Nuevo Ministro de Transportes

Los mil retos de Óscar Puente: Rodalies, abonos gratis, peajes y nuevas inversiones

El exalcalde de Valladolid revolucionó la movilidad en su ciudad con una apuesta decidida por el transporte público. Ahora tendrá que capear las exigencias de ERC y Junts e impulsar la movilidad sostenible.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez saluda al diputado electo y secretario general del PSOE de Valladolid, Óscar Puente durante la segunda votación de la investidura del líder del Partido Popular, en el Congreso de los Diputados, a 29 de septiembre de 2023, en Madrid (España). El presidente del PP y candidato al Gobierno se sometió el pasado 27 de septiembre a la votación de su candidatura en 'primera vuelta' para su investidura, pero, al no lograr la mayoría absoluta requerida (176 diputados), con 178 noes y 172 síes, se realiza hoy la segunda votación. Hoy no es necesaria la mayoría absoluta, bastaría con una mayoría simple, es decir, más votos a favor de su investidura que en contra. 29 SEPTIEMBRE 2023;PP;PARTIDO;POPULAR;INVESTIDURA;CONGRESO;DIPUTADOS; Eduardo Parra / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 29/9/2023
Los mil retos de Óscar Puente: Rodalies, abonos gratis, peajes y nuevas inversiones
Europa Press

De alcalde desposeído de su vara a Ministro encargado de dar batalla por toda España. Óscar Puente (Valladolid, 1968) será el titular de la cartera de Transportes, uno de los ministerios con mayor peso tanto en términos presupuestarios como en importancia política. Aunque no lo hará en las mismas condiciones que su antecesora Raquel Sánchez, porque el recién proclamado Pedro Sánchez ha decidido segregar en dos el que hasta ahora era uno de los grandes elefantes de la administración española. Isabel Rodríguez, hasta ahora portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial, será la encargada de las competencias de Vivienda y Agenda Urbana, dos áreas clave para un PSOE que se ha comprometido a construir más de 100.000 viviendas públicas en la próxima legislatura después de dejar casi a cero la cifra durante la actual. 

El nombre de Puente empezó a sonar en las quinielas de Moncloa después de que Sánchez le concediera el beneplácito de replicar a Alberto Núñez Feijóo durante su investidura fallida. El exalcalde de Valladolid, que llevaba en el poder desde 2015, fue una de las grandes víctimas del pésimo resultado electoral del bloque de izquierdas en las elecciones locales del pasado 28 de mayo, cuando el PSOE perdió buena parte de sus gobiernos autonómicos y locales. Su candidatura logró igualar el resultado de 2019, pero la pérdida de representatividad de sus socios de Toma La Palabra cambió la mayoría de gobierno en favor de la derecha. Finalmente el candidato del Partido Popular, Jesús Julio Carnero, sumó los votos de los tres concejales de Vox a los suyos para hacerse con la vara de mando. 

Tras a su caída, y cuando parecía condenado a quedarse en la oposición pucelana, Puente fue repescado por Sánchez como número uno de la lista del PSOE por Valladolid para las elecciones generales del pasado 23 de junio. Los socialistas mejoraron su resultado de 2019 logrando 8.000 votos más y conservaron sus dos diputados, igualando al PP. Constituido el Congreso, el PSOE dejó en manos del exalcalde la réplica a Feijóo tras postularse como candidato a presidente del Gobierno, algo que solía hacer Pedro Sánchez y que sentó muy mal en la derecha. Los socialistas presentaban así la credencial de Puente, un 'pitbull' político que tiene por delante miles de agujeros abiertos por toda España

El gran reto: la cesión de Rodalies a Cataluña

La relación simbiótica entre socialistas y nacionalistas catalanes invitó a Pedro Sánchez a colocar a un representante del PSC al frente de la antigua cartera de Fomento. La elegida fue Raquel Sánchez, exalcaldesa de Gavá, que pese al viento de cola de los fondos europeos, no logró desplegar toda la maquinaria ministerial al ritmo que le exigían sus efímeros plazos. Dentro del edificio eran muchas las voces que pedían un cambio radical que supiera conjugar las exigencias de Cataluña, ahora intensificadas por los pactos con ERC y Junts, con las del resto de territorios, que también reclaman todo tipo de infraestructuras. 

De ahí que la llegada de Óscar Puente a los Nuevos Ministerios de Madrid haya sido acogida con agrado por sus subalternos, que observan en él una figura reconocida, con bagaje político, conocimiento técnico suficiente y que, a priori, parece capaz de tomar decisiones controvertidas, como las que afectan al futuro de los trenes de Cercanías en Cataluña (Rodalies) o las cesiones al PNV, que implican una operación similar con las Cercanías de Bilbao y San Sebastián. Ambos procesos, refrendados en el acuerdo de investidura, serán difíciles de parir desde el punto de vista técnico y conllevarán un importante desgaste político en términos de credibilidad.

Sin ir más lejos, el nuevo ministro se estrena con una huelga en el ferrocarril este mismo viernes, después de que todos los sindicatos acordasen cinco jornadas de huelga (24 y 30 de noviembre y 1, 4 y 5 de diciembre) para mostrar su oposición a la transferencia de los trenes de Cercanías a las autonomías. Aunque el Ministerio ha intentado apaciguarles, los sindicatos han echado más leña al fuego sumando a su demanda el que se paralice la privatización de Renfe Mercancías, otro problema que cae en manos del nuevo ministro. 

Nuevas inversiones, abonos gratis, peajes... 

