La Covid da la puntilla al sistema

El equilibrio de dos afiliados por cada pensionista se perdió con la pandemia

El aumento de cuantía de las nuevas pensiones y el tiempo durante el que se cobran -unos 20 años de media- hace imposible que las cuotas de afiliados puedan pagar 9,8 millones de prestaciones contributivas.

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.
La reforma de pensiones resulta fundamental para dar la vuelta a la actual situación.
EP

Las cotizaciones de los trabajadores a la Seguridad Social ya no son suficientes para pagar unas pensiones cada vez más elevadas y cuyo no número no para de aumentar, a la espera del desembarco en el sistema de los 'baby boom', que supondrá un gran impacto económico a corto plazo. El efecto de la pandemia y de las restricciones ha sido la puntilla para un mercado laboral que nunca acaba de remontar y que en el mes de marzo contaba con 19.029.433 cotizantes a la Seguridad Social, que dentro del compromiso generacional que sostiene el sistema, deben aportar lo suficiente para pagar 9.815.728 pensiones contributivas. 

La fórmula 'mágica' que garantizaría el equilibrio del presupuesto de la Seguridad Social -dos afiliados por pensionista- ya no funciona desde hace tiempo. Mientras, la Covid ha mostrado muchas de las debilidades de los mecanismos actuales, que son los que se deben cambiar con la reforma que prepara el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. Las prestaciones se cobran durante más tiempo, unos 20 años, por el aumento de la esperanza de vida, y las nuevas altas en el sistema tienen una nómina media de 1.134 euros en 14 pagas, mientras que la de los que abandonan el sistema es de 943 y la media actual es de 1.028, un 3,16% más que en 2019.

La Seguridad Social acabó el año pasado con unos ingresos por cotizaciones de 119.955 millones, más otros 896 millones procedentes de tasas e ingresos. En total, unas aportaciones que suponen 120.851 millones -excluidas transferencias corrientes e ingresos patrimoniales-, que debieron afrontar un gasto en pensiones contributivas -jubilación, incapacidad, viudedad, orfandad y a favor de familiares- de 131.933 millones de euros, excluyendo gastos de personal.

Eso supone que las cuotas de los afiliados solo pueden afrontar el 92% de la nómina de las pensiones. Según los datos que recoge el resumen de ejecución del Presupuesto de la Seguridad Social con fecha de diciembre de 2020, la cotización por trabajador en 2020 fue de 6.305 euros, pero la media de pensión recibida se situó en 13.444 euros al año, una situación cada vez más complicada y agravada por la pandemia.

El mismo documento sitúa el déficit de la Seguridad Social en casi 15.000 millones de euros, o lo que es lo mismo, el 1,36% del Producto Interior Bruto(PIB), resultado de restar las operaciones no financieras de presupuesto -164.375-, de las obligaciones reconocidas -179.355-.  Destaca la drástica caída  de las cotizaciones de las empleadas del hogar, más del 31%, debido a las restricciones de la Covid, y de los trabajadores agrarios y autónomos, del 25% y 19% respectivamente. En total, las cotizaciones sociales cayeron más de un 4%, mientras que la nómina de las pensiones aumentó el 2,96%

El actual ratio afiliado-pensionista se sitúa en 1,94, un porcentaje que se reduce drásticamente en la mayoría de las provincias, principalmente en dos gallegas: Ourense y Lugo. Pero según el Instituto Nacional de Estadística (INE) la tasa de dependencia no parará de aumentar en los próximos años por la mayor esperanza de vida y el menor número de jóvenes en disposición de trabajar.  En 2052 el grupo de población de más de 64 años se habrá incrementado en más de siete millones de personas, mientras que el grupo comprendido entre 16 y 64 años habrá perdido casi 10 millones.

Las proyecciones, según recoge el blog de jubilación de BBVA, muestran que en 2022 por cada diez personas en edad de trabajar en España habrá casi seis inactivas, bien por ser menores de 16 años o por ser mayores de 65 años. "A mediados de siglo, la tasa de dependencia será prácticamente del 100%, lo cual implica que cada persona en edad de trabajar sostendrá a una persona inactiva", asegura.

La tasa afiliados/pensionistas no ha parado de reducirse desde hace 14 años, donde 2,71 trabajadores mantenía la prestación de un pensionista. La clave para dar la vuelta a una situación nada esperanzadora será tirar al máximo de los jóvenes para que entren en el mercado laboral, además de dejar la puerta abierta a la inmigración, incentivos para que los desempleados logren un empleo y medidas para fomentar la natalidad, en constante descenso.

Otras de las claves es la reforma de pensiones en ciernes, que debe garantizar la sostenibilidad de un sistema en constante desequilibrio, son el pago de las prestaciones no contributivas vía presupuestos, incentivos para el retiro tardío, penalizaciones para la jubilación anticipada y unos baremos diferentes para tener en cuenta la esperanza de vida o las cotizaciones. Todas están en la mesa y resultan clave, pero el gran problema apenas acaba de comenzar. 

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