Una moneda al aire

Podcast | Qué habrá cambiado en la economía cuando desaparezca la Covid

Las tendencias que se proyectaban a una década vista se han acelerado a causa de la 'Gran Reclusión' y de las medidas para frenar el avance del virus y cada vez más voces hablan de una reglobalización

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Pixabay

La crisis generada por la pandemia de coronavirus ha hecho colisionar de forma violenta el modelo de comercio mundial y de producir que trajo consigo la globalización (con sus deslocalizaciones masivas), una economía y una inflación debilitadas por los rescoldos de la pasada crisis financiera, el despertar de China y su pulso con EEUU por hacerse con la hegemonía mundial y unos mercados financieros altamente dependientes de los estímulos monetarios y fiscales y muy dados a la sobrerreacción ante cualquier evento positivo o negativo. 

Las tendencias que se proyectaban a un horizonte de una década se han acelerado a causa de la 'Gran Reclusión' y de las medidas para frenar el avance del virus, y todo lo anterior ha propiciado que cada vez más voces hablen del término reglobalización para referirse a la nueva etapa. Un periodo donde la disrupción digital se acelera y las cadenas de suministro se reconfiguran, afectando a los intercambios de bienes y servicios. La Organización Mundial del Comercio (OMC) calcula que el comercio global de mercancías puede hundirse este año entre un 13% y un 32%, en función de la duración de la crisis y de la eficacia de las respuestas políticas.

Su visión concuerda con el horizonte que dibujan las grandes multinacionales. Un estudio realizado en mayo entre los miembros de Global Business Alliance, un grupo de compañías internacionales con fuerte presencia en Estados Unidos, revelaba que el 77% preveía un mayor proteccionismo de la administración norteamericana en lo relativo a fusiones y adquisiciones transfronterizas, compras gubernamentales y actividad comercial a causa de la Covid. Este grupo incluye a compañías como Astrazeneca, Airbus, Samsung, BBVA, Bimbo o L’Oreal, entre otras. 

El 69% de los miembros de esta alianza opinaba que otras economías desarrolladas también podrían aumentar las barreras al comercio. Y, de hecho, la Unión Europea ya ha hablado de la posibilidad de que los países miembros tengan que adquirir ciertos productos estratégicos dentro del bloque, de forma total o parcial. Tomando estas referencias, Steven Smith, director de inversiones de la gestora Capital Group habla de esa "nueva era de la reglobalización".

Llegan nuevos tiempos que dan el carpetazo a cuarenta años de neoliberalismo para dar paso al auge del capitalismo promocionado por el Estado. Un modelo que, como explica Almudena Benedit, responsable de gestión de carteras del banco privado suizo Julius Baer, ya tejió sus primeros mimbres a raíz de la pasada crisis financiera con la primera ronda de 'QE' o compras masivas de activos por parte de los bancos centrales. "Después de cuatro décadas de liberalización, globalización, digitalización y austeridad creemos que entramos en una nueva fase. Las desigualdades en las economías desarrolladas han llegado a un punto donde los gobiernos electos tienen que dar respuesta o de lo contrario puede llegar un punto en que la democracia se ponga en entredicho", advierte. 

"La era neoliberal nacida a principios de los ochenta con Margaret Thatcher y Ronald Reagan ha terminado"

Benedit recuerda que "hoy en día la mayoría de ciudadanos de los países ricos están a favor de una mayor intervención y apoyo gubernamental" y apunta que "la situación vivida, sobre todo por la crisis de la pandemia, nos ha llevado a que la era neoliberal nacida a principios de los 80 con Margaret Thatcher y Ronald Reagan haya terminado". La crisis y la respuesta necesaria para hacer frente a la recesión "nos ha trasladado a una nueva dimensión de este intervencionismo del Estado" que, irónicamente, tiene a China como principal representante y que es el país que sale más reforzado.

Ascenso de China y auge del populismo

Entre las tendencias que el coronavirus ha acelerado están el ascenso de China. Su economía será un 10% más grande en 2021 que en 2019 según el consenso de analistas y su moneda, el renminbi, va camino de convertirse en divisa de reserva. Juanma Jiménez, máximo responsable de Pimco en España añade a la creciente influencia de Pekín otros tres grandes factores de disrupción que determinarán el futuro de la economía mundial de aquí a cinco años y que se han amplificado con la pandemia, así como dos catalizadores que serán clave para dirigirlos: la vacuna y a más largo plazo la política fiscal.

