Moncloa y los ministerios aguardan el desenlace

Alarma en el Gobierno por el entorno de inestabilidad tras el duelo Biden-Trump

A la incertidumbre que rodea el Covid y las vacunaciones que se retrasarán hasta el segundo semestre se suma la inestable situación económica, los disturbios, la batalla con Madrid y las elecciones en Cataluña.

Alarma en el Gobierno por el entorno de inestabilidad tras el duelo Biden-Trump
Alarma en el Gobierno por el entorno de inestabilidad tras el duelo Biden-Trump
Borja Puig de la Bellacasa / Moncloa

Suelen decir en Moncloa que "cada día es una batalla". "Todos los días, lío", explicaba gráficamente estos días un 'general' del equipo de colaboradores de Pedro Sánchez. Una realidad que se ha convertido en una constante desde que estalló la pandemia en marzo y que ahora adquiere unas cuotas aún más elevadas con el escenario que deja el duelo entre Joe Biden y Donald Trump en Estados Unidos. El horizonte que dibujan en el Gobierno de coalición es incierto, con algunas certezas pero también con dudas sobre lo que puede  a ocurrir a nivel internacional y sus concomitancias en Europa. España se juega en el recuento no solo inversiones directas o relaciones comerciales, también está pendiente de definir el futuro de las bases militares de Rota y Morón, la relación con las grandes tecnológicas o la reconstrucción de Latinoamérica tras el Covid. No es casual para Moncloa quien sea el inquilino de la Casa Blanca.

En el Gobierno se está siguiendo con especial interés el recuento electoral en Estados Unidos. No es lo mismo para el Ejecutivo de Pedro Sánchez que Biden jure el cargo de presidente a que lo haga Trump. De momento, la respuesta es y será el silencio hasta que la Unión Europea se pronuncie. Lo hará en bloque, advierten fuentes gubernamentales. Pero la posibilidad de que la candidatura de Trump, con su ejército de abogados, impugne los resultados en los tribunales y acabe llegando al Supremo es un marco que genera incertidumbre política, económica y social. Es un contexto "preocupante" que ha llegado a ser debatido en el seno del equipo de coalición entre el presidente y algunos de sus ministros. Desde el entorno de Sánchez se destaca que Sánchez es un "apasionado" de la política exterior  y que, además, vivió en Nueva York durante unos meses a principios de los noventa mientras trabajó en el gabinete del Alto Representante de la ONU en Bosnia Herzegovina. Por eso sigue con interés las noticias que llegan.

Preocupa en el Gobierno español el escenario postelectoral en Estados Unidos por varios motivos. En primer lugar, porque los comicios dejan un país dividido en dos, con posturas en ocasiones complicadas de reconciliar y con una situación de inestabilidad interna que tendrá su reflejo en la gran guerra comercial con China. Lo que ocurra a partir de ahora es una incógnita pero a España no le interesa la tensión, advierten desde un ministerio. Otra enseñanza que deja la cita con las urnas es que Trump tiene un arraigo importante en EEUU y que ha sido capaz de sumar seis millones de votos más que hace cuatro años. El apoyo con el que goza no es baladí. 

En cuanto a las inversiones directas, durante los últimos meses de la administración Trump, España ha sufrido una fuga que va a ser difícil de recuperar a corto y medio plazo mientras no haya una vacuna. En 2019, el último año, la inversión bruta de EEUU en España se desplomó un 57 %, con 3.646 millones de euros, muy lejos de los casi 8.800 millones con los que se cerró el ejercicio 2018. Desde Moncloa, nada más ganar Sánchez la moción de censura, se ha intentado cultivar la relación con los grandes fondos de Wall Street, con visitas y encuentros cara a cara con el presidente para explicarles las oportunidades que les brindaba nuestro país. Pero no ha habido grandes resultados, al menos hasta ahora, a tenor de los datos del Icex.

