Los de Iglesias plantean un impuesto a la vivienda vacía

La Ley de Vivienda enfrenta a PSOE y UP: sin acuerdo para bajar los alquileres

A un mes de su aprobación en Consejo de Ministros, la coalición mantiene abierta una dura negociación. Los socialistas bloquean las iniciativas que presentan los morados para rebajar los precios del alquiler.

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, con el ministro de Transporte, José Luis Ábalos en Moncloa
La Ley de Vivienda enfrenta a PSOE y UP: sin acuerdo para bajar los alquileres
J.J. Guillén EFE

La negociación de la nueva Ley de Vivienda está provocando un nuevo choque de trenes en la coalición. El Consejo de Ministros tiene que tener aprobada antes del 28 de febrero la norma, tal y como pactaron PSOE y Unidas Podemos en su acuerdo de Presupuestos, pero las diferencias en este momento son "abismales", según explican a La Información fuentes implicadas en las mismas. Socialistas y morados mantienen fuertes discrepancias sobre la respuesta que tienen que dar los grandes propietarios, bancos y fondos de inversión, con sus inmuebles vacíos, sobre la posibilidad de aprobar un nuevo impuesto o sobre la prohibición permanente de los desahucios, entre otros asuntos sometidos a debate.

Los responsables del Ministerio de Transportes y del de Derechos Sociales y Agenda 2030, que son quienes están negociando la ley, se han reunido ya en dos ocasiones para abordar el acuerdo y en ambas se han evidenciado las tensiones. Hay "discrepancias muy sustanciales", lo que implica que se avecina un mes de febrero muy intenso, con un nuevo conflicto en el seno del Ejecutivo y con una normativa en discusión considerada imprescindible tanto para unos como para otros para solucionar el problema de la vivienda que existe en España, especialmente para los más jóvenes.

Los puntos en conflicto son, esencialmente, cuatro. En primer lugar, hay discrepancias sobre la necesidad de obligar a los grandes tenedores a que dedique una parte de sus viviendas al alquiler social. Unidas Podemos quiere que en la nueva ley se obligue a ello a los bancos y fondos de inversión pero los socialistas lo rechazan.  Los morados también plantean la puesta en marcha de medidas efectivas que movilicen la salida de vivienda vacía al mercado de alquiler, como un impuesto a esa vivienda vacía, pero el PSOE también ha dicho 'no'.

En tercer lugar, Podemos apuesta por incluir en la nueva norma la prohibición permanente de desahucios sin alternativa habitacional a familias vulnerables. Y, por último, la Vicepresidencia segunda propone una regulación ambiciosa de los precios del alquiler en las grandes ciudades o zonas de mercado tensionadas. Así está recogido en su pacto de PGE: "Bajar los precios". Los morados enviaron una propuesta al PSOE pero el socio de la coalición no ha respondido a la misma.

La apuesta de Transportes para rebajar los precios del alquiler es el modelo portugués, una fórmula en la que se ofrecen incentivos fiscales a los propietarios de vivienda que de forma voluntaria decidan reducir el precio de sus arrendamientos. Se llama Programa de Arrendamiento Accesible (PAA) y en él el Gobierno de Antonio Costa ofrece exenciones en el pago del IRPF o la reducción del IBI a los propietarios que alquilen sus viviendas a un precio reducido en un 20 % por debajo del valor de referencia del arrendamiento. Dicho valor se calcula en base a diversos factores como la ubicación el inmuebles, los metros cuadrados, las instalaciones, la certificación energética y el precio de la zona.

PSOE y UP se han reunido ya en dos ocasiones y en ambas se han evidenciado las tensiones. Hay "discrepancias muy sustanciales", lo que implica que se avecina un mes de febrero muy intenso

En Portugal, estas viviendas con alquileres rebajados son ofrecidas a personas con ingresos que no superen los 35.000 euros anuales o los 45.000 en caso de constituir una familia. Estos inquilinos no tendrán que soportar una tasa de esfuerzo superior al 35% para poder pagar el arrendamiento, según la normativa del país vecino.

