En juego 750.000 millones de euros

Los cuatro 'jinetes frugales' que cierran el paso a España ante el Fondo Europeo

Son Mark Rutte, Sebastian Kurz, Stefan Lofven y Mette Frederiksen, Un liberal, un conservador y dos socialdemócratas lideran desde el norte del continente el rechazo a la propuesta de ayudas de Bruselas.

Los cuatro 'jinetes frugales' que cierran el paso a España ante el Fondo Europeo
Los cuatro 'jinetes frugales' que cierran el paso a España ante el Fondo Europeo
La Información

La Cumbre europea del 17 y de 18 de julio en Bruselas será un acontecimiento único. Se trata de la primera cita presencial tras el estallido de la pandemia del coronavirus en Europa a mediados de marzo. También, la primera en la que Alemania ejerce su recién estrenada presidencia rotatoria del Consejo de la UE y, justo el primer día del cónclave, coincide con el cumpleaños de la canciller Ángela Merkel.

Será también la primera en la que los líderes europeos discutan cara a cara la propuesta de 750.000 millones de euros para un Fondo de Recuperación contra la crisis económica de la Gran Reclusión, financiado por masivas emisiones de deuda lanzadas por la Comisión en nombre de la UE. Y será, por tanto, el primer contacto que examinará la fortaleza de los conocidos como ‘4 Frugales’: Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia, contribuyentes netos a los presupuestos de la UE. ¿Ejercerán presión real sobre la canciller, Angela Merkel y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, así como en la Comisión y el BCE? Si España e Italia quieren obtener 77.000 y 81.000 millones de euros respectivamente del Fondo ‘Next Generation EU’ deberán que doblegar a los mandatarios de esos cuatro países.

Son tres hombres y una mujer. Dos socialdemócratas, un conservador y un liberal. Los cuatro jinetes frugales que cabalgan contra el sur europeo, reacios a ofrecer transferencias a fondo perdido a los socios más golpeados por la pandemia del coronavirus. Son los antiguos aliados de la Alemania que entre 2010 y 2016 impuso políticas de contención fiscal a los Estados de la UE agravando la pasada crisis. Ahora están solos, con Merkel junto a Macron abogando por una ambiciosa respuesta comunitaria y la gestión de las finanzas alemanas a cargo de un socialdemócrata y no de Wolfgang Schauble. De este grupo de países también se ha caído Finlandia, ahora gobernada por correligionarios de Pedro Sánchez y el luso Antonio Costa.

Rutte y Kurz, los duros de los frugales. El primer ministro neerlandés Mark Rutte es el capitán de lo queda del barco frugal. Cercano a Macron hasta el estallido de la pandemia, con quien pactó la renovación completa del grupo liberal en la Eurocámara, un cambio de nombre y la patada al histórico líder belga Guy Verhofstad incluidos. En su país Rutte está al frente de una precaria coalición con los cristianodemócratas cuyo líder es el ministro de Finanzas que desató las iras de Portugal en marzo por sus críticas al impacto del coronavirus en el sur del continente.

En las últimas reuniones entre los socios europeos, "no ha habido tanta tensión" con Rutte y su ministro de finanzas, reconocía recientemente para La Información un miembro del Gobierno español, que incidía precisamente en la lucha interna dentro del gobierno holandés, es decir, "por política interna", como una de las causas de su "rigorismo" sobre el Fondo de Recuperación.

Pedro Sánchez, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, y mandatarios como Macron y Merkel deben convencer a Rutte del beneficio que la distribución de los 750.000 millones (principalmente mediante transferencias) que tendrá en el mercado único común, del que los Países Bajos son el segundo mayor beneficiario según propias estimaciones de la Comisión. Además, según cálculos del equipo económico dirigido por el comisario Paolo Gentiloni, durante el próximo periodo presupuestario de la UE entre 2021 y 2027, el mercado único generará un beneficio anual de 84.000 millones para Holanda (9,4% del PIB), de 35.600 millones para Austria (7,85% del PIB), de 22.000 millones en Dinamarca (6,20% del PIB) y 29.000 millones para Suecia (5,3% del PIB). 

