Denominador común en sus encargos

El presi, el sastre, carol... Dos décadas de espionaje de Villarejo a golpe de mote

Empresarios, políticos, banqueros, policías, periodistas... el comisario y su entorno 'rebautizaron' a sus objetivos en todos los proyectos. 

Francisco Martínez
A Francisco Martínez le apodó 'Choco' en alusión a 'Paquito el chocolatero'.
Europa Press

José María Clemente Marce, alias 'Scorpy', porque clavaba el aguijón como un escorpión; Baltasar Garzón, 'el Mago', porque lo conseguía todo en la Audiencia Nacional... y así decenas y decenas de nombres. José Manuel Villarejo demostró en todos y cada uno de los trabajos que ingenio no le faltaba cuando se trataba de identificar estos proyectos de espionaje y a sus protagonistas. Empresarios, banqueros y hasta políticos de una y otra índole fueron rebautizados por el comisario jubilado y su entorno, tal y como se constata en las innumerables grabaciones que efectuó en todos estos años y que han servido de base a la Audiencia Nacional para apuntalar uno de los mayores casos de corrupción de la historia de la democracia. 

El amplio sumario del caso Tándem, compuesto al menos de 26 piezas separadas, aglutina un conjunto de proyectos y referencias que demuestran que el comisario se cuidaba mucho de no llamar por su nombre a los verdaderos implicados en sus trabajos. Se trató de una técnica que empleó tanto para el personal más cercano como para el mismo presidente del Gobierno. Así, por ejemplo, apodó 'Charlie' al abogado y socio de Cenyt, Rafael Redondo, mientras que a Mariano Rajoy le bautizó como 'El barbas' o 'El asturiano' para tratar de despistar entre sus interlocutores, teniendo en cuenta que es de origen gallego. Dentro de la esfera política también tuvo más víctimas.  

El exsecretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez tenía hasta tres alias: Paco, Chisco o Choco. Este último en referencia a 'Paquito el chocolatero', según confirman a este medio fuentes de la investigación. 'La pequeñita' era el apodo con el que se referían a la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, mientras que el empresario y marido de Dolores de Cospedal, Ignacio López del Hierro, era conocido como 'El Polla'. Todos estos alias son los que esconden la conocida como operación Kitchen. Su nombre tampoco es casual. Cocinero o Cocina (Kitchen en inglés) era Sergio Ríos Esgueva, el chófer de Luis Bárcenas que acabó convirtiéndose en confidente de esta red parapolicial para captar documentación sobre una caja 'b' del partido al extesorero popular. 

'El pagafantas', el inicio de todo

En el mismo operativo participaron policías a los que Villarejo también se refería con alias. Es el caso del inspector Andrés Gómez Gordo, encargado de la seguridad de Cospedal mientras ésta fue presidenta de Castilla La Mancha. Por ese motivo se refería a él con los motes de 'Andy' o 'Cospedín'. Otro de los principales protagonistas de esta red era el exjefe de la UCAO. Enrique García Castaño figuran en casi todas las piezas del caso Villarejo acusado por la Fiscalía de valerse de medios policiales para sus trabajos privados. 'El Gordo', 'Big' o 'Talla' son algunos de los motes con los que el comisario se refería a este referente en la Policía de la lucha antiterrorista. Pero la lista de agentes cercanos a Villarejo es más amplia.

Así, al que fuera jefe de la Policía con José María Aznar, Pedro Díaz-Pintado, le bautizó como 'cabezón', mientras que 'Oli' o 'pepelu' era el antiguo jefe de la UDEF, el comisario José Luis Olivera y 'Boni' el inspector Antonio Bonilla. Pero si hay un personaje que sobresale por haberse convertido en su principal enemigo, ese el exdirector general del CNI Félix Sanz Roldán. No hay comunicado que envíe desde la prisión de Estremera o comparecencia en la Audiencia Nacional que se precie en la que no hable del exdirector general de 'La Casa' como el enemigo a batir. Villarejo le bautizó con el nombre de 'generalísimo' en referencia a su condición de general y de jefe de Estado Mayor de la Defensa. 

