero sin lograr arreglar los problemas de la filial. En febrero de 2022, Siemens envió a su 'señor Lobo' para enterrar las dificultades existentes y buscar soluciones. La llegada de Jochen Eickholt, especialista en fusiones y adquisiciones de Siemens, escondió sin embargo las verdaderas intenciones: jibarización de la empresa, despidos y nueva operación corporativa que se confirmó con una opa. El alemán sigue en el cargo como también en la cúpula de Siemens Energy, pero ahora es el holding que aún dirige Christian Bruch el que necesita su propia reestructuración tras la crisis de este 2023.

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