La particular carrera de Vladimir Putin

Quién y qué hay detrás de Sputnik V, la vacuna rusa contra la Covid-19

Después de que Alemania está dispuesta a negociar un acuerdo bilateral con el Kremlin para recibir esta dosis, Europa ha dejado en manos de los países que sus regiones puedan adquirirla, aunque no forme parte de la estrategia comunitaria. 

Sputnik V, vacuna rusa
Quién y qué hay detrás de Sputnik V, la vacuna rusa contra la Covid-19
EFE

El 4 de octubre de 1957, la Unión Soviética lanzó al espacio el Sputnik 1. Se convirtió en el primer satélite de fabricación humana en orbitar la Tierra. Este fue el primer capítulo de una carrera espacial que la URSS y Estados Unidos pugnaron durante nada menos que dos décadas. Ahora, más de medio siglo más tarde, la Rusia de Vladimir Putin trata de ganar, o al menos tener un papel importante, en una carrera vital para la humanidad: la de la vacuna contra la Covid-19. Y lo hace con la Sputnik V -nombre que evoca intencionalmente a esa lucha por la conquista del espacio- quien lleva, con permiso de AstraZeneca, copando buena parte de los focos estas últimas semanas

Pero, ¿qué y quién está detrás de la vacuna rusa? A decir verdad, su papel no ha estado exento de polémica y ha llegado a poner en un brete a la comunidad científica en varias ocasiones. Todo empezó cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a principios de marzo de 2020 la pandemia de la Covid-19. Entonces, el Centro Nacional de Epidemiología y Microbiología de Gamelaya en Moscú, se puso a trabajar en un prototipo de este fármaco, financiado por el Fondo de Inversión Directa de Rusia (DFID), el fondo soberano de riqueza del país. 

Los científicos utilizaron el virus del resfriado común en su prototipo de vacuna. Por explicarlo de un modo sencillo y breve: optaron por dos vectores de adenovirus diferentes (rAd26 y rAd5), combinados con la proteína de pico SARS-Cov-2, administrados por separado en dos dosis, con una diferencia de 21 días. El objetivo es que estos compuestos ayudaran al cuerpo humano a desarrollar una respuesta inmune contra el virus y lo terminase destruyendo cuando se inoculase la segunda vacuna. 

Los primeros resultados de la Fase I y II se publicaron en la revista médica británica The Lancet en septiembre. Según el documento, todos los participantes desarrollaron anticuerpos y no se detectaron efectos adversos graves. Los resultados de la Fase III se publicaron a principios de febrero de 2021: indicaban que la vacuna tenía una efectividad del 91,6%, según datos extraídos de casi 15.000 participantes. 

Y entonces llegó Putin

Pero antes de que esos resultados fuesen publicados y estudiados por la comunidad científica... llegó Putin. El presidente ruso sorprendió al mundo entero en agosto de 2020, cuando anuncio la aprobación para el uso de emergencia de la Sputnik V. 

Quizás lo normal hubiera sido que la llegada de la primera vacuna contra el coronavirus hubiese generado un optimismo desmedido (recordemos que cuando Pfizer anunció solo los resultados de la efectividad de su vacuna, las bolsas registraron cifras récord, impulsadas en buena parte por las empresas del sector turístico). Pero la grandilocuencia y aprobación tan temprana de la Sputnik V provocaron un nivel de escepticismo y hasta crítico, incluso entre los propios rusos. 

El Moscow Times realizó una encuesta online en la que participaron 1.600 residentes y los resultados fueron que el 60% se oponía a recibirla. No solo eso, los médicos rusos también confesaron sentirse "incómodos" en el caso de tener que inocularse. Son datos, por cierto, que fueron extraídos antes de que The Lancet publicase los resultados sobre la Fase III. 

Fuera de las fronteras rusas, hasta 30 científicos de distintos países criticaron en una carta abierta publicada por The Lancent, las inconsistencias del documento de la vacuna rusa. El equipo científico detrás de la Sputnik V desestimó cualquier preocupación en torno a su fármaco.

Vacunación masiva

El 2 de diciembre, justo el mismo día que el Reino Unido aprobó el uso de la vacuna de Pfizer/BioNTech, Vladimir Putin declaró que 'su fármarco' se comenzaría a suministrar gratis y de forma masiva entre los ciudadanos rusos, en un claro intento por no quedarse atrás en la carrera por la vacuna. A decir verdad, antes de esa fecha, ya habían sido inoculados los empleados de Gamelaya y más de 2.500 soldados rusos. Según los últimos datos disponibles, hasta mediados de febrero, más de dos millones de rusos habían recibido al menos una dosis de la Sputnik V.

Desde entonces, Rusia ha hecho todo lo posible para promover la Sputnik V más allá de sus fronteras, en una campaña de diplomacia en la que llegó a prometer que el fármaco tendría un precio inferior de 8 euros por dosis para los compradores internacionales. En este sentido, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, cuestionó públicamente por qué Rusia "estaba ofreciendo millones y millones de dosis sin progresar lo suficiente en la vacunación de su propia gente". 

¿Por qué no llega aún a Europa? 

Todas las vacunas que actualmente se suministran en Europa han sido aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento: Pfizer/BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Janssen (que llega España la próxima semana), farmacéuticas con las que la Comisión Europea también ha sellado contratos. 

Por lo pronto, la Comisión Europea no se ha comprometido a adquirir ninguna dosis de la vacuna rusa, ya que aún no cuenta con el aval de la EMA. Recordemos que pese a la precocidad de Rusia, los resultados de la Fase III de la Sputnik V fueron aprobados hace apenas dos meses. 

Sin embargo, tras el último movimiento de ficha por parte de Alemania, que aboga por negociar un contrato bilateral con el fabricante de la vacuna rusa, Europa ha decidido dejar en mano de los países que sus regiones puedan adquirir el fármaco, aunque no entre dentro de la estrategia comunitaria. 

No solo el país germano, en España, la Sputnik V también 'ha entrado' de lleno, después de que Madrid confesase que había hablado con representantes de la vacuna rusa para facilitar un "preacuerdo de compra". 

Sputnik V contra todas 

Así las cosas, Rusia parece dispuesta a vender todas las dosis que hagan falta para hacer del Kremlin un actor trascendental en la lucha contra el coronavirus a nivel mundial. Pero... ¿Está dispuesta a comprar? ¿Qué otras vacunas tiene Rusia? 

Actualmente, ninguna otro fármaco que no sea el estatal está disponible en el país. Putin sí que ha aprobado otras dos vacunas desarrolladas en Rusia para su uso de emergencia, aunque aún no han comenzado los ensayos clínicos a gran escala. Sin embargo, Pfizer, Moderna, Janssen o AstraZeneca tienen por el momento la puerta del Kremlin cerrada. 

No solo eso, sino que según varias informaciones del Wall Street Journal, han revelado que funcionarios de la inteligencia rusa están tratando de poner en duda la vacuna de Pfizer. Hasta cuatro publicaciones del país están cuestionando la eficacia del fármaco estadounidense. 

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