En Unidas Podemos está medida chirría. La consideran "un fracaso". Un informe de la Vicepresidencia segunda al que ha tenido acceso La Información concluye que el modelo luso "poco hace para cumplir con su objetivo de dinamizar los alquileres". Según datos del Ministerio de Infraestructura y Vivienda, el homólogo al departamento de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana español que dirige José Luis Ábalos, "durante el primer año (julio 2019-julio 2020) se celebraron 242 contratos de arrendamiento para 10.417 solicitudes. Es decir, se cubre al 2,3% de las personas que demandan un alquiler asequible"

Desde UP muestran su preocupación por estas "discrepancias sustanciales" que existen con el PSOE en una norma que debería ya estar, al menos, encarada. El plazo expira a finales de mes. Los morados consideran que la falta de voluntad política del equipo de José Luis Ábalos está frenando el cumplimiento del acuerdo de Gobierno, negándose o ignorando la gran mayoría de las propuestas que han puesto UP encima de la mesa a través de la secretaria de Estado de Agenda 2030, Ione Belarra.

El propio vicepresidente segundo habló este fin de semana de la Ley de Vivienda en la Ejecutiva de Podemos. "En  este tema quiero ser, también, muy claro: es un asunto en el que tenemos profundas discrepancias con el PSOE y llegar a un acuerdo no va a ser nada sencillo. Pero en esto también vamos a ser muy cabezones. Porque lo que está en juego es en qué medida logramos que la vivienda deje de ser un activo especulativo y pase a ser, efectivamente, un derecho social, tal y como establece la Constitución. Y no tengo ningún problema en decir, como ya hemos dicho muchas veces, que las patronales inmobiliarias no solo tienen mucho poder, sino que lo ejercen todos los días para presionar dentro del Gobierno con el objetivo de que no pongan límites a sus beneficios. Y esto a veces lo hacen directamente y otras a través de sus brazos mediáticos".

Las vicisitudes de la Ley de Vivienda

La Ley de Vivienda se presenta, por tanto, como una mina para la coalición. Ya lo fue en el momento de pactar que se aprobara en Consejo de Ministros antes de finalizar el mes de febrero. Fue una negociación in extremis horas antes de presentar los Presupuestos Generales de 2021 y que se produjo en las horas en las que Pedro Sánchez visitaba al Papa Francisco en El Vaticano. La historia es la siguiente: PSOE y Podemos llegaban a un primer acuerdo para aprobar "a principios del año que viene" la limitación de los arrendamientos en las grandes ciudades. Lo negociaron el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y la secretaria de Estado para la Agenda 2030, Ione Belarra. Hubo pacto pero Belarra pidió un poco más de concreción en las fechas. Ábalos hablaba del primer trimestre, cuando el calendario legislativo del Gobierno contempla la aprobación en Consejo de Ministros de la Ley de Vivienda. Belarra no consiguió convencer al también secretario de Organización del PSOE y recurrió a Irene Montero.

La ministra de Igualdad entró entonces en escena para negociar directamente con Ábalos. Presionó y le intentó hacer ver la importancia de reflejar una fecha concreta. No era fácil para Unidas Podemos, que estaba recibiendo la insistencia del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos y de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Tampoco para los socialistas, de los que estaban pendientes bancos y fondos de inversión, según explican fuentes gubernamentales. Finalmente el acuerdo lo tuvieron que desbloquear Iván Redondo y Juanma del Olmo, que volvieron a ser la argamasa de la coalición en esta negociación con un acuerdo que va más allá incluso del pacto de Gobierno. Por ejemplo se concreta que antes de terminar enero se van a aprobar medidas para contener o eventualmente "bajar los precios" -un término que costó aceptar para el PSOE- de los alquileres en zonas de mercado tensionado. Asimismo los ayuntamientos podrán bloquear las "subidas injustificadas" de los contratos. 

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