Supera los 10.000 dólares 

El cobre se abre paso entre los metales industriales y roza máximos históricos

Se dispara un 29% desde enero por la fuerte demanda en renovables, el estirón de las economías china y estadounidense y las huelgas en Chile y Zambia -dos de los principales productores mundiales- 

El cobre se desmarca de las caídas en los metales industriales y reedita máximos
El cobre se abre paso entre los metales industriales y roza máximos históricos
Pixabay

El cobre brilla más que nunca entre los metales industriales. Su cotización ha rozado en las últimas horas el máximo histórico que tocó en febrero de 2011 en los 10.190 dólares por tonelada. Desde entonces el metal no había logrado traspasar la barrera de los 10.000 dólares que ha conseguido superar en las últimas horas en el mercado de futuros de Londres. La demanda cada vez mayor del sector de las energías renovables, el estirón de la economía china y cada vez más de la estadounidense y, en menor medida, las huelgas en Chile y Zambia -dos de los principales productores mundiales- explican su fuerte apreciación en lo que va de año. 

Su precio se dispara un 29% desde enero -frente al 22% que se anota el aluminio, el 7,4% que avanza el zinc, el 6,6% que sube el plomo o el 5,6% que sube el níquel. El último acelerón se ha registrado a raíz de la huelga, esta misma semana, de los trabajadores portuarios chilenos por demandas relacionadas con sus pensiones (Chile es de lejos el primer productor mundial y de hecho puso en el mercado un total de 5.700 toneladas métricas en 2020). Hace dos semanas fueron los empleados de las minas de Zambia (produjo 830 toneladas de este metal el año pasado) los que anunciaron un parón dela actividad por motivos salariales. 

El cobre ha más que duplicado su valor desde los mínimos que marcó el 23 de marzo del año pasado, en pleno 'crash' de los mercados por la pandemia de coronavirus. Entonces se pagaba a 4.608,50 dólares por tonelada. El despegue del gigante asiático, la mejora de perspectivas para la economía estadounidense, así como la reapertura económica, los estímulos masivos y el despliegue de las vacunas más rápido de lo esperado suponen una mejora de escenario que hace prever nuevos repuntes del cobre y la posibilidad de que en el más corto plazo pueda alcanzar nuevos máximos históricos. Más aún cuando las principales economías han puesto sobre la mesa unos objetivos más ambiciosos hacia la descarbonización.

El metal se emplea para la fabricación de paneles solares, en los generadores eólicos, en los conductores de cables de alta tensión y las bobinas de los transformadores; pero también en los coches eléctricos, que requieren cuatro veces más cobre que los modelos de combustión. Antes de la crisis de la Covid, la consultora Wood Mackenzie ya estimaba que sólo la generación de energía eólica necesitaría al menos 5,5 millones de toneladas de cobre para 2028 con el objetivo de instalar más de 650 GW de capacidad en tierra y 130 GW de capacidad en alta mar.

¿Otro 8% de subida de los metales industriales?

Durante la mayor parte de los últimos meses, la atención del mercado del cobre se centró en la demanda, ya que China se recuperó rápidamente de la crisis del coronavirus (su economía esprintó un 18,3% interanual de enero a marzo), y otros países han optado por ofrecer estímulos a las tecnologías verdes para sacar a su economía de la crisis -como sucede con la Unión Europea y los 750.000 millones de euros en fondos del Plan de Reconstrucción 'Next Generation'-. "Aunque ambos factores siguen vigentes por ahora, creemos que se compensarán mutuamente a largo plazo", apuntan los analistas del Julius Baer

En el banco privado suizo prevén que la demanda china de cobre tienda a menguar en un contexto de demografía desfavorable y con una economía que transita de un crecimiento impulsado por la inversión a otro impulsado por el consumo. Así, no ven que la materia prima haya entrado en un "superciclo". Sin embargo y, pese a que aprecian un sesgo al alza a corto plazo, dudan de que "los precios puedan mantenerse en torno a esos niveles durante más tiempo, ya que seguimos viendo que el equilibrio entre la oferta y la demanda se está relajando a lo largo de este año".

Tras el 'rally' de los últimos doce meses, los metales industriales todavía tendrían fuerza para subir de forma conjunta otro 8% en opinión del economista Juan Ignacio Crespo, quien asegura que del cobre dependerá finalmente que este cálculo pueda cumplirse puesto que, al igual que sucedió en 2018 -año en que estalló la guerra comercial entre Estados Unidos y China y creció el temor a una crisis global-, sólo la tendencia alcista del precio del cobre podrá compensar un comportamiento más deslucido del resto. En Goldman Sachs, de hecho, han mejorado sus perspectivas para la materia prima al situar su precio en 11.000 dólares por tonelada a lo largo de los próximos doce meses.

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