Con 9.700 millones extra

BBVA esquiva la ampliación y aborda la fusión de Sabadell tras la venta de EEUU

La inyección de capital desde EEUU cambia el escenario de fusiones bancarias para BBVA con una nueva operación que creará un banco con un perímetro de activos de 970.000 millones de euros.

Carlos Torres y Josep Oliu buena portada
Carlos Torres y Josep Oliu, presidentes de BBVA y Sabadell.
L.I.

BBVA ya sabe en que gastará los 9.700 millones de euros extra que obtendrá por la venta de su filial en EEUU a PNC Financial. Una parte irá a reforzar sus ratios de capital, otra a remunerar al accionista (vía recompras de acciones propias y dividendo) y una tercera a la adquisición de Banco Sabadell, cuyo proceso de absorción se formalizó este lunes con el inicio del proceso de ‘due diligence’ (revisión de activos) entre ambas entidades.

Como avanzó La Información, Deloitte llevará a cabo el análisis de activos de Banco Sabadell para los ojos de BBVA, mientras que PWC actuará de revisor contable de los activos de BBVA para el consejo de administración de Sabadell. La revisión recíproca previene sobre el inicio de una fusión amistosa en acciones, aunque la gigantesca posición de capital que acaba de construir BBVA con la venta de su filial en EEUU apunta a que la absorción del Sabadell se resolverá sin necesidad de ampliación de capital para acometer la fusión o los saneamientos posteriores.

El banco que preside Carlos Torres comenzó el lunes anunciando el cierre de una gran venta y terminó confirmando el inicio de una gran compra. Primero se destapó la desinversión BBVA USA al gigante PNC Financial por 11.600 millones de dólares (9.700 millones de euros, al cambio actual) con unas plusvalías de apenas 580 millones, después de varios saneamientos contables por EEUU en los últimos años.

Carlos Torres y Josep Oliu han mantenido desde hace semanas intensos contactos aunque la entidad catalana se resistía a anunciar las negociaciones de fusión

Al término de la sesión bursátil, se confirmó la fusión de BBVA-Sabadell, cuyos detalles y números todavía tardarán en ver la luz. Pero entre una noticia y otra, en el mercado abierto, los inversores levantaron las orejas y se lanzaron a comprar de forma instintiva acciones del Sabadell. Las acciones de la entidad que preside Josep Oliú se dispararon un 24,5%, hasta 0,419 euros, eclipsando a los verdaderos protagonistas del día. Los títulos de BBVA subieron un 15%, hasta 3,65 euros.

Fuentes financieras explican a ‘La Información’ que Torres y Oliú mantenían contactos entre bambalinas para esta operación desde hace algunas semanas, aunque la potencial unión todavía no estaba lista para anunciarse al mercado.  De momento, el futuro matrimonio del nuevo campeón bancario español apenas cuenta con una hoja de ruta preliminar para la operación. Según explican fuentes del sector, la fusión se encuentra en una etapa muy verde en la que ni siquiera se ha negociado la configuración del equipo directivo, aunque el desequilibrio de tamaño entre ambos bancos y el nuevo efectivo de BBVA dejan claro quién mandará.

Una operación a la defensiva

A diferencia de la fusión entre Caixabank y Bankia, que fue anunciada con todos los parabienes como un hecho consumado, el plan esbozado por el BBVA y el Banco Sabadell deberá superar todavía una serie amplia de obstáculos hasta ser aprobado de manera formal y definitivo por los respectivos consejos de administración. De hecho, en estos momentos lo único que existe sobre la mesa es el reconocimiento de un proceso de ‘due diligence’ que no aporta mayores detalles sobre el desarrollo del acuerdo ni tampoco deja clara la voluntad efectiva de las dos partes por cerrar rápidamente la integración de sus respectivos negocios en un nuevo banco.

Tanto el BBVA como el Banco Sabadell han sido requeridos para buscar una solución de futuro por parte del Banco Central Europeo (BCE) y ambos han respondido a los deseos del regulador con la mejor disposición, pero sin que ello suponga un compromiso real, de momento, que permita asegurar el éxito de la fusión. Carlos Torres y Josep Oliu no han tenido más remedio que explorar la concentración de sus respectivas entidades en un movimiento de carácter netamente defensivo que tranquilizará los ánimos de Fráncfort al menos durante el tiempo que dure la negociación abierta sobre las ‘due diligences’ que ahora se inician.

La entidad catalana hubiera preferido un acuerdo directo con Kutxabank, el banco heredero de las antiguas cajas vascas, pero el intento de Oliu fue descartado de manera directa por el Gobierno vasco. El PNV no está dispuesto a aceptar ni media fisura que pueda poner en entredicho el control efectivo de su principal brazo financiero en el País Vasco. Tras dicha negativa las opciones de consolidación para el Banco Sabadell se limitaban de manera prácticamente exclusiva al BBVA que, a su vez, tendrá también que superar no pocos obstáculos para llevar a buen puerto la fusión.

Las due diligence contratadas por el Sabadell para valorar BBVA las hará PwC, la consultora que llevó a cabo el célebre 'forensic' de la entidad vasca

El equipo de gestión que encabeza Carlos Torres viene trabajando desde hace meses bajo la espada de Damocles del procedimiento judicial instruido por la Audiencia Nacional sobre el escándalo de los trabajos de ‘seguimiento’ contratados al comisario Villarejo. La sombra de la duda supone un enorme lastre para la reputación de la entidad pues no se olvide que el BBVA ha sido también imputado como persona jurídica en la citada causa. Los acontecimientos más recientes que ponen en entredicho la colaboración del banco con las investigaciones judiciales han añadido un factor de inestabilidad sobre el futuro profesional de los máximos responsables de la entidad.

Como es sabido, el magistrado que instruye el caso Tandem, Manuel García Castellón, ha requerido la defensa que el banco encargó a Garrigues para que sea ahora la Policía Judicial la que investigue el contenido de las pesquisas que llevo a cabo internamente el banco. Se da la circunstancia de que dicho forensic, que ahora se la ha vuelto en contra al BBVA, fue desarrollado por PwC, la misma consultora que ahora ha sido contratada por el Banco Sabadell para realizar las ‘due diligence’ de la fusión. Esta coincidencia puede ser un elemento muy a tener en cuenta a la hora de certificar el acuerdo por el que el Banco Sabadell está llamado a integrarse en la órbita del BBVA.

Otro de los flecos de la integración es la temida cuestión tecnológica. No será un problema para BBVA. La compra del Sabadell supone su entrada en Reino Unido a través del TSB, el problemático negocio británico que no ha dado más que quebraderos de cabeza a Jaume Guardiola desde comenzó su integración tecnológica. Esta situación llevó al banco a firmar un acuerdo con la consultora IBM por diez años y 1.000 millones de euros. La fusión supondrá la renegociación de este contrato con el proveedor tecnológico y ahorros de costes, ya que también es el partner tecnológico de BBVA. El grupo estadounidense es el especialista y guía tecnológico también para Banco Santander, Caixabank y Bankia.

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