Los empresarios del Ibex 35 tampoco se escapan de la agudeza del principal acusado del caso Tándem. El propietario de Inditex, Amancio Ortega, era para este clan 'El Sastre'; el dueño de ACS, Florentino Pérez, era 'Flo' y Javier Pérez Dolset -que ostenta la condición de perjudicado en dos piezas de Tándem- era 'Dol'. Más ingenio tuvo para bautizar a Francisco Menéndez Rubio. El empresario cuya denuncia dio lugar a la esta macrocausa recibió el alias de 'Pagafantas' por todos los regalos que hizo a miembros de esta red como el que fuera jefe comisario de Barajas, Carlos Salamanca. Menéndez Rubio actuó como intermediario en uno de los primeros encargos investigados en la causa: el proyecto de espionaje de Cenyt para una rama de la familia del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang. Como no podía ser de otra forma, el proyecto se bautizó como 'King', rey en inglés. 

También en el Ibex 35

Si hay un implicado en este caso que ostentaba varios sobrenombres, ese es Francisco González. 'El presi', 'El cherif', o 'El señorito de Julius' eran algunas de las fórmulas que empleaba Villarejo para referirse al expresidente del BBVA en el marco de los trabajos que hizo para el banco. Este último apodo hacía referencia a Julio Corrochano, exjefe de seguridad de la entidad e interlocutor de los encargos. De hecho, este policía retirado también tenía su propio mote: 'Tomy'. En el marco de esta pieza son muchos los apodos que han ido saliendo a la luz: 'Grupo Hostil' era como se referían Villarejo y los suyos a Sacyr y 'Pin' el mote de Luis Pineda. El empresario Juan Abelló o el exministro Miguel Sebastián, ambos víctimas de escuchas practicadas desde Cenyt, figuran en la causa como 'Abe' o 'Micky'. De sus negocios con Iberdrola también se desprenden referencias a empresarios con mote. Es el caso del expresidente de Endesa, Manuel Pizarro, al que apodaron 'b-b, de blackboard'.

Algunos incluso inspiraron a los investigadores a la hora de poner nombre a sus piezas. Así por ejemplo ocurre con la quinta de la causa, relativa a los encargos de Corinna Larsen. La empresaria alemana, que se reunió con Villarejo en 2016 en Londres, fue apodada con el nombre de 'Carol', el mismo que se puso a esta parte de la investigación. Lo mismo ocurre en la parte que salpica a los hermanos Muñoz Tamara. El marido de Ana Rosa Quintana afronta ocho años de cárcel por su implicación en la pieza 'Pintor', sobrenombre detrás del que se encuentra Mateo Martín, un antiguo proveedor de los empresarios que les debía dinero por unos trabajos y con el que tenían un pleito pendiente.

Pero si hay un apodo que causó especial revuelo al aparecer en el sumario ese fue 'El Mago'. De las investigaciones se desprende que se refirió con este 'nick' al exmagistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, aunque también apodaba del mismo modo al comisionista Jonathan Harry Chévez. El mismo figura en la pieza cuarta bautizada como 'Pit' y que tiene como protagonistas a los hermanos Pérez-Maura, los cuáles contrataron al comisario para que frenara la extradición de Ángel Pérez-Maura a Guatemala. En esta causa aparecieron nombres de calado como Paul Manafort alias 'Mani', ex jefe de campaña de Donald Trump, o el diplomático Julio Ligorría apodado como 'El embajador'.

No obstante, y pese a que cada pieza cuenta con unos protagonistas diferentes, todas tiene un denominador común y es la letra 'K'. Con esta sigla Villarejo se refirió siempre a los objetivos a proteger, o dicho de otro modo, a los clientes que recurrieron a sus servicios. Así lo han concluido los investigadores tras analizar, por un lado, las horas y horas de grabaciones que Villarejo depositó en sus ordenadores personales y, por otro, todo el material documental que igualmente atesoraba en su domicilio de Boadilla del Monte, sin perjuicio de que, de los trabajos que todavía siguen vigentes aparezcan nuevos protagonistas de esta gran causa de corrupción.

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