Reuniones maratonianas para prorrogar los ERTE

​Así cedió CEOE: cuatro horas de comité y llamadas de Sánchez y Díaz a Garamendi

Antonio Garamendi y Yolanda Díaz
Antonio Garamendi y Yolanda Díaz

Los empresarios tenían que posicionarse sobre el acuerdo alcanzado con el Gobierno y los sindicatos para prorrogar los expedientes de regulación temporal de empleo más allá del estado de alarma. El documento llegaba caliente a la reunión telemática entre los líderes patronales, que se daban cita a las 9 de la mañana del viernes. Los técnicos del diálogo social no dieron por concluida la negociación hasta las 3 de la madrugada y el Ministerio de Trabajo estuvo puliendo el documento toda la noche. A primera hora del día de ayer arrancaba uno de los Comités Ejecutivos más tensos que se recuerdan en la CEOE. Se alargó más de cuatro horas, solo interrumpidas por las llamadas del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, a Antonio Garamendi desde el Consejo de Ministros que, en paralelo, se estaba celebrando en el Palacio de la Moncloa. 

Para comprender lo que sucedió ayer en la reunión telemática del Comité Ejecutivo de la CEOE hay que remontarse días atrás. Gobierno, patronal y sindicatos han estado en contacto permanente esta semana para pactar las condiciones de la prórroga de los ERTE. "Han sido reuniones maratonianas", definen fuentes del diálogo social. Solo el jueves estuvieron negociando durante más de diez horas. El Ministerio de Trabajo tenía prisa por cerrar un acuerdo, pero había mucho que pulir. El miércoles los empresarios habían dejado claro que no firmarían ningún documento que impusiese la prohibición de los despidos, el caballo de batalla de Díaz, que finalmente accedió a suavizar la cláusula de mantenimiento del empleo que obliga a las compañías a conservar sus plantillas durante los seis meses posteriores al ERTE.

Hasta cuatro reuniones coincidieron el viernes. Los más madrugadores, la CEOE, que convocó a su Comité Ejecutivo a las 9:00, y UGT, que celebró su Consejo Confederal a la misma hora. A las 11:00 reunía a los suyos CCOO y sobre esa hora arrancaba el Consejo de Ministros. Fuentes sindicales que prefieren no entrar en la intrahistoria del acuerdo se limitan a afirmar que sus citas transcurrieron sin mayor complicación. Ambas organizaciones valoraron y ratificaron sin aparente oposición interna el preacuerdo alcanzado con el Gobierno y la patronal la noche anterior. Una percepción completamente distinta trasladan desde la organización empresarial fuentes presentes en el encuentro telemático que hablan de "momentos de mucha tensión" y "posiciones categóricas" de sectores y territorios. Admiten que hubo puntos en los que parecía que el pacto corría el riesgo de no aprobarse.

Algunos desde casa, otros desde el despacho e incluso alguna intervención más propia de una declaración institucional, con banderas nacionales y regionales posando de fondo, que de una reunión de la cúpula empresarial. Es la imagen que captaban las pantallas de los 'capos' de la CEOE. No era el caso de Garamendi, según relatan fuentes patronales que describen lo que después pudieron comprobar los periodistas durante una rueda de prensa telemática. El presidente de la CEOE se conectó desde su casa, en una suerte de despacho con "una mesa de cristal de fondo, una impresora, una pantalla en desuso... y una cortina blanca". Más allá de lo anecdótico, quien define la escena revela que durante las más de cuatro horas de Comité Garamendi se ausentó en más de una, dos y tres ocasiones para hablar por teléfono. 

GARAMENDI TVE
Antonio Garamendi, en rueda de prensa telemática / TVE

¿Quién llamaba al líder de la patronal en plena reunión para decidir sobre el futuro de los ERTE? Nada menos que el presidente del Gobierno y la ministra de Trabajo, según comentó el propio Garamendi a los miembros del Comité Ejecutivo, siempre de acuerdo con la versión que trasladan algunos de los presentes en el encuentro telemático. "Ha habido unas presiones brutales, le han apretado muchísimo", valora un empresario que prefiere mantenerse como fuente anónima ante las insistentes peticiones de Garamendi a los suyos de no airear las 'intimidades' de la organización fuera de casa. 

¿A qué se debían estas llamadas? Desde el flanco empresarial del diálogo social concluyen que la 'guardia pretoriana' de Sánchez tiene línea directa con el Comité Ejecutivo de la CEOE y dan por hecho que desde dentro de la reunión se estaba radiando el 'minuto y resultado' de las conversaciones. El Consejo de Ministros había empezado sin garantías de éxito respecto al acuerdo para prorrogar los ERTE, porque ni la patronal ni los sindicatos habían hecho público todavía el sentido de su voto. No fue hasta pasada la una de la tarde, al filo de la conclusión de la reunión del Gobierno, cuando los interlocutores sociales manifestaron su respaldo al acuerdo.

