Entrevista con Javier Sánchez Rojas

"Preocupa el pico de insolvencias que podría llegarnos a partir de septiembre"

El presidente de los empresarios gaditanos y vicepresidente de los andaluces destaca los avances en el diálogo social pese a las discrepancias y lo pone de ejemplo frente a la falta de acuerdos políticos. 

Javier Sánchez Rojas, presidente de la Confederación de Empresarios de Cádiz.
Javier Sánchez Rojas, presidente de la Confederación de Empresarios de Cádiz.
CEC

Apenas llevaba confinado el país dos semanas, cuando la Confederación de Empresarios de Cádiz decidió lanzar una encuesta masiva para tomar el pulso económico de la provincia. El precario pulso productivo en aquel momento que pasaría a ser casi absoluto en los días del permiso retribuido a principios de abril. Según el presidente de la patronal gaditana (y vicepresidente de la andaluza), Javier Sánchez Rojas, lo hicieron para saber a qué atenerse en aquel momento y cuando todo pasara.

Que no se olviden las "miles de llamadas, inquietudes y angustias", las caídas de ingresos cercanas al absoluto y terrorífico 100%, los cierres temporales, los ERTE masivos, el ahogo económico e impositivo… Allá por el mes de abril, la mitad del tejido empresarial gaditano estaba inactivo (y el que estaba activo, apenas facturaba un 20%); en mayo todavía estaba sin actividad una tercera parte.

Todo ello en un rincón al sur del sur donde el paro siempre bate récords y donde justo el sector que aporta dos de cada tres euros de los ingresos (el del turismo) es el que más inquietudes levanta. Aunque para inquietudes, la respuesta política. El portavoz de los empresarios gaditanos echa de menos muchas cosas en estos días finales del estado de alarma pero, por encima de todo, lamenta que los partidos en los distritos parlamentos no sean capaces de alcanzar acuerdos. "Si nosotros y los sindicatos, enemigos históricos, somos capaces de acordar, no entiendo por qué no pueden estar a la altura". Aun así, se declara optimista. Con la venda puesta no se llega a ninguna parte.

Pregunta.- Ha habido encuestas en el ámbito regional e incluso desde la Cepyme, pero ¿qué se perseguía con este millar de entrevistas en lo peor del confinamiento y qué conclusiones han sacado?

Javier Sánchez Rojas.- La idea era hacer un diagnóstico fiable. Todavía nos falta distancia, pero ha sido una crisis sanitaria, no económica, aunque haya devenido en económica. Sin duda, nos ha cogido sin manual de instrucciones. Es inédita y no hay antecedentes. Y con esto solo quiero mostrar un poco de empatía, no defiendo a nadie ni nada. El 13 de marzo yo estaba en esta misma mesa atendiendo a una visita y el sábado 14 me mandaron parar. Hubo que cerrar por decreto y lo que ha pasado es que nos han abierto en canal económicamente. De momento, insisto en que todavía no ha pasado. No bajemos la guardia, porque lo que sería tremendo tanto desde la salud como lo económico sería una recaída. 

P.- Se habla mucho de la anterior crisis. Se hacen comparaciones con otros casos, pero jamás la economía había parado de manera tan abrupta.

J.S.R.- Ha sido una desconexión. Y fundamentalmente lo ha sido para microempresas y autónomos, que son los que menos pulmón económico tienen para aguantar… Por eso nos hemos pasado la mitad de la pandemia recordando que sin ingresos no se podía afrontar nada y por eso pedimos y pedíamos aplazamientos fiscales, bonificaciones, etcétera… aparte de una inyección de liquidez porque ahora, que se está empezando a recuperar la actividad, estamos viendo que el mayor riesgo es entre aquellos que no han podido afrontar el problema de la liquidez y pasen la insolvencia. Nos preocupa el pico de insolvencias que se puede dar en septiembre u octubre, cuando pase el verano.

