Moncloa aprieta las filas del PSOE

Coalición 2.0: Sánchez rehace los nexos y Díaz cuidará el bloque de Presupuestos

Iglesias llevaba preparando la sucesión desde verano pero no la esperaba para tan pronto. Irene Montero y Nacho Álvarez ganan peso. Reforma laboral, Vivienda y SMI, la prueba de fuego de la nueva vicepresidenta.

Coalición 2.0: Sánchez rehace los nexos y Díaz cuidará el bloque de Presupuestos
Coalición 2.0: Sánchez rehace los nexos y Díaz cuidará el bloque de Presupuestos
Dani Gago / UP

Pedro Sánchez se subió el pasado lunes 15 de marzo al helicóptero presidencial en la explanada Moncloa y se dirigió a la base aérea de Torrejón de Ardoz para tomar un avión con destino a Francia. Dejó a su equipo en Moncloa preparando una reunión del PSOE en la que se iba a concretar cómo queda configurado el equipo que va a preparar el Congreso Federal de octubre. El presidente amarró que dos de sus pretorianos estén en la cocina del cónclave: Félix Bolaños, el 'cancerbero' de la Presidencia, y José Manuel Albares, hoy embajador en París. Nada hacía presagiar lo que iba a ocurrir esa mañana en su Gobierno. Nadie en su entorno sabía nada. En el país vecino, y ya junto a Emmanuel Macron, sonó su iPhone. Era Pablo Iglesias. Descolgó. El vicepresidente segundo le anunció su decisión de dimitir y lanzarse a competir por la Comunidad de Madrid contra Isabel Díaz Ayuso. Desde ese momento el presidente está estudiando cómo reconfigurar el Gobierno. Se abre desde ahora una nueva etapa, la de la coalición 2.0.

"Van a cambiar algunas cosas", afirman desde las altas instancias de Moncloa. Hay novedades que que ya están definidas, como el ascenso de Yolanda Díaz a la Vicepresidencia tercera, el de Ione Belarra al Consejo de Ministros y la confirmación de Nacho Álvarez como el hombre fuerte de Unidas Podemos en el terreno económico. Sin embargo, a partir del martes y miércoles -último cónclave de Iglesias en Moncloa y traspaso de carteras- se inicia otra era. Será el momento de que Sánchez dé a conocer hasta dónde llegan los cambios en el seno de su equipo. Fuentes gubernamentales descartan novedades de relevancia en el núcleo duro económico -Nadia Calviño, María Jesús Montero y José Luis Escrivá-, de forma que ahí habrá continuidad. Del resto del Consejo de Ministros socialista no ofrecen pistas. 

Sí habrá alguna alteración, sin embargo, en la reconfiguración de los nexos entre PSOE y Unidas Podemos. Sánchez mantendrá a partir de esta próxima semana una interlocución directa con Díaz, que despachará en Moncloa con él. Iglesias, además, seguirá conservando un 'teléfono rojo' con el presidente. Se lo ha pedido el propio Sánchez, según ha sabido La Información. De esta forma, el líder de Unidas Podemos mantendrá la vía de contacto que tanto ha funcionado en los 442 días que Iglesias va a permanecer en la coalición. Queda por definir también el papel de Juanma del Olmo, el 'fogonero' de acuerdos clave con el PSOE gracias a su relación con Iván Redondo. Y habrá nuevos papales: Irene Montero, ministra de Igualdad, ganará más peso político, y Enrique Santiago, hombre de máxima confianza de Iglesias, hará lo propio. Hay que recordar que Unidas Podemos tiene pendiente nombrar al secretario de Estado para la Agenda 2030.

"Van a cambiar algunas cosas", afirman desde las altas instancias de Moncloa de cara a la nueva etapa en la coalición sin Iglesias

Iglesias y Díaz, así se cocinó la sucesión

La sucesión de Iglesias en el Gobierno no fue algo improvisado, sí precipitado. Nadie esperaba que fuera a ejecutarse en este momento, pero sí se venía preparando desde hacía tiempo con la mirada puesta en la segunda mitad de la legislatura. Lo explican fuentes del entorno directo del vicepresidente segundo: "Desde verano se venía trabajando con Yolanda [Díaz] en el relevo; veníamos hablando y preparando, de forma que es algo que está muy pensado". Lo sabían muy pocos. Díaz, por cierto, no tuvo ningún reparo en aceptar el encargo de la Vicepresidencia tercera, pese a que va a situarse en el organigrama por debajo de Calviño: "Pablo, ni lo dudes, no voy a pelear por esto, el feminismo no consiste en luchar por puestos, ni números, sino por políticas tangibles", le respondió esa mañana.