Retraso en la aprobación

De hecho, el Consejo de Ministros extraordinario de este viernes no oficializó el acuerdo de los ERTE y se limitó a dar el visto bueno a la prórroga del estado de alarma. Díaz anunció el pacto alcanzado y dejó caer que el protagonismo de la firma recaería sobre los interlocutores sociales y el presidente del Gobierno, por lo que se espera que en algún momento se hagan la foto, según confirman fuentes gubernamentales, antes del martes, que es cuando se aprobará el real decreto ley para su publicación en el BOE. Desde el Ministerio de Trabajo aseguran que sí daba tiempo a aprobarlo este viernes, pero se ha pospuesto "por deferencia a los agentes sociales", para "darles margen" para firmar.

Fuentes empresariales consideran "sospechoso" este movimiento por parte del Ejecutivo. No comprenden "a qué venían tantas prisas" para cerrar el acuerdo... si no se iba a aprobar hasta la semana que viene. De hecho, a última hora de la tarde del viernes los empresarios todavía no tenían a su disposición el documento final que regula los ERTE post estado de alarma, por lo que no se descartan modificaciones en algunos de los planteamientos que ya se han ido haciendo públicos. En cualquier caso, creen que este retraso "no es buena señal". 

Los máximos representantes del tejido empresarial y productivo español están nerviosos, y así quedó patente durante la reunión que mantuvieron ayer por la mañana. Lo que más les preocupa es la obligación de mantener las plantillas que, aunque suavizada en parte, sigue manteniendo el Gobierno para los seis meses posteriores al ERTE. Aunque el Ejecutivo va a poner en marcha una serie de bonificaciones para las empresas que vayan recuperando a sus trabajadores, hay determinados sectores que ya advierten de que, en tales condiciones, no es que vayan a experimentar mermas de beneficios sino que, directamente, van a tener que echar el cierre.

Así se lo trasladaron a Garamendi los representantes de sectores potentes como la hostelería, el turismo o el automóvil, que fueron categóricos en su oposición al acuerdo, aunque tuvieron que apoyarlo en bloque porque, finalmente, se decidió que no hubiera votación de los miembros del Comité. También abrieron fuego algunas organizaciones territoriales que se posicionaron en contra de manera firme, como la catalana Foment del Treball o la madrileña CEIM, pasando por las patronales de Canarias y Baleares, especialmente inquietas por la situación a la que se va a enfrentar el turismo en las islas durante este verano que ya dan por perdido. Todo, siempre según trasladan fuentes empresariales.

Sin apoyo parlamentario

Entre quejas, reproches, advertencias y llamadas puntuales desde La Moncloa, Garamendi también reveló que las enmiendas a la cláusula de salvaguarda del empleo que buscaban introducir a los proyectos legislativos en trámite en el Congreso de los Diputados no han obtenido ningún respaldo. La oposición, incluido el PP, Vox o el PNV, e incluso Ciudadanos -que ha puesto la prórroga de los ERTE como condición a su apoyo al estado de alarma- no han querido apoyar a los empresarios en su intención de levantar la prohibición de despedir "por miedo escénico", piensan en la CEOE. Otro foco de presión para firmar el acuerdo con el Gobierno, según interpretan las fuentes consultadas.

Más de cuatro horas de Comité Ejecutivo dejaron una conclusión. Un dirigente empresarial apuntaba en una de sus intervenciones que seguramente los agentes sociales van a ser aplaudidos estos días por ser capaces de alcanzar los acuerdos a los que no han sabido llegar los políticos, pero en septiembre, cuando "vengan mal dadas", el clima será distinto. La ministra Díaz destacaba poco después en rueda de prensa que tanto la patronal como los sindicatos "han estado a la altura" de la situación, dejando a un lado las diferencias de sus "legítimos intereses"  para "salvar al país de esta crisis económica y social". 

El comunicado oficial deja claro que este no es el pacto que quería la patronal: "CEOE hubiese deseado vislumbrar un acuerdo a más largo plazo que hubiera dado seguridad y certidumbre a las empresas y a las personas trabajadoras, para acompañarlas en el proceso de recuperación total de la actividad. Sin embargo, dentro de los márgenes temporales y presupuestarios del Gobierno, los miembros del Comité entienden que este acuerdo, aunque no es el deseado, mejora la propuesta inicial, por lo que se ha decidido dar el visto bueno con el objetivo de aportar seguridad jurídica". Ahora miran a la comisión tripartita que vigilará la desescalada por sectores para introducir sus demandas de cara a la construcción de un marco más favorable a partir del 30 de junio.

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