Orden de mantener la calma

Sánchez e Iglesias aplacan la rebelión interna en los 'maitines' del Gobierno

Presidente y vicepresidente segundo ponen fin a una semana de fuego amigo entre varios ministros y altos cargos. El Gobierno prepara un decreto para ampliar la prohibición de los desahucios a los casos preCovid.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, durante la presentación del anteproyecto de Presupuestos
Sánchez e Iglesias aplacan la rebelión interna en los 'maitines' del Gobierno
Agencia EFE

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han firmado en Moncloa un pacto de no agresión que pone fin a una semana de tensión en el Gobierno de coalición. El PSOE se ha comprometido a aprobar en un próximo Consejo de Ministros (podría ser en el del martes que viene) un decreto para ampliar la prohibición de los desahucios a familias en situación de vulnerabilidad antes del Covid. El propio presidente ha dado orden de hacerlo a su ministro de Transportes, José Luis Ábalos, responsable de la materia. Unidas Podemos lo celebra pero quiere verlo en un documento oficial. Pero los socialistas han pedido a los morados mantener la unidad acción y no olvidarse de que tienen que trabajar al unísono. Están dolidos por la enmienda pactada con ERC y EH Bildu.

La cúpula del Gobierno estaba citada en Moncloa a primera hora de este lunes para los habituales 'maitines'. Sánchez y su jefe de gabinete, Iván Redondo, recibieron a Iglesias y su número dos, Juanma del Olmo. La coalición está engrasada gracias a ellos cuatro, que mantienen una intensa relación de confianza. También estuvieron en la cita Adriana Lastra, portavoz en el Congreso del PSOE, o Ábalos y María Jesús Montero, entre otros altos cargos. El cónclave no fue tenso, según explican fuentes conocedoras de la conversación, como sí parecía anticipar el cruce de acusaciones públicas entre Margarita Robles, ministra de Defensa, e Ione Belarra, secretaria de Estado para la agenda 2030, pero sí sirvió para aclarar algunos aspectos del funcionamiento diario.

Al PSOE le ha molestado dicha enmienda antidesahucios pactada por Unidas Podemos con ERC y Bildu al margen del Gobierno. No quieren que los morados la retiren pero sí que los problemas en la coalición se discutan en el seno del Gobierno y no la aireen en los medios. Esa es, precisamente, una de las críticas más escuchadas en las últimas días entre los pesos pesados de Ferraz: la "teatralización" que hacen sus socios de los disensos que existen en el Ejecutivo. Les han reclamado, en definitiva, una "paz mediática".

Desde el PSOE insisten en que están "plenamente comprometidos" en acabar con los desahucios pero difieren en los tiempos con sus socios. Por Unidas Podemos la ampliación de la moratoria podría aprobarse en el Consejo de Ministros de este martes pero desde los tres ministerios implicados en la medida (Transportes, Economía y Justicia) piden tiempo para hacerla compatible con la "seguridad jurídica". "Tenemos que diferenciar entre desahucios y desocupaciones, no es lo mismo", explican. "Ahora mismo se están ejecutando desahucios parados durante el confinamiento", añaden.

PSOE y Unidas Podemos no han enterrado, ni mucho menos, el hacha de guerra, pero sí han pactado un 'alto el fuego'. Desde el área socialista esperan tener lista una propuesta en cuestión de días y desde el entorno de Sánchez insisten en que la prohibición de los desahucios es un compromiso del Gobierno de coalición y que se ampliará la moratoria a esos casos de familias que ya estaban en situación de vulnerabilidad antes de la pandemia.

Una semana de alta tensión

Con los 'maitines' de este lunes Moncloa pone fin a una semana de alta tensión. La trifulca ha implicado a pesos pesados del Gobierno, empezando por la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, especialmente valorada en el partido tras haber superado "con nota" el examen de las enmiendas a la totalidad, y continuando por Robles, que no es la primera vez que participa en estos intercambios con sus teóricos socios. En el área morada ha sido Belarra, la secretaria de Estado para la Agenda 2030, quien ha liderado la actuación. 

