Pese a la crisis de la Covid

Naturgy, Grifols... startups: los fondos soberanos han echado raíces en España

En 2020, a pesar de la pandemia de coronavirus, nuestro país registró el tercer mejor año en términos históricos con inversiones que ascendieron a 5.500 millones de euros.

Naturgy, Grifols... startups: los fondos soberanos echan raíces en España
Naturgy, Grifols... startups: los fondos soberanos echan raíces en España
Pixabay

La inversión extranjera directa se hundió un 42% el año pasado a nivel mundial a causa de la pandemia de coronavirus. Pese a ello, en España la contracción apenas fue del 13% entre enero y septiembre. Nuestro país se ha mantenido como uno de los diez destinos que atraen más capital del exterior (junto a Estados Unidos, China, Emiratos Árabes o Alemania) con un stock acumulado de 751.000 millones de dólares a finales de 2019. Entre enero 2019 y septiembre pasado un total de nueve fondos soberanos distintos cerraron doce operaciones por un valor cercano a los 1.300 millones de euros, frente a los más de 1.500 millones del ejercicio previo.

Poniendo las cifras en perspectiva, la visión es bastante positiva. El año de la crisis sanitaria y económica fue el tercer mejor ejercicio en términos históricos para nuestro país con un total de 5.500 millones de euros en inversión extranjera. Esto ha sido así, en buena medida, gracias a los fondos internacionales de capital riesgo, que representan ya el 70% de la inversión total en startups, que a lo largo de 2020 también marcó cotas inéditas. Son algunas de las conclusiones del último informe del Center for the Governance of Change IE University e ICEX-Invest in Spain.

De las operaciones que se llevaron a cabo en los últimos veintiún meses, el estudio destaca cuatro realizadas por Sopef (Spain-Oman Private Equity Fund), es decir, el fondo conjunto de España (Cofides) y de la Oman Investment Authority (OIA), que gestiona en nombre del Sultanato el excedente de los ingresos del petróleo y gas del país. También pone en valor las alianzas de empresas españolas con fondos soberanos internacionales, como son la anunciada recientemente por Grifols con el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí (PIF) y la que mantienen desde hace más tiempo la energética Naturgy (a través de su filial Global Power Generation) con la Kuwait Investment Authority. 

En lo que respecta a la biotecnológica, su alianza se centra en productos derivados del plasma sanguíneo en un país que está experimentando una fuerte transformación del modelo económico. Así, Grifols y PIF firmaron una carta de intenciones para desarrollar centros de plasma e instalaciones de producción en Arabia Saudí a través de una joint venture participada por ambas. La firma catalana refuerza su presencia en la región del Golfo y, al mismo tiempo, fortalece el sistema sanitario del Reino Saudí. "Esta lógica de invertir y aprender, o de invertir para fomentar el desarrollo, sigue encontrando un aliado en las empresas españolas", apuntan en el informe.

La segunda alianza se mantiene desde 2015 con inversiones continuadas por parte de Global Power Generation, participada en un 75% por Naturgy y en un 25% por la Kuwait Investment Authority, a través de su filial Wren House Infrastructure. GPG está poniendo en marcha un ambicioso plan de inversiones en nuevos parques eólicos, sobre todo en Australia. Allí es ya uno de los productores independientes más importantes, con una capacidad instalada de más de 700 MW y el objetivo de gestionar cerca de 1.300 MW en los próximos dos años. En total, GPG controla hoy más de 1.360 MW en energía hidroeléctrica, solar y eólica. 

De Omán a Bilbao... pasando por Valencia y Murcia

En noviembre de 2020, Sopef entró en el accionariado de Haizea Wind Group, un grupo industrial internacional con sede en Bilbao que se dedica a la fabricación de torres eólicas y cimentaciones para torres offshore (marinas). Entre sus clientes se encuentran grandes fabricantes de energía eólica como Vestas, Siemens Gamesa, Nordex Acciona o General Electric. "Como en otros países de la región, la necesidad de reducir la dependencia del petróleo y diversificar el modelo de producción puede explicar el interés de Omán por el sector de las energías renovables. Además, el sector ha recibido apoyo tanto normativo como social, y sus perspectivas de crecimiento son cada vez más positivas", sostiene el documento. 

Antes, en enero, Sopef había invertido en la valenciana TCI Cutting, una empresa fundada en 2001, con una tecnología puntera en maquinaria de corte industrial mediante láser y agua. Es, como en el caso de Haizea, una firma que se englobaría dentro de la llamada 'Industria 4.0' con un componente de digitalización y automatización muy alto. Esta empresa es un referente en Europa en el corte con tecnología láser para sectores como el aeronáutico, el naval, la automoción o la defensa. Omán necesita crear un cierto tejido industrial en una economía muy ligada a los hidrocarburos que cada vez son menos rentables por su coste de extracción, de ahí la importancia de una asociación de este tipo.

El pasado mes de septiembre, Sopef invirtió en una biotecnológica murciana centrada en la innovación agrícola y con presencia en más de 50 países: Symborg, que investiga y desarrolla bioestimulantes y biofertilizantes basados en microorganismos. En Omán, el sector agrícola representa el 2,5% del PIB, aunque hasta el descubrimiento del petróleo en la segunda mitad de los años 60, casi el 70% del PIB era agrícola. "La seguridad alimentaria es uno de los vectores de inversión a largo plazo para los fondos soberanos en países con climas extremos y con escasez de agua potable", recuerdan los autores del informe.

Unos meses antes, en julio de 2019, Sopef hizo su primera apuesta con la incorporación al accionariado de Palacios, el grupo alimentario con sede en La Rioja, que cuenta con fábricas en Estados Unidos y España. Meses antes de la entrada de Sopef, en abril de 2019, MCH y Ardian adquirieron a Carlyle el 80% de la compañía por un importe cercano a los 250 millones.

Los hoteles de lujo, otro reclamo

Además de en los sectores industriales, España ha logrado la entrada de capital soberano en el mercado inmobiliario, con la adquisición del Hotel Edition por un vehículo de inversión en manos de GIC (el fondo soberano de Singapur) y por un fondo de pensiones holandés (APG). Este fondo, denominado Archer Hotel Capital y centrado en el sector del lujo, tiene entre sus activos el Westin Palace madrileño y el Hotel Arts de Barcelona.

El grupo Archer ha pagado 220 millones de euros para adquirir el histórico KKH. Situado en la Plaza de las Comendadoras de Madrid, fue la sede del Monte de Piedad de Madrid, fundado en 1702. El hotel contará con 200 habitaciones, por lo que el precio por habitación pagado supera el millón de euros, convirtiendo esta operación en la más "cara" de España tras el Villa Magna, donde el grupo turco Dogus pagó 1,2 millones por habitación. 

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