"Al igual que se han dedicado muchos recursos a meternos en casa no percibimos que se haga igual al sacarnos"

P.-¿Y cómo se podría afrontar por parte de la Administración?

J.S.R.- Como ciudadanos y empresarios, echamos de menos que, al igual que se han dedicado muchos recursos, campañas y medios a meternos en casa no percibimos que se estén dedicando los mismos o similares a sacarnos. ¿En qué sentido? A todos nos metieron con la ayuda del miedo a perder la salud, pero ahora hemos tenido que ir saliendo y debería afrontarse con las debidas cautelas. Me preocupa el escenario que se pueda generar en un sector que tendría que ser mimado como el turismo, que se produzcan vaivenes que nos puedan afectar a la imagen y a la propia dinámica de las cosas. Hay que apelar a la responsabilidad de cada uno porque no hay que olvidar que seguimos en la trinchera sanitaria pero también estamos ahora en la trinchera económica.

P.- Ha mencionado el turismo, que supone alrededor de un 13% del PIB en España pero que en Cádiz casi se multiplica por cuatro ese impacto. Ahora, con la vuelta a la normalidad, se abre una nueva etapa pero el regreso está siendo muy lento.

J.S.R.-Todavía nos falta distancia porque hay algunos que no han podido o no han querido abrir porque no hay demanda. Como ciudadanos lo estamos viviendo todos: tenemos que saber gestionar nuestros miedos, tanto personales como en sociedad. Y aquí meto el miedo sanitario, económico o a lo que sea. Esta pandemia nos ha cambiado las prioridades a todos: de consumo, de salir… El ciclo de la economía se ve afectado. Pero es evidente que si tenemos un 62% del sector servicios es al que hay que dedicarle más atención y más inyección tanto de liquidez como de recuperación. No se nos puede quedar atrás un sector extensivo en mano de obra como es todo el sector servicios. Y al mismo tiempo, tiene que ser escalonado. Ningún bar o restaurante ha recuperado el 100% de su clientela. Hasta que no se quite el freno que tenemos como sociedad en forma de cautela lo vamos a pagar en la economía y en el empleo.

P.-Hablando de empleo, la polémica en torno a los ERTE ha protagonizado el diálogo social. ¿Cómo se ha vivido desde Cádiz?

J.S.R.-Ha sido un flotador para salvar a muchísimas empresas y empleos, pero ahora tendrá que recuperarse poco a poco al igual que estamos recuperando la actividad. Está el ejemplo de un hotel, que solo podrá abrir en proporción de los clientes que tenga. Un local de cinco estrellas con 200 empleados no puede abrir con toda la plantilla. Nosotros esperamos que podamos estar hablando en pasado de esta situación dentro de un año. Ahora tenemos una oportunidad que deberíamos aprovechar en una provincia como la nuestra, con unas playas fantásticas y unas empresas de primerísimo nivel con una de las mejores plantas hoteleras. Esta provincia tiene el reto de recomponerse en verano. Todos aceptamos que durará hasta que el tiempo lo permita; si puede ser hasta noviembre. Y después vendrá el reto para el sector servicios del tirón de fin de año con la Navidad.

"Incluidos los dos desencuentros, ha habido más acuerdo en el diálogo social que entre los partidos políticos" 

P.-Pese a todas las críticas que recibe este modelo.

J.S.R.-Es difícil no escuchar a muchos estos días decir que hay que cambiar el modelo productivo y se quedan tan tranquilos. A todos ellos se les olvida que venimos del 3% de crecimiento, de 14 trimestres creciendo de forma continuada, que no era flor de un día... Tenemos que volver a recuperar el modelo, recuperar la senda que teníamos el 13 de marzo. No hay que cambiar el modelo productivo, sino hacer productivo al modelo.

P.-Sin embargo, Cádiz tiene ahora un 24% de paro, que es la cifra que todos los organismos calculan que podría llegar España en el peor escenario posible. ¿Hasta dónde puede llegar esa cifra en la provincia?

