Sintonía entre Montero y Álvarez

Podemos se abre a una reforma fiscal suave para sacar unos PGE de transición

Hacienda apuesta por aplazar subidas masivas de Sociedades y el recargo a bancos y energéticas. UP explora elevar IRPF a rentas altas y grandes corporaciones. Sánchez e Iglesias tendrán la última palabra.

Sánchez e Iglesias nombran a Montero y Álvarez negociadores de los PGE con Cs
Podemos se abre a una reforma fiscal suave para sacar unos PGE de transición
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PSOE y Unidas Podemos ya trabajan, como Gobierno de coalición, en el esbozo de Presupuestos de 2021 que saldrá del consejo de ministros camino del Congreso de los Diputados. Ambos están elaborando, cada uno por su cuenta para luego poner en común, las líneas maestras de las primeras cuentas públicas conjuntas que contendrán novedades respecto al proyecto económico que plantearon ambas formaciones en 2019 y que reafirmaron en su acuerdo de legislatura de diciembre. El plan trazado, y ya hablado entre la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, apunta a una reforma fiscal suave, con diferencias reseñables en relación al pacto que firmaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. No obstante, cada formación va a pelear por dejar su impronta en esos PGE decisivos para completar la legislatura.

El Covid se ha llevado por delante el plan presupuestario inicial del Gobierno. Así lo ha asumido ya la Vicepresidencia tercera de Nadia Calviño y el propio Ministerio de Hacienda. De hecho, el área económica del Ejecutivo está confirmando a la gran empresa y a sus representantes lo que ya dicen en público: que los Presupuestos que están planteando para el próximo año serán unas cuentas de transición con importantes novedades respecto al plan que se había propuesto la coalición. Esencialmente los cambios vendrán en materia fiscal, donde el área socialista del Gobierno plantea renunciar a una reforma profunda apuntando únicamente a "retoques puntuales" en impuestos. 

Podemos, en cambio, no está del todo de acuerdo en este planteamiento y, aunque está empezando a asumir que tendrá que suavizarse el plan fiscal, no renuncia a aplicar alguna medida que deje su sello en estos PGE, los primeros que van a elaborar desde dentro del Gobierno. Los morados apuntan, por tanto, a adaptarse a una modulación de esas cuentas públicas con determinada condición. Son conscientes de que van a tener que renunciar a algunas de sus banderas como fueron la subida del IRPF a las rentas más altas o cambios en Sociedades para las grandes corporaciones, pero no a todas. Son posibilidades a abordar con el PSOE en la negociación, un escenario en el que ambas partes ya presuponen que habrá pulso. 

Fuentes cercanas a las conversaciones añaden que existe "sintonía" en la coalición a la hora de decidir aplazar esa ambiciosa reforma fiscal que se había planteado para que el proyecto pueda ver la luz. Es decir, que Unidas Podemos se ha abierto a acometer esta serie de cambios en materia fiscal en el proyecto de Presupuestos atendiendo a la complicada coyuntura económica y a la minoría parlamentaria con la que se sustenta el Gobierno. Las negociaciones en el seno de la coalición apuntan, por tanto, a que el plan de cuentas públicas conjunto que presenten al resto de partidos marcará  distancias con el que firmaron socialistas y morados para 2019 y que naufragó por el 'no' de ERC. Sánchez no tuvo más remedio entonces que convocar elecciones anticipadas ante la imposibilidad de gobernar.

Los socios prioritarios para negociar los PGE serán los partidos que apoyaron la moción de censura y la investidura

La parte de Unidas Podemos en el Gobierno salió este martes satisfecha de la reunión con Hacienda. Montero y Álvarez tienen contactos habituales, como los tienen sus equipos, admiten las fuentes consultadas. De hecho, desde el área socialista del Gobierno remarca que la Vicepresidencia de Derechos Sociales estuvo presente hace unos días en el Ministerio de Montero, en concreto en la Secretaría de Estado de Presupuestos que dirige María José Gualda, presentando su plan presupuestario para el departamento que dirige Pablo Iglesias. Es un trámite que han seguido en todas las carteras. Hay, por tanto, relación fluida y constante, destacan en el área que va a negociar los PGE.

Que PSOE y Unidas Podemos caminen juntos hacia una congelación del bloque de reforma fiscal que planteaban en su acuerdo de Gobierno no significa, sin embargo, que renuncien a ella en un futuro. Fuentes gubernamentales destacan que "los impuestos subirán o bajarán dependiendo del contexto económico". Esa es la máxima. Es decir, cuando la economía se recupere pretenden poner de nuevo encima de la mesa ese proyecto de subida de impuestos con las prometidas y firmadas figuras.

Queda por definir, no obstante, a qué impuestos afectará el acuerdo de congelar el bloque de la reforma fiscal de la coalición. La decisión no está tomada y, según fuentes del Gobierno, se fraguará finalmente en las conversaciones que mantengan Sánchez e Iglesias. Ellos darán el 'ok' definitivo a todo, apuntan. De momento, lo que sí está claro es que el proyecto de ley será presentado por ambos de forma conjunta y que, según aseguró el vicepresidente segundo este miércoles en La Sexta, la prioridad a la hora de negociar serán los socios de la moción de censura y de la investidura del pasado mes de enero. "Debemos cuidar la única mayoría que se ha demostrado viable en España", proclamó.

Sánchez e Iglesias también presentarán juntos su proyecto de Presupuestos Generales del Estado una vez acuerden un documento programático para empezar a negociar con el resto de grupos. Será un acto que recuerde al que ya protagonizaron el hoy presidente y vicepresidente cuando el 12 de noviembre, menos de 48 horas después del resultado de las elecciones, sellaron en el Congreso su preacuerdo de Gobierno. Después fueron a buscar el 'sí' del PNV y de ERC, entre otros.

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