De momento, Rutte parece ajeno a la presión desde diferentes capitales. Merkel apremiaba este viernes asegurando que "debe haber un acuerdo este verano" porque "cada día cuenta" para salir de la crisis y el holandés respondió que "no tenemos una necesidad absoluta de alcanzar un acuerdo" en la cumbre del 17 y 18. "No creo que necesitemos estas prisas locas". 

A su lado cabalga el austríaco Sebastian Kurz, quien no se considera "peor europeo sólo porque enfaticemos la responsabilidad con nuestros contribuyentes" cuando se reprocha al sur por su gestión de las finanzas públicas, ni por pedir "un límite de tiempo claro y préstamos en vez de transferencias" para el diseño del Fondo de Recuperación. Kurz pertenece como Merkel al partido popular europeo, una formación donde las posiciones están divididas sobre el Fondo de Recuperación. 

A diferencia de su colega austríaco, el primer ministro griego rechaza "condiciones adicionales estrictas" para recibir los fondos comunitarios extraordinarios contra la Gran Reclusión. Una agenda de reformas propuesta por cada gobierno y validada por la Comisión sería suficiente para el conservador Kyriakos Mitsotakis

Las presiones entre socialistas. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y su equipo llevan días trabajando entre bambalinas en Bruselas para ajustar el Fondo propuesto por la Comisión y su encaje en los próximos presupuestos de la UE con las demandas de los frugales. Entre sus ideas está reducir en unos cuantos miles de millones el tamaño de los presupuestos para que las aportaciones de los contribuyentes netos sean menores. También mantener los reembolsos que reciben de Bruselas, similares al ‘cheque británico’ que hasta el Brexit percibía Londres. 

Estas "golosinas" de Michel, como ya se les está llamando en Bruselas, ablandarán las posiciones frugales, especialmente entre los dos socios socialistas, que ya han dado muestras de flexibilidad en sus posicionamientos. "Estamos absolutamente a favor de hacer algo grandes juntos, pero nuestra manera de hacerlo sería ofreciendo préstamos y no sólo transferencias", apunta el ministro de Asuntos Europeo de Suecia. 

El partido socialista europeo presiona a Suecia y Dinamarca para que abandonen el ‘no’ de Holanda y Austria pidiendo "a todos los miembros de nuestra familia" política que apoyen "a la mayoría de gobiernes europeos, a la Comisión y al Parlamento Europeo". Voces dentro del socialismo sueco creen que su gobierno "debe estar preparado para apoyar un fondo de recuperación ambicioso con la condición de que la UE no repita los errores de la crisis financiera"."Suecia, con la que está cayendo, acercándose a la tasa de mortalidad de España con más de 500 fallecidos por millón de habitantes, no creo que ahora sea un problema", señala la fuente del gobierno español. 

Con más de 3.500 fallecidos por coronavirus frente a los 250 de Noruega, los 600 de Dinamarca o 325 en Finlandia, la estrategia de inmunización por rebaño del gobierno socialista sueco ha fracasado y sus vecinos escandinavos mantienen las fronteras cerradas con el país, lo que empieza a impactar en la recuperación del país. Vender un acuerdo en Europa con menores costes para los contribuyentes suecos puede aliviar la presión creciente sobre su gobierno socialista. 

La primera ministra danesa no está en la misma posición que su homólogo sueco, Stefan Lofven, por su gestión de la pandemia, pero hasta su vida privada se ha visto afectada por el debate europeo. Mette Frederiksen ha pospuesto su boda prevista para el sábado 18 para "proteger los intereses de Dinamarca" en Bruselas. Si en dos semanas sigue sin haber acuerdo, habrá nuevas reuniones durante el verano y Frederiksen seguirá sin poder casarse.

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