El Gobierno cambia sus protocolos

Sánchez congela los maitines con UP en Moncloa y establece una nueva relación

La coalición lleva desde noviembre sin reunirse en el cónclave de los lunes. La relación, al más alto nivel, se engrasa ahora por otras vías: entre el presidente y Pablo Iglesias y entre Iván Redondo y Juanma del Olmo.

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Pedro Sánchez ha decidido poner un punto y aparte a los tradicionales maitines con sus socios de coalición que se venían celebrando desde el principio de la legislatura. La reunión, que se celebraba en en el complejo presidencial coincidiendo con el inicio de la semana, ha dejado de ser convocada, una decisión que tomado el gabinete del presidente del Gobierno de forma unilateral, según explican a La Información las altas instancias de Moncloa. Esto no quiere decir que las vías de comunicación se encuentren congestionadas pero sí ha desaparecido un importante momento en el que PSOE y Unidas Podemos ponían en común sus estrategias y pulían sus diferencias. Así ocurrió el 24 de noviembre, la última vez que se convocaron.

En Moncloa prefieren usar el término "congelación" para referirse a la situación actual de los maitines, que llevan tres meses paralizados. El Gobierno de coalición lleva desde el citado mes de noviembre sin celebrar esta reunión de coordinación que, desde la investidura, sólo se había visto interrumpida por el confinamiento decretado en marzo. En estos tres meses, Presidencia ha ido convocando y desconvocando a última hora los encuentros presididos por Sánchez. Pero, últimamente, si siquiera se ha contemplado celebrarlos, despareciendo la convocatoria de las agendas.

En los maitines de Moncloa participaban tanto la cúpula del Gobierno como de los grupos parlamentarios. Sánchez e Iglesias lideraban. También estaban presentes Iván Redondo, Carmen Calvo, José Luis Ábalos y María Jesús Montero, por parte del PSOE; y José Julio Rodríguez o Juanma del Olmo, entre otros, en representación de Unidas Podemos. En ocasiones, incluso, se incorporaban otros ministros o los portavoces parlamentarios, Adriana Lastra y Pablo Echenique. Eran, por tanto, formatos flexibles y abiertos a personas que tuvieran entre manos asuntos sobre los que debatir.

En lugar de los maitines, Sánchez ha decidido convocar reuniones del PSOE en Ferraz. En concreto, el presidente y la cúpula del Gobierno llevan varias semanas acudiendo a la Permanente de la Comisión Ejecutiva Federal. La cita de coordinación del Gobierno ha dado paso, por tanto, a una reunión interna de los socialistas para afinar la estrategia del partido. Por ejemplo, la campaña para lanzar la candidatura de Salvador Illa en Cataluña se pulió en estos encuentros que se han convertido en habituales en la sede socialista.

La ausencia de los maitines no significa que la relación entre PSOE y Unidas Podemos no esté engrasada. Al contrario. Los fontaneros de Sánchez e Iglesias la cuidan semanalmente o, incluso, a diario, según indican diversas fuentes. Cabe destacar en este sentido el teléfono rojo que mantienen Redondo y Del Olmo, por quienes pasan todas las cuestiones internas de la coalición. O la presencia del jefe de gabinete del vicepresidente segundo, Rodríguez, en el comité de seguimiento del Covid, donde se está dando respuesta a la pandemia y desde donde se configura la campaña de vacunación. Lastra y Echenique también mantienen un contacto habitual aunque en este caso sí que ha habido alguna disfunción reseñable, como lo ocurrido con la decisión del PSOE de presentar su 'Ley Zerolo'.

Un ejemplo de que la relación se encuentra engrasada ha sido la negociación del CGPJ de la pasada semana. En el momento clave de las conversaciones con el PP, el PSOE se posicionó en todo momento de la mano de sus socios y mantuvo el órdago que lanzaron los populares sobre el juez De Prada. La coalición, por tanto, negocia unida. 

Sánchez e Iglesias tienen previsto celebrar esta misma semana una reunión en formato presencial para pulir algunos detalles del funcionamiento de la coalición. La última vez que se encontraron en un formato de este tipo fue el pasado 4 de enero, un cara a cara adelantado en estas páginas. Más tarde, a finales de mes, hubo un segundo encuentro entre el presidente y el vicepresidente segundo y ya en febrero se celebró una cita de confraternización entre la cúpula de PSOE y Unidas Podemos que se caracterizó por los reproches cruzados. En los Consejos de Ministros de los martes también existen momentos para el diálogo, tanto antes como después de encerrarse en la sala Tapies de Moncloa, como explicó hace unos días el propio Ábalos. En los cónclaves monclovitas, por cierto, la relación entre socialistas y morados es correcta y no momentos de tensión.

Varios son los asuntos que en este momento están tensando la coalición. En primer lugar, la Ley de Vivienda, que sigue sin desatascarse. Las diferencias entre PSOE y Unidas Podemos sobre la recetas para rebajar el precio de los alquileres son elevadas. Este jueves los equipos negociadores del Ministerio de Transportes y de la Vicepresidencia segunda vuelven a encontrarse por la mañana. Será el tercer intento. También hay distancia a la hora de abordar las reformas que darán acceso a los fondos europeos, esencialmente la de pensiones y la laboral. Unidas Podemos también presiona para subir el Salario Mínimo Interprofesional, para agilizar el Ingreso Mínimo Vital o para que Economía apruebe un fondo de transferencias directas a pymes y autónomos, sin olvidar la leyes de Igualdad, que aún siguen bloqueadas.

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