Díaz tiene claro que su objetivo es trabajar en la línea en la que UP lo ha venido haciendo hasta ahora. Iglesias y ella no han formado en este tiempo dos compartimentos estanco sino que mantenían una interlocución directa y diaria. "Ha pasado muy buenos momentos con Pablo", admiten sus colaboradores de confianza. En su mochila, ocho acuerdos en el diálogo social y una misión: seguir "remando" para amarrar el apoyo del bloque de la investidura, ampliado luego al de los Presupuestos. Díaz destaca por mantener, como Iglesias, una relación engrasada con ERC, PNV y EH Bildu, el grupo de partidos que dieron a Sánchez sus primeros PGE. Esa fue, precisamente, la obsesión de Iglesias después de verano y la que le costó la mayor disputa con Sánchez en su año y dos meses de 'entente cordiale'. Hubo un día que el Gobierno de coalición tembló realmente.

Sucedió el 28 de agosto de 2020, también por la mañana. Moncloa estaba preparando una cumbre con lo más granado del Ibex 35 cuando Podemos, a través de su portavoz Isa Serra, quiso establecer una línea roja de cara a la negociación de PGE que iba a comenzar. "El PSOE sabe que con Podemos no va a contar para unos Presupuestos con Ciudadanos", dijo. Fue una bomba. Sánchez llamó a Iglesias y no pudo dar con él. Trascurridos unos minutos el vicepresidente segundo le devolvió la llamada y escuchó a un presidente realmente molesto, quizá como nunca ha estado en este tiempo, por el hecho de que un partido con 35 escaños prefijara unas condiciones así a los socialistas. UP consiguió arrancar en esas horas un borrador de PGE conjunto al que acabó sumándose Cs en las enmiendas a la totalidad pero que luego no apoyó finalmente.

El el 28 de agosto de 2020 la coalición estuvo a punto de romperse. Sánchez llamó a Iglesias y le transmitió su enfado por vetar a Cs en los PGE

Para Iglesias es "determinante" que ese bloque de PGE, con ERC, PNV y EH Bildu, esencialmente, se pueda consolidar el resto de legislatura, lo que dure (Carmen Calvo afirmaba esta semana que llegará a 2023). "Trabajó muchísimo para conseguirlo", señalan las fuentes consultadas. Es, dicen, de sus mayores éxitos en estos catorce meses y medio en el Consejo de Ministros. Destacan también como hitos la aprobación del Ingreso Mínimo Vital ("aunque se va con el mal sabor de boca por no haberlo podido acelerar, de momento"); el escudo social, con la prohibición de los desahucios y el corte de suministros básicos; y los acuerdos de la Ley de Vivienda. "Pacta sunt servanda", insisten. Los alquileres, junto a la reforma laboral y de pensiones -estancada-, es el mayor reto para la nueva vicepresidenta.

Díaz, el acuerdo de riders y el SMI

Para Díaz y su equipo la pandemia ha supuesto un cúmulo de emociones. "¿Los buenos momentos? Cuando le confirmaron que el SEPE sí podía pagar a más de cinco millones de personas en abril [de 2020], entre ERTE y desempleo, a pesar de todos los problemas que hubo". No fue fácil y los retrasos hicieron peligrar estos pagos. "Fue todo un hito, nunca se había conseguido", remarcan. Más recientemente, Yolanda Díaz quiere sacar pecho del acuerdo de los riders, "que llegó en una noche escondida entre mociones de censura en Murcia pero que costó mucho conseguirlo". Tampoco olvidan en Trabajo el primer acuerdo del SMI, a los pocos días de llegar al ministerio. En el terreno personal para Díaz fue emocionante recibir el premio premio 10 de marzo que otorga CCOO Galicia y la llegada de su hija Carmela a Madrid. Fue el 8 de marzo de 2020 y llevaban tres meses separadas, "viéndose poquito".

¿Y el peor momento? Para Díaz fue, probablemente, el día de la guía laboral en la que se instaba a cerrar empresas por riesgo de Covid. Fue la primera ministra en ver venir la pandemia pero, admiten, "fue duro". "Lo teníamos todo en contra". En el entorno de Iglesias añaden que si por ellos hubiera sido el estado de alarma se tendría que haber decretado antes del 14 de marzo. El momento de paralización de la actividad ante el incremento de contagios coincidiendo con la Semana Santa de hace ahora un año también es recordado por la futura vicepresidenta como una jornada que no olvidará.

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