El 'impuestazo' a los bancos que propone Podemos levanta ampollas en el PSOE

Firma del acuerdo entre Sánchez e Iglesias
Firma del acuerdo entre Sánchez e Iglesias
EFE

Ruido, mucho ruido en el PSOE en las últimas horas. El preacuerdo de Gobierno de coalición con Unidas Podemos ha sorprendido en buena parte de los estamentos del partido. Pedro Sánchez y apenas media decena de cargos de Moncloa y Ferraz conocían la negociación exprés que ha terminado con un decálogo de medidas que, a pesar de ser genéricas, ya han tenido sus efectos en la Bolsa. Los grandes perjudicados son los bancos, que en dos jornadas se han dejado 7.450 millones de euros. El problema se llama 'impuestazo' a la banca, un término que levanta ampollas en el seno del socialismo.

"¿Un impuesto a la banca para devolver el rescate que no pidieron la mayoría de los bancos? No tiene sentido". Así se expresaba este martes un cargo del área económica del PSOE en referencia a la propuesta 265 del programa electoral de Unidas Podemos: "Establecer un impuesto a la banca que aumente 10 puntos el tipo impositivo de las entidades financieras en el impuesto sobre sociedades para recuperar el rescate bancario de 60.000 millones de euros que hicimos todas y todos los españoles a la banca". Todo un órdago a Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia o Sabadell., entre otros.

El ala más liberal del PSOE, esa que se siente más cómoda con Nadia Calviño en la futura vicepresidencia económica, rechaza categóricamente esta nueva tasa. No la comparten porque son conscientes del rechazo que generaría en los afectados. Su propuesta es otra: armonizar Sociedades y eliminar deducciones para que todas las grandes empresas, incluidas las entidades financieras, pagaran un tipo mínimo fijado en el entorno del 15% de la base imponible del tributo.

Pedro Saura, secretario de Estado de Infraestructuras y miembro con galones del equipo económico de Ferraz insistía en esta vía en el test económico que le hizo La Información con motivo de las elecciones generales del domingo: "Es evidente que en España tenemos un problema de ingresos que debemos abordar para mejorar el Estado de Bienestar. En este punto destacar que el Spending Review que está realizando la AIReF sobre los beneficios fiscales (representan casi 70.000 millones de euros) es el camino. El objetivo principal de este proyecto, es conocer la efectividad de los beneficios fiscales y cuantificar sus efectos sobre la eficiencia y equidad. Estas recomendaciones serían el paso a seguir como futura reforma fiscal para que nuestro sistema impositivo no solo recaude más, sino también, de una forma más eficiente, más sencilla y más justa". El problema es que Unidas Podemos sigue insistiendo en un impuesto a la banca específico y en el PSOE ya vaticinan problemas en este sentido. 

El PSOE de Sánchez ya se ha abierto a aprobar un recargo impositivo específico a los bancos. Lo hizo hace solo dos meses, a principios de septiembre, cuando presentó su 'Propuesta abierta para un programa común progresista'. Era un documento de 370 medidas que buscaba el 'sí' de Unidas Podemos a un Gobierno de cooperación. Ahora las circunstancias han cambiado y lo que hay encima de la mesa ya es un Ejecutivo de coalición. 

En ese texto, Sánchez se abría a aprobar un impuesto a la banca y a las eléctricas, dos de los sectores más importantes del Ibex 35 y, por extensión, del tejido empresarial. En concreto, el PSOE planteaba un 'impuestazo' del 18% tanto a las entidades financieras como a las empresas de hicrocarburos. "Reformaremos la regulación del Impuesto sobre Sociedades, garantizando una tributación mínima del 15% de las grandes corporaciones, que se ampliaría hasta el 18% para las entidades financieras y empresas de hidrocarburos". Fue la novedosa medida 195 de un texto que cayó en saco roto.

Otro de los aspectos controvertidos del preacuerdo entre PSOE y Unidas Podemos es la reforma laboral. Los morados quieren derogarla completamente, como piden los sindicatos, pero la postura de los socialistas es un punto intermedio: "modificar los aspectos más lesivos". Es decir, no hablan de derogar totalmente la ley estrella del Gobierno del PP. Así constaba ya en la última propuesta de Ejecutivo a la portuguesa que lanzó Ferraz a Iglesias.

Lo que sí dan por descartado en el PSOE es la publicación de la lista de la amnistía fiscal, esa que Sánchez llegó a calificar en la oposición como "de la vergüenza". Unidas Podemos lo pide, pero en el socialismo son contrarios a difundir los 30.000 nombres que se beneficiaron de la medida de gracia que aprobó Cristóbal Montoro en 2012.

La negociación no ha hecho más que empezar. Queda avanzar en las alianzas para lograr la investidura -y los Presupuestos- a la vez que se concreta el posible programa de Gobierno. Sánchez ha blindado las primeras decisiones y todo se circunscribe al círculo liderado por Iván Redondo y Adriana Lastra. También José Luis Ábalos está al tanto de todo. No se está filtrando nada y los barones y algunos ministros se enteraron prácticamente por la prensa del acuerdo. Eso también ha provocado alguna queja en las federaciones: "¿No se podía haber hecho todo esto antes del desgaste que hemos sufrido?", lamentaban ayer desde una baronía. Sánchez tiene todo el control y los líderes autonómicos van a rebufo.

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