J.S.R.-El diferencial de paro casi siempre se ha mantenido en un porcentaje similar al de la densidad empresarial. Tenemos más paro por la menor densidad, con 49,4 empresas por cada mil habitantes frente a España con 73. Por otro lado, tenemos una de las pirámides de población más jóvenes de España con 42 o 43 años y también 1,2 millones de habitantes, que es casi la población de Murcia, dos o tres veces la de Navarra… Somos la octava provincia de población y tenemos mucho demandante y poca empresa. Ahora, nos podemos llevar sorpresas y no me atrevo a ser optimista o pesimista, pero los datos del mes pasado nos sorprendieron a todos: Cádiz fue la provincia donde más creció el empleo. Pero no me atrevería a ir más allá. Cualquier tasa será muy dura porque habíamos recuperado justo en febrero los datos de empleo y empresas de antes de la crisis de 2008.

P.-Llegados a este punto, ¿qué medidas hay que tomar? ¿Liquidez, inversión…?

J.S.R.-Con el ICO hubo desajustes al principio pero luego se ha cogido la cadencia más o menos adecuada. Otro mecanismo que ha funcionado muy bien aquí es Garantia, de la Junta de Andalucía, que estaba destinada sobre todo a micropymes y autónomos. El otro gran tema es el aplazamiento. Porque los empresarios no nos negamos a pagar, es que no podemos. En esto sí se ha contestado errática e insuficientemente y el ejemplo lo hemos visto a principios de junio que ha habido tres impuestos que se habían aplazado y han vencido a la vez. En la mayoría de Europa, esos mismos impuestos o similares para las empresas no se pagarán hasta 2021. También hay que meter un cañón de actividad de la administración para aligerar plazos en las licencias. Uno de los sectores que más puede ayudar en la recuperación es la construcción, tanto la nueva vivienda como la rehabilitación. La industria y la logística, en las que esta provincia es de las más activas de Andalucía, también. No dejarlo solo en el sector servicios. Hay que poner a la empresa en el centro. Muchas veces me llama la atención, y algunas veces se lo reprocho a algunos cuando puedo, oír a la clase política hablar mucho de empleo y nunca de empresa. Y no hay empleo sin empresa. Al contrario sí, porque puede haber empleo público. Pero el 96% del empleo que se creó en Cádiz el año pasado fue privado, por poner un ejemplo cercano.

P.-También es importante la confianza.

J.S.R.-Si la gente no sale a la calle, la economía pierde; si la gente no recupera la confianza, la economía pierde; si la gente no tiene un clima favorable y certero de la clase política, la economía pierde. Y en estos momentos, la economía necesita certidumbre, necesita ser predecible en las acciones políticas, crear un clima favorable y si uno se para a ver el nivel del debate político es evidente que no es lo que nos gustaría ver a todos. Y todo tiene una traslación a la economía.

"Hasta que no se quite el freno que tenemos en forma de cautela lo pagaremos en economía y empleo"

P.-También los problemas en el marco del diálogo social.

J.S.R.-Al final ha imperado el sentido común por parte del Gobierno y se ha recuperado el tono. Ahora mismo se participa en todas las mesas abiertas. Se mantuvo a modo de retén el nivel técnico para que nadie dijera que nos habíamos ido. No hay otra forma de salir de esta que sumando. Y el diálogo social, que es suma, encuentro y colaboración, va a ser modelo de esta voluntad. Incluidos los dos desencuentros que ha habido de CEOE con el Gobierno, ha habido mucho más acuerdo entre patronal, sindicatos y Go-bierno que entre los grupos políticos del Parlamento. Por lo tanto, una vez más, el diálogo social es el modelo en el que se deben mirar los políticos. Si los empresarios y los sindicatos, que somos contraparte natural, somos capaces de llegar a acuerdo; y si los empresarios estamos llegando todos los días a acuerdos con acreedores, deudores clientes o proveedores, la clase política se lo tiene que hacer mirar. Es imposible que no haya acuerdo en casi nada.

