Actualización de sus previsiones

Funcas descarta que el déficit baje al 3% antes de cinco años sin más reformas

La Fundación de las cajas rebaja una décima, al 1,5%, su previsión de crecimiento para el año que viene y apuesta por retirar las medidas extraordinarias que se aprobaron para hacer frente a la crisis energética y de inflación

Carlos Ocaña, Funcas
Carlos Ocaña, Funcas
EUROPA PRESS

Sin medidas o reformas adicionales, España será incapaz de rebajar el déficit hasta el 3% y de situar la ratio de deuda por debajo del 100% del PIB antes de cinco años. La advertencia, que llega apenas unos meses antes de que la Unión Europea recupere las reglas fiscales, la ha hecho este jueves la Fundación de las Cajas de Ahorros. Desde Funcas no ven margen para mantener el paquete de medidas extraordinarias que el Gobierno en funciones aprobó para hacer frente a las consecuencias de las crisis energética e inflacionaria y de la guerra en Ucrania. No, al menos las que tienen un carácter generalizado y no se centran en colectivos vulnerables o específicos. 

La Fundación prevé que el déficit del conjunto de las Administraciones Públicas despida este año en el 4,1%, ocho décimas por debajo de como cerró 2022, y que el año que viene el desequilibrio se mantenga en el 3,6%. La ratio de deuda pública se moderará hasta el 107,5% del PIB este año y seguirá en el 106% del PIB el que viene en ausencia de nuevas políticas de consolidación. Estos niveles, por encima aún de los niveles prepandemia, preocupan en un contexto en el que los costes de financiación permanecerán elevados por más tiempo del previsto ante una inflación que se ha mostrado más persistente.

En un escenario central relativamente optimista -con un crecimiento del 1,9%, una inflación del 2% y una política monetaria “normalizada”-, el déficit público no alcanzaría el 3% hasta 2028. Ese año, la deuda todavía se situaría por encima del 102%. "Aunque de momento la prima de riesgo se mantiene estable, la situación podría cambiar drásticamente ante posibles perturbaciones en los mercados financieros. De ahí la importancia de aprovechar la ventana de oportunidad para emprender una senda de ajuste fiscal", sostienen en su análisis.

De momento, los efectos del alza de tipos y del debilitamiento de la Eurozona están haciéndose notar en la evolución de la economía española este semestre. Sin embargo, la revisión al alza del PIB que llevó a cabo recientemente el Instituto Nacional de Estadística compensará en buena medida estos efectos y permitirá que la actividad avance un 2,4% en el conjunto del año, según cálculos de Funcas, que ha mejorado dos décimas su estimación de julio y coincide con lo previsto por el Gobierno en funciones. 

El año que viene, sin embargo, el PIB frenará hasta el 1,5%, cinco décimas por debajo de la previsión incluida en el nuevo cuadro macroeconómico que acompaña al 'Plan Presupuestario 2024', remitido la semana pasada a Bruselas. "Estos trimestres pasados hemos crecido más que la mayoría de los países europeos, aunque no somos inmunes a la evolución de la economía. Igual que los países vecinos, nos encaminamos a una desaceleración", ha advertido el director general de Funcas, Carlos Ocaña. 

La marcha del empleo y las alzas salariales sostienen el consumo

Ese frenazo estará marcado por el menor impulso de algunos de los factores que han impulsado hasta ahora el crecimiento, por la normalización del turismo y por los acuerdos salariales. También por una menor aportación del consumo público con la reactivación del Pacto de Estabilidad. La demanda interna será la que explique en buena medida el crecimiento económico en 2024, mientras que la aportación del sector exterior será prácticamente nula. 

El consumo privado está resistiendo mejor de lo esperado, según el director de Coyuntura y Estadística de Funcas, Raymond Torres, por la resistencia del empleo y la ligera recuperación del poder adquisitivo, con subidas salariales medias previstas del 4,9% en 2023 y del 3,9% en 2024, tras dos años en que los hogares venían perdiendo capacidad de compra por la elevada inflación. El mercado laboral, con una tasa de paro que se reducirá hasta el 10,5% a finales del año que viene, y el superávit externo son los principales factores de resistencia de la economía española.

En el lado opuesto, la ralentización de la economía, junto con las medidas de lucha contra la inflación, la subida de las pensiones ligada al IPC y el incremento de las cargas financieras por el alza de los tipos supondrán un obstáculo para la corrección de los desequilibrios presupuestarios. 

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