El duelo Biden-Trump también tiene su relejo en materia de Defensa y seguridad, un ámbito en el que entran en juego directamente los intereses de España. Antes de mayo debe renovarse el convenio de colaboración entre España y EEUU y decidirse qué hacer con las bases de Morón y Rota. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ya ha manifestado su disposición a ampliar las instalaciones para albergar hasta seis destructores de la US Navy (ahora hay cuatro) y alojar 600 marines más. Para la Casa Blanca controlar el estrecho de Gibraltar es clave y por eso le interesa una relación cordial con Moncloa. En clave nacional, la permanencia de las tropas americanas en Andalucía es clave para la economía de la zona. 

Algo simular ocurre con los gigantes tecnológicos estadounidenses y su presencia en nuestro país. El Gobierno ha optado por aprobar su propia 'tasa Google' al margen de una universal pactada en el marco de la OCDE, algo que no gustó a la administración Trump que amenazó a España con elevar los aranceles. Además, el anteproyecto de Ley Audiovisual recoge que las grandes plataformas audiovisuales, como Netflix, Amazon o HBO, abonen un 5 % de su volumen de negocio para financiar obras de cine europeo. 

En el Gobierno son conscientes de que un mandato de Bilen y Kamala Harris tendría un mejor encaje en los planes del Gobierno español. El proyecto de reformas planteado por Sánchez para los próximos años contempla un fuerte impulso por la digitalización y, especialmente, por la economía verde. Con Trump, que retiró esta semana a Estados Unidos del Acuerdo de París, el escenario de colaboración sería nulo. 

​El Gobierno se prepara para un escenario de incertidumbre

En el Gobierno, por tanto, se preparan para un escenario de intertidumbre y de "control de daños". A la inestabilidad proveniente de Estados Unidos hay que sumar un Brexit aún sin resolver y un reparto de los fondos comunitarios que debe concretarse en los próximos Consejos europeos. Desde Moncloa aseguran que "la economía española ha demostrado en estos meses de pandemia que tiene sus fortalezas" pero son conscientes de que los próximos meses van a ser complicados. De hecho, la Vicepresidencia tercera ya está preparando una segunda red de seguridad, con nuevas medidas de apoyo a empresas, ante las restricciones que no se prevé que vayan a menos. Y la Vicepresidencia segunda ha puesto encima de la mesa volver a prohibir los desahucios y el corte de suministros básicos. Se avecina, por tanto, un final de año duro en este sentido y el consejo de ministros ya está en ebullición.

La única solución vendría con la vacuna y las campañas masivas, pero Sánchez echaba esta semana un jarro de agua fría al asegurar que el Gobierno no prevé un escenario así hasta mayo, de ahí la insistencia en prolongar el estado de alarma durante seis meses más. Todo ello si esas inyecciones son efectivas y no se generan nuevos problemas. La incertidumbre sanitaria también es tenida en cuenta en el Gobierno.  

Los Presupuestos, encarrilados

En el terreno político el Gobierno de coalición respira optimismo, más evidente en el área del PSOE que en la de Unidas Podemos. Sánchez e Iglesias han logrado tejer un grupo de socios que van a les van a llevar más lejos de lo que nunca llegó el presidente en solitario. La próxima semana superarán el debate de enmiendas de totalidad a los Presupuestos con un bloque conformado por ERC, Cs, PNV y el PDeCAT, entre otros. Algunos grupos son como el agua y el aceite pero la coalición ha logrado agruparlos y sentarlos en una mesa de negociación que debería culminar con las aprobación de las cuentas públicas a principios de enero. Es decir, en el aniversario de la investidura el Ejecutivo podría tener amarrada una legislatura larga de cuatro años si las conversaciones no se tuercen. Se avecina una Navidad intensa.

El inicio de año también estará protagonizado por las elecciones en Cataluña, unos comicios a los que el Gobierno ya empieza a mirar de reojo para conformar mayorías que contribuyan a rebajar aún más el "suflé" de los últimos años. Pero para eso aún queda tiempo.

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