"China se ha recuperado antes y reta al 'statu quo' actual porque por primera vez está fabricando los bienes de alto valor añadido que veníamos fabricando en el mundo occidental y además la tecnología. Eso nos lleva al segundo factor, la tecnología, que ha sido amplificada por la Covid y que seguirá marcando los grandes ganadores y perdedores entre las empresas y países", asegura a La Información. "La crisis sanitaria y la crisis tecnológica van a amplificar estas desigualdades y eso nos llevará inequívocamente a más populismo".

"La crisis sanitaria y la tecnológica van a amplificar las desigualdades y eso nos llevará a más populismo"

Las preocupaciones de seguridad a la luz de la pandemia, las preferencias de los consumidores que se inclinan hacia la sostenibilidad, y las nuevas tecnologías que permiten la producción localizada están contribuyendo a que el mundo sea más local, aseguran desde el banco suizo  UBS. Apunta también a un cambio en esta dirección Raymond Torres. "Produciremos de forma distinta. Las empresas están relocalizando, las cadenas de valor son más cortas y en general la mundialización está cambiando de dirección con una mayor importancia de la integración regional", incide el director de coyuntura de Funcas.

Saltos de productividad y bonanza económica

Pero este mundo más local va a tener que hacer frente a otro shock global como es el endeudamiento masivo en el que han incurrido los países para intentar paliar los efectos negativos que sobre la economía está teniendo la pandemia. Ascendería en total a unos 16 billones de dólares en el conjunto de las economías, según cálculos de Juan Ignacio Crespo, matemático, financiero y analista económico. Con un escenario financiero muy tensionado "los gobiernos van a quedarse muy debilitados, la mayor parte de ellos van a perder mucha credibilidad por el impacto negativo sobre el empleo que va a tener el no haber hecho una gestión adecuada de la pandemia desde los primeros días como han hecho los países del lejano Oriente, empezando por China", explica el experto.

Sin embargo y desde su punto de vista es que el acelerón digital va a permitir saltos de productividad muy importantes que traerán consigo un periodo largo de crecimiento económico. "Probablemente hay muy poca gente a la que le oigo decir lo mismo, pero esa digitalización de la economía va a provocar saltos de productividad y los incrementos de la productividad son la base de la prosperidad", zanja Crespo. 

Tanto Raymond Torres, como José Carlos Díez, economista fundador de la gestora de capital de riesgo LUAfund, coinciden en que teletrabajo y una organización más horizontal en las empresas permanecerán más allá de la crisis sanitaria... como también lo ha hecho la digitalización. "El teletrabajo está aquí para quedarse y con él toda una serie de elementos organizativos de las empresas, menos jerarquía, una organización mucho más horizontal del trabajo y también posibilidades de un gran potencial del crecimiento de la productividad y de la eficiencia productiva", apunta Torres.

Los tipos permanecerán bajos y el apoyo de los emisores a las economías seguirá beneficiando a la renta variable 

Díez defiende que "más que una crisis debería de ser una oportunidad para entender que el mundo ha cambiado, que nos tenemos que adaptar" y prevé una fase de recuperación en forma de 'K' con empresas que se adapten a ese nuevo mundo y sean ganadoras y creen empleo con buenos salarios -las que estarán en la pata alcista de la 'K'- y otro grupo de compañías que sufrirán o desaparecerán. "Dependemos de las personas, de los empresarios y los trabajadores para que lleguen acuerdo e incorporen estas nuevas tecnologías para generar valor a los clientes y generar empleos y buenos salarios, afirma.

Uno de los sectores clave para la economía española, el turismo, que antes de esta crisis aportaba cerca del 15% al PIB, también va a cambiar inevitablemente a causa del coronavirus. Al menos será así en un horizonte a corto o medio plazo, como detalla Luis Benguerel, Consejero en Anattea Gestión. "Le va a costar mucho levantar (...) Habrá mucha oferta y poca demanda y su recuperación será la más lenta con respecto a los otros sectores", advierte. Y mientras, el escenario que veremos en los mercados financieros no va a ser muy distinto del de los últimos meses. Es lo que defiende Fernando Luque, de Mornigstar, porque "los tipos de interés permanecerán bajos dado que los gobiernos se han endeudado y los bancos centrales seguirán inyectando dinero para soportar las economías". Ese escenario seguirá favoreciendo a la renta variable frente a la renta fija.

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