Según Schroders

Desmontando a la inflación: el devenir del mercado vendrá de la productividad

La productividad que se deriva de la digitalización será uno de los grandes catalizadores del crecimiento económico y seguirá al alza durante la próxima década con toda probabilidad

Desmontando a la inflación: el devenir del mercado vendrá de la productividad
Desmontando a la inflación: el devenir del mercado vendrá del aumento de la productividad
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Las presiones creadas por la reapertura de la economía provocaron cuellos de botella y escasez, a medida que las empresas intentan aumentar la oferta. Las últimas cifras muestran que los billetes de las aerolíneas, los precios de los hoteles y de los alquileres de coches se dispararon al regresar la demanda. Eso produjo dudas sobre qué puede esperarse y si la inflación puede ser el tormento para los mercados.

En los últimos 12 meses, los principales bancos centrales de todo el mundo han respondido a la pandemia del Covid-19 con una combinación de políticas monetarias y fiscales no convencionales. La velocidad y el tamaño de estos paquetes no han tenido precedentes. A diferencia de 2008, se ha llevado a cabo una expansión fiscal de varios billones de dólares, incluyendo “dinero helicóptero” directo a los hogares y las empresas.

Algunos países están registrando déficits fiscales que superan el 15% del PIB, algo que no se veía desde la época de la guerra. Teniendo en cuenta el endeudamiento existente, esto hace que la política inflacionista sea más atractiva. La combinación coordinada de una política fiscal y monetaria agresiva significa que la inflación está en camino. ¿Miedo ante escenario? Al menos, no debería haberlo de manera desmesurada.

Así lo ve Keith Wade, economista jefe de Schroders, que explicó en un encuentro digital que esto refleja en parte una corrección de los recortes anteriores (aerolíneas y hoteles), y en parte un problema de capacidad, ya que los precios de los alquileres de coches están ahora “por encima de los niveles anteriores a la pandemia”. De hecho, los precios de los coches de segunda mano también se dispararon, ya que la gente prefiere mantener la distancia social y conducir, mientras que la escasez de semiconductores está afectando a la oferta de coches nuevos.

Medir la brecha de producción es difícil, pero está claro que hay que realizar ajustes antes de que la capacidad de la economía vuelva a entrar en juego. “La fuerte demanda podría conllevar que los precios sigan subiendo a corto plazo, a medida que la economía se reabra, y es probable que la inflación medida por el IPC alcance casi el 5% en mayo”, comenta Wade. Sin embargo, a medida que los 8,2 millones de personas que perdieron su empleo durante la pandemia vuelvan a trabajar, las limitaciones de capacidad deberían disminuir.

La mayor productividad como impulsor del crecimiento

He aquí lo importante de lo que está por venir: uno de los grandes catalizadores del crecimiento económico y el impacto en los mercados viene derivado, según Wade, de la productividad derivada de la digitalización, que seguirá al alza durante la próxima década a buen seguro.

“La pandemia del Covid-19 ha acelerado el cambio tecnológico como se observó con las ventas minoristas online en Reino Unido, que cuyo porcentaje sobre el total de ventas está cerca del 30%, bastante por encima de los niveles anteriores a la pandemia”, describe. La tecnología ha tenido mucha repercusión, mientras que el incremento del teletrabajo y la digitalización ha llegado al crecimiento del consumo digital.

De aquí deriva ese concepto de que el principal catalizador tiene que ver con el aumento de la productividad en los países como consecuencia de la digitalización. “Un ejemplo es la productividad en Estados Unidos, que se disparó durante el 2020 y se mantuvo, a pesar del impacto de la pandemia, lo cual deja a las luces de que estamos ante un gran cambio que ha ido in crescendo a medida que la crisis sanitaria ha ido desarrollándose en el tiempo”, relata Wade.

En este sentido, se espera que en los países desarrollados la productividad crezca más de un 1%, debido a este impacto la digitalización. Según el economista de Schroders, en los próximos 10 años es muy probable que se produzca un fuerte crecimiento económico, como consecuencia de este aumento de la productividad.

“La Eurozona puede pasar del 0,6% del crecimiento de la productividad de media del periodo del 2001 al 2020, hasta el 1% del 2021 al 2030”, pronostica Wade. En su opinión, las hipótesis que apuntan a que la gente es reacia a volver al trabajo, quizá por miedo al Covid-19 o porque prefieren recibir mayores prestaciones por desempleo, no están demostradas.

“Las cifras de vacunación son elevadas y, aunque el aumento del empleo decepcionó en el último informe sobre el mercado laboral, los problemas de ajuste estacional parecen haber distorsionado los datos”, cuenta. Además, la tasa de participación repuntó en el pasado mes de abril al volver más personas a formar parte del grupo de población activa.

De cara al futuro, desde la gestora siguen viendo que las presiones inflacionistas irán disminuyendo a medida que la capacidad de producción se recupera y la demanda se reduce después de que, en una primera fase, la población reprimiera su gasto. “Como hemos recalcado a menudo, la inflación avanza con mucho retraso y uno de nuestros indicadores clave, el crecimiento de los costes laborales unitarios, está señalando un giro en los precios”, anticipa.

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