Sánchez toleró durante toda la semana el fuego cruzado hasta que este lunes ha dicho 'basta'. El presidente venía de unos días complicados después de que el lunes previo, en la Ejecutiva de Ferraz, tuviera que enfrentarse al grupo de barones que, capitaneados por Guillermo Fernández Vara, habían puesto pie en pared ante un posible pacto de PGE con Bildu. El secretario general del PSOE tuvo que enviar una carta a la militancia hacienda alusión a "fake news" y "noticias inventadas", aunque no descartando que las conversaciones con la izquierda abertzale puedan llegar a buen puerto. 

La coalición está jugándose en estos días la orientación de los socios de Presupuestos, lo que tendrá sus consecuencias en lo que queda de legislatura. La caja de truenos se abrió el martes cuando Unidas Podemos registró junto a ERC y EH Bildu la citada y polémica enmienda antidesahucios. El movimiento de los morados, apenas unos minutos después de concluir el último Consejo de Ministros, molestó especialmente a Calviño y Jesús Montero, que se quejaron interna y externamente de no tener conocimiento de esa entente de izquierdas al margen del PSOE. Fuentes implicadas de las conversaciones manejan, sin embargo, otra versión: Pablo Echenique, portavoz parlamentario de UP, informó a Adriana Lastra de esa enmienda iniciativa. Lo hizo a través de un mensaje de whatsapp. La portavoz socialista elevó esta información por las vías internas y llegó tanto a la ministra Montero como a Moncloa. Lastra también confirmó a Echenique en ese intercambio que el PSOE no podía sumarse a esa enmienda pero que estaba dispuesto a negociarla. Sánchez no ha reprochado en ningún momento esto a sus socios y sólo les ha pedido unidad de acción.

La tensión en la coalición fue a más en las últimas horas cuando Robles afirmó: "Algunos miembros del Gobierno olvidan que debemos gobernar para todos". La respuesta de Belarra llegó en forma de tuit: "Efectivamente, tenemos que gobernar para todos, no sólo para los rentistas, la banca o los fondos de inversión. Por eso es urgente prohibir los desahucios, porque cuando te desahucian no te preguntan a quién has votado". Horas después llegaba la contestación de Robles, pidiendo "humildad" a Pablo Iglesias y al área morada del Gobierno y recordando que el presidente es Sánchez. Minutos después llegaba la respuesta de Belarra: "Cuando eres la ministra favorita de los poderes que quieren que gobierne el PP con Vox quizá estés haciendo daño a tu gobierno. Ser humilde es no dejarse adular por la derecha mediática". Hoy los ministros de PSOE y UP se verán por primera vez las caras en el cónclave en Moncloa.

Este fuego amigo en la coalición no es nuevo. Viene arrastrándose desde hace semanas. Un punto de inflexión fue la noche previa a la presentación del borrador de PGE por parte de Sánchez e Iglesias en Moncloa. Ese día Unidas Podemos se plantó y puso en riesgo el acto solemne al exigir un acuerdo concreto para rebajar los precios de los alquileres e introducir mejoras en el Ingreso Mínimo Vital. Los morados eligen sus batallas y las libran hasta el final. En ese intercambio intervinieron varios ministros, incluida Irene Montero, y todo se solucionó con dos documentos redactados con nocturnidad. Fue un pacto entre los escuderos, Iván Redondo y Juanma del Olmo, el que desatascó la tensión. Pero la herida sigue supurando y, lejos de cerrarse, se ha reabierto en estos días.

A pesar de esta fotografía de tensión, la coalición no corre peligro. Es más, tienen encaminada la aprobación de los PGE. Además, el presidente Sánchez y su gabinete ejercen de "pegamento" de la coalición, como ha quedado demostrado en varias ocasiones. Son conscientes de la realidad y de que la convivencia de dos proyectos antagónicos, en algunos aspectos, provoca roces. Auguran una legislatura "larga".

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