Hay que remontarse al año 2008

La CEOE ofrece la mayor subida salarial desde la antesala de la crisis financiera

La patronal evita concretar una recomendación oficial para que los sindicatos no puedan utilizarla como un suelo en las negociaciones, pero entre bambalinas indica a sus socios que ofrezcan alzas de hasta el 3,5%.

Antonio Garamendi, CEOE
La CEOE ofrece la mayor subida salarial desde la antesala de la crisis financiera
Europa Press

La CEOE mueve ficha. Tras constatar la imposibilidad de alcanzar un consenso en materia salarial en el marco de las negociaciones con los sindicatos sobre el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), el Comité Ejecutivo que encabeza Antonio Garamendi ha acordado trasladar una serie de recomendaciones a sus unidades negociadoras. La pauta oficial no incluye una cifra concreta de subida salarial, pero extraoficialmente la patronal ha instado a las empresas a no firmar subidas salariales superiores al 3,5%, según revelan fuentes de la cúpula de la organización empresarial. Se trata de una variación muy por debajo del nivel de inflación actual, que todavía es superior al 8%, pero si se echa la vista atrás constituye el mayor incremento salarial planteado por los empresarios desde la antesala de la crisis financiera que estalló en el año 2008.

La estrategia de la CEOE es clara. Fuentes de la organización empresarial revelan que durante el cónclave celebrado este martes a mediodía varios sectores advirtieron de que una recomendación concreta de subida salarial, aunque fuera de máximos, podría ser utilizada por los sindicatos como un suelo sobre el que negociar. Otras patronales sectoriales reclamaron una referencia específica para poder trasladar a sus negociadores. Y finalmente se optó por sugerir, de palabra, ese 3,5% que no quedó plasmado en el comunicado oficial que remitieron CEOE y Cepyme al término de la reunión. "Aunque no se haya puesto negro sobre blanco, esa es la directriz a seguir en las mesas de negociación colectiva abiertas", insisten estas fuentes.

La cifra no es casual. Ese 3,5% es la tasa de variación aproximada que espera el equipo económico de la CEOE para la inflación subyacente de media anual para este 2022, frente a un 7% de IPC general, en línea con las previsiones de los principales organismos. El indicador subyacente es el que excluye los componentes más volátiles de la inflación como los precios energéticos y de los alimentos no elaborados y esa es la referencia que la organización empresarial considera más adecuada para la recomendación de subida salarial. El dato es considerablemente más contenido que el de la inflación general, que alcanzó en abril el 8,4%, según el dato adelantado, frente al 4,4% de la subyacente, que marcó su mayor alza desde el año 1995.

El 3,5% está además alineado con la propuesta sindical de subida salarial para este año. El problema es que CCOO y UGT exigen incorporar cláusulas de revisión con el IPC para garantizar el poder adquisitivo a finales de año, en el caso de que la inflación quede por encima de ese nivel, como es previsible. Pero la CEOE rechaza de plano esa indexación porque conlleva el riesgo de provocar una espiral inflacionista, tal y como ha advertido el Banco de España, y pide ligar las subidas salariales a otros factores cuantificables como la productividad, el empleo, el comportamiento del PIB, el indicador de garantía de competitividad o los resultados empresariales. Todo, en un contexto en el que "resulta preciso realizar un esfuerzo de moderación salarial", insisten los empresarios en su comunicado.

La patronal considera que ya está haciendo un notable esfuerzo al ofrecer, entre bambalinas, una mejora de las nóminas del 3,5%. Se trata de la mayor subida salarial desde el año 2008, si se tienen en cuenta las variaciones medias pactadas en convenio que figuran en los registros del Ministerio de Trabajo. En la antesala de la crisis financiera, la subida acordada entre patronales y sindicatos alcanzó el 3,6%, en un momento en que la inflación se situaba por encima del 4%, y a partir de ese ejercicio cayó en picado. En 2009 bajó al 2,25% y en la segunda recesión, a partir de 2012, el porcentaje se hundió por debajo del 1%. A partir de 2017 empezó a recuperarse, hasta 2019, cuando se situó en el 2,24%, para caer tras el estallido de la pandemia hasta el entorno del 1,5% y volver a repuntar este año, con la escalada de la inflación, hasta el 2,4% que marcan los convenios firmados hasta abril.

En cualquier caso, como decimos, la CEOE ha optado por no reflejar ninguna cifra concreta en la hoja de ruta que ha distribuido entre los negociadores para evitar que los sindicatos utilicen esa referencia como un suelo. Pero no solo eso, desde la patronal también recuerdan a las empresas la existencia de mecanismos de inaplicación de las condiciones de trabajo pactadas en los convenios colectivos cuando concurran causas económicas, técnicas, organizativas o de producción, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 82.3 del Estatuto de los Trabajadores, que permite a las empresas que atraviesen dificultades incumplir lo pactado en la negociación colectiva en materias como el salario o la jornada laboral. Es un artículo que no se derogó en la reforma laboral recién aprobada, tal y como demandaban los sindicatos, y que al que la CEOE se agarra en esta coyuntura adversa.

Las organizaciones sindicales ya están trabajando en una respuesta conjunta al planteamiento patronal y sus secretarios generales ya han avanzado las líneas principales. El líder de UGT, Pepe Álvarez, ha criticado la postura de la CEOE por considerar que es "inadecuada" y está "lejos de la realidad" y ha acusado a los empresarios de aprovechar la coyuntura para subir los precios. Una acusación a la que se ha sumado el secretario general de CCOO, Unai Sordo, que ha asegurado que la CEOE plantea "que toda la carga del incremento de los precios energéticos lo paguen los trabajadores, después de llevarse decenas de miles de millones de euros de dinero público en la anterior crisis, y esto no es de recibo". Ambos han amenazado con tensionar las mesas de negociación abiertas y elevar la conflictividad en los centros de trabajo en "un proceso de movilización creciente".

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