P.-La CEOE defiende que nunca se levantó.

J.S.R.-Solo estando en los sitios puedes influir y puedes cambiar estampas porque de eso van las negociaciones. Se olvida demasiadas veces que ha habido 37 reformas laborales en España durante la democracia. Unas muy profundas como la de 1994 de Javier Arenas o la de 2012. También en 1984 se inventaron los contratos temporales por Felipe González y firmado con los sindicatos. Los agentes sociales hemos demostrado muchas veces el sentido que tiene que estemos en el artículo 7 de la Constitución entre los partidos políticos que están en el 6 y las Fuerzas Armadas en el 8. Siempre es más llamativo un conflicto que 124 acuerdos.

P-¿Cuándo se conocerá el verdadero impacto de la crisis y dejarán de revisarse a peor todas las predicciones?

J.S.R.-Para después del verano. Hay sectores que no se han reiniciado siquiera. Tenemos en el aire flotando qué pasa con los colegios. Hay tantas cosas en el aire que preocupa más que nunca volver atrás. Porque las segundas oportunidades siempre son más caras. Nos preocupan septiembre y octubre porque el pico de las insolvencias puede venir cuando pase el verano y se vea que la economía no tira, que no ha sido suficiente.

La Junta andaluza renueva su compromiso de pago de las prejubilaciones a extrabajadores de Delphi

De delphi a nissan

  • “No tiene sentido que el Estado haga amortiguadores”
“Todo es economía. No nos damos cuenta de lo que es el desarrollo y la actividad hasta que cierra una empresa. Mira el ejemplo de Nissan, que tiene 3.000 empleados y dicen que va a afectar a 25.000 personas. Es más que eso, porque afectará hasta al que vende el café en el polígono. Es todo. Es una cadena y en esa cadena el desbloquear temas que no tienen ningún sentido que sigan paralizados y que gozan de la aceptación de todos es fundamental. No creo que nadie dude ahora de que el hospital es necesario”, explica Javier Sánchez Rojas para relacionar un tema de actualidad, como es el cierre de Nissan con un proyecto que lleva diez años esperando ver la luz, como es el nuevo centro sanitario de la capital. En su opinión, “el mejor plan contra la crisis actual es poner en marcha los proyectos cuanto antes” y relata la larga lista de promesas de desarrollo que llevan lustros sin ser una realidad en Cádiz: el Bajo de la Cabezuela, Lógica, el Hospital, la Ciudad de la Justicia, Valcárcel, pero también el Fondo de Barril de Cepsa, con 1.000 millones de inversión, la más grande de España; 500 millones para el Puerto de Algeciras… “Si pudiéramos hacer un plan de choque en centrar el interés en desbloquear todo eso estaríamos notando la mejora instantánea de la economía. Tanto palo en la rueda al final gripa el motor. Y ahora necesitamos recuperar el motor y la ignición, que es la licitación de obra pública”. 

Tampoco rehúye la CEC las vinculaciones entre la situación en Nissan de ahora y la que todavía no termina de cerrarse en Cádiz con el fin de Delphi en 2007. “Yo no veo al Estado que, de haberse quedado con Delphi, hubiera fabricado amortiguadores. Si 13 años después el Estado no ha sido capaz de zanjar el concurso de acreedores no tengo yo nada que me lleve a pensar que hubiera seguido fabricando amortiguadores para vendérselo a vete a saber quién. Y pagando con los impuestos de todos. Estarían amontonados ahí los amortiguadores. Otra cosa es lo que hace el Estado alemán con una aerolínea. Son empresas estratégicas o de bandera. Pero que el Estado fabrique techos de coche o ventanillas no le veo sentido y eso es desconocer en qué mundo estamos”. 
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