Puente tendrá en sus manos el diseño del transporte y la movilidad del futuro, tanto en lo rural como para las ciudades. Aunque se da por descontado que se prorrogarán los abonos gratis para 2024, deberá decidir quiénes se benefician de estos descuentos a partir de entonces. Los socialistas han pactado con Sumar que estos beneficios se limiten a jóvenes de menos de 24 años, mayores de 65 y personas con bajas rentas, pero queda por decidir qué pasa con el grueso de viajeros, los adultos. 

El nuevo ministro también llega en un momento vital para acelerar inversiones que estaban pendientes aprovechando unos fondos europeos que se agotarán antes que la legislatura. Será el encargado de completar la revolución del ferrocarril, con un Adif en máximos históricos de inversión y ejecución presupuestaria que podría validar la continuidad de su dirección. 

También tendrá que lidiar con una Renfe en reestructuración que ve cómo su tarta es cada vez más pequeña ante el empuje de los nuevos operadores, que ya piensan en la segunda liberalización de la alta velocidad. A la dureza de la hoja de ruta ferroviaria se suma la responsabilidad de diseñar el modelo que llevará los peajes a las autovías antes de que acabe esta década, algo que ha salido de los compromisos con Bruselas, pero que se da por sentado. Su primer objetivo será sacar adelante la Ley de Movilidad Sostenible, que decayó con la convocatoria electoral y que deberá dirimir si se abre el mercado de autobuses de larga distancia a la competencia. 

Defensor de la movilidad sostenible

Más allá de los titulares que pueda dejar el diputado vallisoletano, su hoja de servicios le convertía en un potencial candidato para ocupar el despacho que queda vacante en el Paseo de la Castellana. Si de algo ha presumido Óscar Puente estos ocho años es de tratar de revolucionar la movilidad en Valladolid, un proyecto que se intensificó notablemente en su segunda legislatura. Su gobierno diseñó y llevó a cabo dos proyectos que han levantado mucha polvareda en la ciudad: la extensión de la red de carriles bici a costa de quitárselos al vehículo privado y la actualización de su empresa municipal de transporte público, Auvasa (Autobuses Urbanos de Valladolid S.A.), para convertirlo en un operador integral de movilidad. 

Detrás de este cambio de políticas no sólo está Puente, sino que también nombres propios que no hay que descartar que se incorporen a su equipo: su concejal de movilidad, Luis Vélez, gran conocedor de la ciudad tras ostentar ese cargo desde 1999; y Álvaro Fernández Heredia, gerente de Auvasa que dirigió la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT) durante el gobierno de Manuela Carmena. Tras remodelar de arriba a abajo esta organización, fue cesado por José Luis Martínez Almeida. Repescado por Puente y aplicada su hoja de ruta a la empresa pública vallisoletana, el pasado mes de abril dimitió de su cargo para volver a la capital como candidato de Más Madrid al Ayuntamiento, ejerciendo hoy la oposición en los temas de movilidad y medio ambiente. 

Heredia, Vélez y Puente, principalmente, han sido los responsables de que Valladolid se haya convertido en un ejemplo de buenas prácticas en movilidad a nivel nacional. Lo han hecho de la mano de Auvasa, empresa encargada de la red de autobuses urbanos de Valladolid, reconvertida en la gestora de toda la movilidad en manos del ayuntamiento. A los buses se sumaron los ascensores y aparcamientos públicos, el sistema de bicicletas públicas Biki, completamente renovado y que registró cifras récord de uso el pasado verano, y los parkings de éstas, Parkibiki. Este intento de remodelar por completo la ciudad en sus vertientes urbanística, operativa y administrativa no pasó desapercibido en Moncloa, que colocó la reunión de los Ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea en la ciudad del Pisuerga para mostrarla como escaparate de la nueva movilidad que pretende replicar

La batalla por soterrar el tren en Valladolid se decidirá en Madrid

A todos estos cambios hay que sumar la principal batalla de la campaña electoral del exalcalde: las posturas divergentes respecto al soterramiento del ferrocarril a su paso por Valladolid, un proyecto pensado en 2008 que nunca se ha logrado hacer realidad. Puente siempre ha mantenido que una operación como esa es inviable por su alto coste —un mínimo de 615 millones— y sus dificultades técnicas, entre las que se encuentran 6 kilómetros de túneles, otros 5 en trinchera, 30 hectáreas de terreno afectado y tener que soterrar la actual estación a unos 11 metros bajo tierra. "No es viable técnica ni económicamente y hay que decírselo a la gente", llegó a expresar.

Todas estas dificultades llevaron al equipo del exregidor vallisoletano a plantear y ejecutar desde 2015 una integración urbana del ferrocarril, cofinanciada entre el titular de la infraestructura, Adif, la Junta de Castilla y León y el consistorio local. Este proyecto ha dado como resultado la apertura de nuevos pasos inferiores o elevados para salvar las vías por los distintos barrios, algo con lo que no se conformó su adversario en las pasadas elecciones. El actual alcalde Jesús Julio Carnero aboga por seguir adelante con sus pretensiones de soterrar el ferrocarril, tratando de cumplir con la que fuera la principal medida de su programa electoral. 

Pero si algo tiene la política es la ironía de que el interlocutor principal para poder llevarlo a cabo será el propio Puente, de quien el pasado viernes aseguraba que su nombramiento como ministro "beneficiaría al proyecto". El gobierno local conformado por PP y Vox ha optado por reducir el tamaño de la zona de bajas emisiones y desmantelar buena parte de la red de carriles bici diseñados durante el gobierno de Puente, que ha criticado duramente la medida y que podría formar una entente con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, para desautorizar estas decisiones, que desde la izquierda tachan de regresivas. 

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