El petróleo toca máximos desde 2014 tras la OPEP+ con el gas desbocado

La decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) de mantener los límites al incremento de producción previsto para noviembre y la escalada en vertical del precio del gas lleva al petróleo a registrar nuevos máximos. El crudo estadounidense West Texas Intermediate alcanza un precio que no registraba desde noviembre de 2014, al haber superado los 79 dólares por barril, mientras que el Brent del Mar del Norte, referencia en Europa, supera los 83 dólares, por lo que recupera niveles de septiembre de 2018. 

Entre los inversores ha cundido el miedo a una escasez de suministro ante el incremento de la demanda a nivel global con la reapertura de las economías, por el fuerte tirón de las compras de petróleo y gas por parte de China (en pleno proceso de descarbonización de su economía) y los desastres naturales. El cartel petrolero confirmó el lunes que el mes próximo aumentará su producción conjunta de petróleo en 400.000 barriles diarios, con lo que mantiene sin cambios el plan para incrementar de forma gradual los suministros que acordó en julio, pese al encarecimiento del crudo.

En el caso del petróleo, la producción de esquisto de EEUU sigue creciendo, mientras la demanda de petróleo "está bajo presión, a corto plazo por los últimos problemas de la cadena de suministro relacionados con China y los altos precios del combustible, que afectan a los presupuestos de los hogares; a largo plazo, por la posible aceleración del cambio hacia los vehículos eléctricos", apuntan desde el banco privado suizo Julius Baer. 

En la actual coyuntura de escasez de suministros de energía a medida que se incrementa la demanda global y se acerca la temporada de invierno, el gas natural y el carbón continúan mostrando una tendencia de fuerte encarecimiento a nivel mundial. En Europa, las reservas de gas se mantienen en su nivel más reducido de la última década en esta época del año, al mismo tiempo que se mantienen las limitaciones de los suministros de Rusia, el mayor oferente a nivel global. Esta situación está impulsando los costes de producción y lastrando la actividad de las fábricas. De ahí que el consumo de petróleo esté incrementándose.