Negativa de la patronal

La CEOE traza sus líneas rojas y busca una aliada en Calviño para frenar a Díaz

Los empresarios rechazan una modificación integral del marco laboral en plena crisis y a las puertas de las elecciones madrileñas. Apuestan por cambios en contratación para reducir la dualidad y el paro juvenil.

Fotografía de Nadia Calviño y Antonio Garamendi / EFE
La CEOE traza sus líneas rojas y busca una aliada en Calviño para frenar a Díaz
EFE

La CEOE ha trazado una línea roja sobre dos de las 17 reformas de ámbito laboral que el Gobierno español ha remitido a la Comisión Europea en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia para acceder a los fondos del Next Generation UE. Se trata de los dos apartados que recogen los cambios que plantea el Ejecutivo para la "modernización" de la negociación colectiva y de la subcontratación empresarial. Son, a su vez, materias que ya se habían abordado en la mesa de diálogo social tripartita hace un año, antes del estallido de la pandemia, y que tanto los sindicatos como el Ministerio de Trabajo pretendían retomar para cerrar cuanto antes un primer paquete de reformas. La patronal se opone de plano.

En la primera reunión de la mesa de negociación, celebrada este miércoles, los empresarios dejaron claro que "no es el momento de abordar la reforma laboral que se plantea, sino de avanzar en las políticas activas de empleo o la reducción de la dualidad del mercado laboral, como nos indican desde la UE". Lo cierto es que la Comisión Europea, en el 'staff working document' de recomendaciones por país más reciente, da un espaldarazo a la reforma laboral de 2012 por su contribución a la recuperación del empleo perdido durante la crisis financiera y pide que cualquier medida que se adopte sea implantada tras una evaluación cuidadosa de su impacto potencial, así como que se preserven los logros de reformas anteriores. Además, Bruselas ha puesto el foco con especial énfasis en atajar la excesiva temporalidad.

En este contexto, los empresarios encontraron este jueves el respaldo de la vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, que afirmaba que no hay que mirar al pasado, sino al futuro, y que en lo que hay que centrarse en materia laboral es en resolver el paro juvenil y la dualidad laboral, así como en simplificar el menú de contratos a tres modalidades (uno estable, otro temporal y otro de formación). Calviño también aseguró compartir "al 100%" con la ministra de Trabajo el programa de reformas diseñado para acceder a los fondos europeos, pero lo cierto es que Yolanda Díaz no coincide en el 'timing'. La futura vicepresidenta tercera quiere empezar precisamente por las dos reformas que rechaza la CEOE y que suponen un vuelco a la negociación colectiva y a la subcontratación de actividades empresariales. 

En concreto, la patronal rechaza la reforma número 7, de "modernización de la negociación colectiva", que tiene como objetivo "adaptar la negociación colectiva a las necesidades de empresas y sectores, para vertebrar un sistema de relaciones laborales equilibrado a nivel nacional" y contempla abordar la ultraactividad de los convenios, la relación entre convenios sectoriales y de  empresa, mecanismos de consulta y negociación en los supuestos de modificación sustancial de las condiciones de trabajo y refuerzo de la representatividad de las partes negociadoras y la seguridad jurídica en su aplicación. En esos términos figuran las reformas enviadas a Europa en la documentación remitida por el Gobierno a los agentes sociales.

Asimismo, considera que no es el momento de hablar sobre la reforma 8, de "modernización de la contratación y subcontratación de actividades empresariales", que tiene como objetivo "evitar que se utilice la externalización de servicios a través de la subcontratación para reducir los estándares laborales de los trabajadores de las empresas subcontratistas". Las medidas que se plantean en este apartado van en línea con las sentencias recientes del Tribunal Supremo y buscan asegurar "un uso adecuado de la subcontratación, desincentivando los supuestos en los que es un mero instrumento de reducción de costes", así como "avanzar hacia la equiparación de condiciones entre trabajadores subcontratados y reforzar la responsabilidad de las empresas contratistas o subcontratistas".

Entrar al fondo de estos asuntos supondría, a ojos de los empresarios, introducir "rigidez" en el mercado laboral, en un momento en el que lo que necesitan las empresas es flexibilidad para poder adaptarse a la situación provocada por la pandemia. En paralelo, la patronal se niega a entrar en cuestiones de fondo en todo lo relacionado con la contrarreforma laboral en vísperas de las elecciones madrileñas a las que concurrirá Pablo Iglesias como candidato de Unidas Podemos el próximo 4 de mayo. El todavía vicepresidente segundo del Gobierno, que cederá el puesto a Yolanda Díaz -en la Vicepresidencia tercera, para evitar conflictos con la responsable de Asuntos Económicos, Nadia Calviño-, ya ha entrado en campaña electoral y los empresarios no quieren participar en el juego de la "derogación de la reforma laboral del PP" en este contexto, explican fuentes del diálogo social.

Los sindicatos, por su parte, denuncian una "discrepancia total en el orden de prioridades". Desde CCOO critican que "las organizaciones empresariales no quieren que se aborde lo que teníamos hablado en febrero -de 2020-" y plantean "recuperar lo que había en la mesa, resolverlo y abordar el resto de temas". "Estamos obligados a hacerlo porque es un compromiso adquirido, y además también es un compromiso de España con Europa en el componente de mercado laboral", reclaman desde el sindicato. La diferencia con la posición empresarial es que los representantes de los trabajadores quieren empezar por las cuestiones que afectan a la negociación colectiva, para después avanzar hacia temas más de fondo como las medidas para reducir la temporalidad, que es donde CEOE considera que la UE pone el foco.

En cualquier caso, las negociaciones no han empezado con buen pie para la ministra y futura vicepresidenta del Gobierno de coalición. La CEOE ha marcado sus líneas rojas desde el minuto uno, y no dudará en acudir a Calviño para frenar las pretensiones de Díaz. Sin embargo, la titular de Trabajo ya ha advertido de que no va a renunciar a su obligación de legislar ni a otorgar derecho de veto a ninguno de los actores del diálogo social. El Ministerio ya ha convocado una nueva reunión para el próximo 30 de marzo y, en principio, a partir de entonces las citas serán semanales. Se augura una negociación compleja y no pocos roces entre Díaz y Calviño.

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