Efectos sobre PIB e inflación

China y la OPEP ponen en alerta a España por los efectos de un petróleo a 100 dólares

El 'oro negro' y los combustibles representan alrededor del 5% del índice del IPC nacional, si bien sus efectos indirectos son muy importantes porque los carburantes vertebran prácticamente todo el aparato productivo

Los efectos sobre inflación y PIB de un petróleo a 100 dólares
Los efectos sobre inflación y PIB de un petróleo a 100 dólares
Richard Hurd / Europa Press

Los 100 dólares marcan el umbral a partir del cual el precio del barril de petróleo Brent, el crudo de referencia en Europa, puede tener efectos significativos sobre la economía española presionando el crecimiento a la baja y la inflación al alza. Este escenario, que no era en principio el que los expertos consideraban más plausible en un año en el que está prevista una desaceleración de la economía global, ya no se descarta. La reapertura de la economía china, segundo demandante de crudo a nivel global por detrás de Estados Unidos, y la decisión de los países de la OPEP de recortar la producción han puesto sobre aviso a los gobiernos, organismos y bancos centrales de todo el mundo. 

La OPEP+, que agrupa a los miembros del cártel y a otros socios como Rusia o México, anunció la pasada semana un recorte de la producción diaria en 1,66 millones de barriles a partir de mayo, que llevó al crudo Brent a superar de nuevo la barrera de los 85 dólares. Esta reducción se sumaba al medio millón de barriles que Rusia también retirará del mercado hasta finales de año y a los dos millones de barriles que el grupo ya dejó de extraer desde el pasado mes de octubre. Esta decisión puede tener un impacto "relevante" en la inflación española en función de cómo vaya ejecutándose. 

El petróleo y los combustibles representan alrededor del 5% del índice del IPC, si bien sus efectos indirectos son muy importantes porque los carburantes vertebran prácticamente todo el aparato productivo, explica a 'La Información' Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas. La moderación del precio del gas y de otras materias primas ha permitido que la tasa anual de inflación se haya calmado los últimos meses. El conocido como efecto base habría aplacado el IPC general hasta el 3,3% en marzo, de acuerdo con el dato avanzado por el Instituto Nacional de Estadística, dado que en el mismo mes del año pasado el precio de la luz subió un 33,1% interanual y el del transporte un 18,6% presionado por las gasolinas y por el gasóleo. 

Sin embargo, esa desescalada de la inflación es todavía "muy lenta, muy incierta", apunta Torres. De hecho, en la Fundación de las Cajas de Ahorros vienen advirtiendo sobre la posibilidad de una inflación de dientes de sierra de aquí a finales de año y fuentes del Gobierno han confirmado a este diario que prevén un comportamiento muy volátil de los precios lo que queda de ejercicio, aunque con la mitad de tasa que en 2022. Si el precio del petróleo aumenta como consecuencia de la decisión de la OPEP -no se descartan nuevos anuncios del cártel a corto o medio plazo- daría al traste con la perspectiva de desescalada de la inflación y puede provocar una reacción por parte del Banco Central Europeo. 

Estaba previsto que el emisor optase por anunciar alzas moderadas del precio del dinero en sus próximas reuniones, pero si los precios del petróleo empiezan a repuntar "puede cuestionar esta senda de moderación y tal vez se podrían producir subidas más abruptas", añade el también consejero de la Comisión Europea sobre temas laborales. En sentido contrario, si el coste del 'oro negro' no escala excesivamente y la tendencia a la baja de la inflación se mantiene, "podríamos estar presenciando las últimas subidas de tipos de interés" por parte de unos bancos centrales que se han declarado dato-dependientes a la hora de poner en práctica su política monetaria, apunta Mario Catalá, director de gestión discrecional de la firma Portocolom AV.

El impacto de la reapertura china sobre petróleo e inflación

Otro de los elementos que ejercería una presión al alza sobre el precio del barril de crudo -hasta impulsarlo a ese entorno de 100 dólares- sería que la recuperación china ganase intensidad. De hecho, la propia Agencia Internacional de la Energía (AIE), que prevé un récord en el consumo de crudo este año, contempla que el gigante acapare casi la mitad del incremento estimado de la demanda. En su último informe trimestral sobre la economía española el propio Banco de España se refería al doble impacto (positivo o negativo) que la reapertura china tendría sobre los precios. Por un lado, un mayor crecimiento de la segunda economía del planeta impulsaría la demanda a nivel global, especialmente de materias primas, lo que tendería a presionar las tasas de inflación al alza.

Por otro lado, la reapertura del gigante asiático podría acelerar la desaparición de los cuellos de botella en las cadenas de suministro y reforzar la capacidad de la oferta mundial para satisfacer la demanda. Esta vía serviría para reducir parcialmente las elevadas presiones inflacionistas actuales. Cuál de estos canales dominará "es muy incierto" y dependerá, según el regulador, de la propia composición de la recuperación económica china. Axel Botte, estratega global de mercados de la gestora Ostrum AM recuerda que los informes de actividad económica tanto en Europa como en China mejoraron notablemente en el sector servicios en marzo y eclipsaron una recuperación más lenta en el sector manufacturero.

Tanto es así, que algunos bancos del país trabajan con una previsión de crecimiento del PIB del 6% para este año, lo que le llevaría a avanzar el doble que el pasado ejercicio. El consumo será clave para ello, en tanto que estará apoyado por la mejora de los ingresos, la confianza y la movilidad. Kevin Kang, economista Jefe de KPMG para China prevé que su economía crezca al 5,7% este año, convirtiéndose de nuevo en un motor esencial para la actividad mundial. En la consultora explican que el Gobierno de Xi Jinping se ha fijado como meta crear unos 1.200 millones de nuevos empleos urbanos este año, el objetivo más ambicioso en la historia del país, lo que permitiría reducir la tasa de paro en las ciudades al entorno del 5,5%. 

Una de las claves está en el empleo juvenil, dado que en 2023 está previsto que se gradúen 11 millones de estudiantes en China, una cifra récord. Además, el Ejecutivo de Pekín está dando prioridad a la recuperación y expansión del consumo interno. De momento, el gasto durante las vacaciones del Año Nuevo ha registrado una recuperación sólida y los hogares cuentan con el exceso de ahorro de 10 billones de yuanes acumulado en pandemia. "La reapertura y la recuperación económica contribuirán a mejorar la confianza de los consumidores y es posible que se libere parte del exceso de ahorro, lo que debería apoyar la recuperación del consumo", señalan desde la firma.

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