Laya y Duque optan a organismos internacionales

Sánchez deshoja la margarita: crisis de Gobierno en otoño o cambios puntuales

La unidad del Ejecutivo de coalición no se discute pero la crisis de la Covid ha abierto heridas en algunos ministerios. Moncloa estudia dar un impulso al equipo.

Iglesias y Sánchez
Sánchez deshoja la margarita: crisis de Gobierno en otoño o cambios puntuales
José González | EFE

Moncloa ya piensa en cambios en el Gobierno de coalición. Han pasado apenas cinco meses del primer consejo de ministros pero la crisis de la Covid ha hecho saltar por los aires buena parte de los planes iniciales. La hoja de ruta es la misma pero la forma de ejecutarla ha sufrido algunas modificaciones. Por eso hay quien está pensando en el núcleo del Ejecutivo que a la vuelta del verano Sánchez debería dar un impulso en varios ministerios con un cambio de cromos. El propio Pedro Sánchez no lo ha descartado en público aunque en su entorno de colaboradores también hay asesores que consideran que es pronto para ello. Los movimientos, en cualquier caso, han empezado con algunos ministros en la línea de salida.

El Gobierno ha tenido que hacer frente a la mayor crisis y eso ha dejado algunas heridas abiertas en el equipo, admiten. Eso no significa que la coalición con Unidas Podemos esté debilitada, todo lo contrario. Sánchez y Pablo Iglesias mantienen, junto a sus equipos, engrasada una relación que va a vivir su siguiente episodio en el plan de recuperación. El problema es que, al igual que algunos ministros han crecido políticamente durante el 'shock' de la Covid, otros han protagonizado algunas escenas que no han terminado de convencer en la maquinaria monclovita centrada en proteger a Sánchez.

Crisis de Gobierno profunda. O simples retoques. Es el dilema en Moncloa. Se espera algún tipo de cambio. Esencialmente porque Arancha González Laya, ministra de Exteriores, y Pedro Duque, titular de Ciencia, aspiran a dos cargos de máxima representatividad internacional. La primera se está moviendo para conseguir apoyos y dirigir la Organización Mundial de Comercio. Sánchez secunda su candidatura. Según cuentan fuentes del entorno de la ministra donostiarra, paisana del jefe de gabinete del presidente, Iván Redondo, ella misma está apostando "fuerte" por esta opción que se le ha abierto pese a que acaba de llegar al consejo de ministros. Hay que recordar que ya fue jefa de gabinete de Pascal Lamy, exdirector general de la OMC. El caso de Duque para la Agencia Espacial Europea (ESA) sería el broche final a su andadura en la administración.

"Este es un Gobierno que se ha movido en su elección por capacidad, mérito y la confianza que generan dentro y fuera de España", aseguró Sánchez el pasado domingo en Moncloa al ser preguntado por La Información acerca de una posible crisis de Gobierno a la vuelta del verano. En ambos casos, si terminan saliendo de España, Sánchez estaría obligado a buscar un sustituto o sustitutos y es en ese momento cuando deberá decidir si acometer más cambios o continuar con el consejo de ministros que tanto le costó conformar en enero, recuerdan en su entorno. "Fue un parto". Este martes se vieron por primera vez todos las caras tras treces semanas de cónclaves por videoconferencia.

Moncloa también está jugando la baza de Nadia Calviño para presidir el Eurogrupo pero este puesto no implicaría el relevo de la vicepresidenta económica. Todo lo contrario, reforzaría su posición de cara al periodo de reconstrucción. Sánchez, de momento, no se ha mojado pero Moncloa sabe que cuenta con el apoyo de Alemania para esta candidatura. El dilema de Presidencia se centra en este momento en calibrar pros y contras sobre la presencia de Calviño al frente de los ministros de Economía y Finanzas de la UE. Las dudas pasan por concretar si ser "juez y parte" en el reparto del fondo de reconstrucción es beneficioso o contraproducente para España.

En el Gobierno no ha pasado desapercibida la descoordinación que ha existido en determinados ministerios a la hora de tomar o comunicar determinadas decisiones. Algunos miran a Teresa Ribera, cuyo plan de desescalada naufragó. Aún así, es considerada pieza clave y de futuro en el equipo de Sánchez. Existen posiciones débiles, como la de la titular de Industria, Reyes Maroto, a quien la polémica con la llegada de turistas ha dejado 'tocada' internamente. En este momento está centrada, junto a Nadia Calviño, en los planes de reactivación sectoriales. Otra pata del Ejecutivo que sale debilitada de la crisis es la conformada por Educación, Cultura y Universidades. Isabel Celaá, José Manuel Rodriguez Uribes y Manuel Castells tienen ante sí semanas duras.

​¿Una reducción de los 23 ministerios?

En cuanto al 'core' del Gobierno, los ministerios de Estado, el bloque se da por seguro. El eslabón más débil, el de Fernando Grande-Marlaska, ha sido reforzado por el propio Sánchez. Lo mismo ocurre con Margarita Robles o José Luis Ábalos, piezas clave para Moncloa. Y con Unidas Podemos la confianza es absoluta como se demuestra en cada reunión de maitines de los lunes en Moncloa a las que acuden el vicepresidente Iglesias y en las que en alguna ocasión ha estado presente incluso Pablo Echenique. No hay fisuras entre ellos, al menos de momento.

En cuanto al futuro de los titulares de Unidas Podemos en el Gobierno no se esperan cambios. La Constitución establece que es el Rey quien nombra y separa a los ministros a propuesta del presidente, pero la coalición con Iglesias avanza sin graves fisuras. En las propias filas de la formación morada tampoco esperan novedades en un equipo que, dicen, apenas lleva cinco meses en marcha. 

Una opción que empiezan a sugerir algunos cargos socialistas es la de reducir el consejo de ministros y pasar de 23 ministerios a menos de una veintena. Consideran que el gabinete inicial fue ideado para otro tipo de situación y valorarían como positivo un gesto de este tipo. La última palabra, en cualquier caso, es del propio Sánchez.

Movimiento de cargos aparte, el Gobierno tiene previsto retomar a la vuelta del verano algunos proyectos que entraron en barrena por la crisis del Covid. Uno de ellos es la Oficina nacional de prospectiva y estrategia de país, un equipo que intentó montar Redondo tras la investidura y que aún no está funcionando. Su objetivo es pensar en la España de los próximos 30 años y poner encima de la mesa proyectos en esa dirección. La crisis de la Covid, consideran en el Gobierno, hace aún más necesario este departamento. Sánchez también tiene previsto retomar, cuando se supere la crisis sanitaria, el compromiso de rendir cuentas ante los españoles cada cien días.

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