OPINION

'Cuervo ingenuo', la historia del PSOE se repite

Fotografía de Felipe González y Pedro Sánchez
Fotografía de Felipe González y Pedro Sánchez
L.I.

La política española está trufada de engaños, golpes de mano, intentonas golpistas, pequeñas mentiras, grandísimas falsedades, negociaciones ocultas, ocultos intereses... Seguro que no difiere mucho de la política francesa, la estadounidense, la italiana o la alemana, pero la hispana es una tribu indígena aparte y como tal hay que aproximarse a ella.

En 1982, el hoy histórico Felipe González accedía con un respaldo abrumador a la presidencia del Gobierno, relevando en La Moncloa y en la mayoría parlamentaria al partido que fundara Adolfo Suárez y dejando atrás un ‘tejerazo’ que amenazó con retrotraernos al pasado. Pronto empezaron a asomar por la manga del mago las cartas marcadas del mandamás de Ferraz. En 1986, González convocó un referéndum para decidir sobre la permanencia o no de España en la Organización del Tratado del Atlantico Norte. El abogado sevillano, cuando estaba en la oposición, había mostrado su parecer al respecto con un contundente lema: “OTAN, de entrada no”. El fallecido cantautor Javier Krahe, hombre de izquierdas y defensor del otrora clandestino ‘Isidoro’, se encargó de recordárselo al dirigente socialista en un tema, 'Cuervo ingenuo', que fue censurado en un concierto de Joaquín Sabina emitido en directo por RTVE. Mordazas siempre hubo

"Tú decir que si te votan; tú sacarnos de la OTAN; tú convencer mucha gente; tú ganar gran elección; ahora tú mandar nación; ahora tú ser presidente"

Krahe le ‘partía la cara’ a González por haber engañado al electorado. Sin piedad, le hacia un traje a medida y le cantaba las cuarenta: las mismas cuarenta que no podían, sabían o se atrevían a lanzarle a la cara los simpatizantes socialistas y un puñado de su militancia.

"Hoy decir que esa alianza / ser de toda confianza / incluso muy conveniente / lo que antes ser muy mal / permanecer todo igual / y hoy resultar excelente"

España decidió, con todo, permanecer en la OTAN, siguiendo la recomendación electoral de Felipe González. El espaldarazo por escasa diferencia le creó un cisma interno importante al PSOE y fugas de militantes. Pero Felipe se había salido con la suya. Cambió de opinión -o desde el Ejecutivo vio las cosas de otra forma- y no perdió la mochila por el camino, que algún riesgo había.

"Hombre blanco hablar con lengua de serpiente / hombre blanco hablar con lengua de serpiente / 'Cuervo ingenuo' no fumar / la pipa de la paz con tú / por Manitú, / por Manitú”

Hoy, en 2019, algunos españoles vuelven a verse reflejados en aquel 'Cuervo ingenuo', que se gastaba una mala leche tremenda. Votantes anónimos -que no militantes, aunque puede que también-, socialistas ideológicos y de corazón han recibido como una estafa el pacto PSOE-Unidas Podemos que tantos miedos nocturnos le generaba a Pedro Sanchez, quien llegó a decir que no podría dormir tranquilo con los de Pablo Iglesias en el Ejecutivo. Krahe habría dicho, con su sorna característica y dándole una calada al cigarro, que antes al presidente le parecía un despropósito liarse con UP, aunque después no le importase caer en público concubinato. Hay una versión de 'Cuervo ingenuo' en la que colabora Pablo Iglesias; cosas de la vida.

Otra cosa, más a más, es la partida de ajedrez que Sánchez juega con los independentistas catalanes. En las jornadas previas a las elecciones del 10-N, el presidente en funciones se apartaba de los secesionistas catalanes, de sus presos y de cualquier forma de ruptura con el Estado. Hoy, negociadores de ERC y PSOE se reúnen y avanzan en las negociaciones entre ambas formaciones, con la finalidad de que los republicanos faciliten la investidura del socialista. Otro jarro de agua fría para el 'Cuervo ingenuo' hispano.

El presidente en funciones nos ha regalado dos enmienda a sí mismo; no iba a ser menos que Felipe, que por cierto se revuelve contra las maniobras de Pedro Sánchez, al igual que Alfonso Guerra y otros iconos del socialismo. En política los errores se pagan caros; que se lo digan a Albert Rivera, cuyas equivocaciones han mandado a Ciudadanos a hacer gárgaras. Por eso está ahí Inés Arrimadas tratando de pintar algo sin tener brocha.

Podría haber fumata blanca para sacar adelante un Gobierno de coalición, en el que se sentará Iglesias, al que no le entra la risa cuando alaba a la Princesa Leonor por su saber estar y por hablar en catalán con soltura -no como aquel presidente que lo practicaba en la intimidad- y defiende que la Monarquía no está en decadencia.

Iglesias va a comerse sus palabras hasta que le pete el estómago. Ahora, el líder morado se echa unas risas con los de Vox y los de Cs, que hay que empezar a utilizar los modales y sacar a relucir la mano izquierda. Tanto de lo mismo les podría pasar a los republicanos de ERC, que lo mismo se conforman con una foto navideña de familia, con sus suegras, sus insoportables cuñados y la tía Rosa de Santander. En espera, claro, de recibir más y más.

Eso, o Sánchez nos ha vuelto a engañar a todos, y a Unidas Podemos y Esquerra, también. El 'Cuervo ingenuo' no está en extinción ni mucho menos: que lo sepan en la Cumbre del Clima.

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