Prevé unos ingresos récord

Garamendi espera un 'boom' de altas de empresas en la CEOE a lo largo de 2021

Saneadas las cuentas tras años de apreturas, la patronal plantea un presupuesto cercano a los 14 millones de euros y planea el mayor crecimiento de su estructura desde la crisis financiera

EFE
El presidente de CEOE, Antonio Garamendi.
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El pasado 9 de marzo CEOE anunciaba la integración en la que es de pleno derecho la mayor organización empresarial del país del fabricante coreano de dispositivos electrónicos Samsung. Con la incorporación del gigante tecnológico asiático la lista de empresas asociadas a la CEOE se situaba ya en 225, entre las que se cuentan las principales empresas españolas: Telefónica, Santander, BBVA, ACS, El Corte Inglés, Mercadona...En los últimos años, primero bajo el impulso de Juan Rosell y después de la mano de Antonio Garamendi, CEOE ha hecho lo posible por derribar ese lugar común de que era "una organización empresarial en la que no había empresarios" y por abrir sus puertas a las mayores empresas que operan en España, como una forma de apuntalar su representatividad - cuestionada en algunos momentos - y de evitar situaciones como las que dieron lugar en su día a la formación del ya desaparecido Consejo Empresarial para la Competitividad.

2021 va a ser un año clave en esa estrategia. Antonio Garamendi someterá a la próxima Junta Directiva de la organización empresarial unos presupuestos que descuentan un crecimiento histórico de las aportaciones empresariales a la cuenta de ingresos de la patronal de más del 11%, lo que anticipa una afiliación sin precedentes de empresas a la CEOE. En 2021, la organización empresarial prevé unos ingresos por aportaciones de empresas individuales de 6,1 millones de euros, ya casi al mismo nivel de los que obtiene por las tradicionales cuotas que se cobran a las organizaciones empresariales integradas en CEOE: 6,6 millones de euros. Un dato. En 2015, justo antes de que Rosell activara la estrategia para atraer a las empresas a CEOE los ingresos procedentes de aportaciones de empresas eran apenas de 4,2 millones de euros. Desde entonces su importe se ha incrementado en un 45%, en los dos últimos años, con Garamendi, lo han hecho un 22%.

No es extraño que con estas cifras, que ya casi equilibran la aportación a los presupuestos de la patronal de las organizaciones miembro y de las empresas, Garamendi haya decidido desempolvar el proyecto de reforma estatutaria para permitir el acceso de representantes de empresas a los máximos órganos ejecutivos de la organización, reservados a día de hoy a las organizaciones empresariales, como ya avanzó La Información

El presidente de CEOE planteó en la última reunión del Comité Ejecutivo una reforma de estatutos que abriría a las empresas las puertas del principal órgano de gobierno y decisión de la patronal, la Asamblea General, aunque con un límite a su representatividad en la misma que no podría superar el 20% o el 25% para preservar la naturaleza histórica de patronal de patronales de la CEOE. Además el coste de cada vocalía en la Asamblea no sería de 9.000 euros, como ocurre en la actualidad, sino que se acercaría al triple de esa cuantía. 

Dispositivos de cautela para modular el poder de decisión de las empresas particulares y también para preservar la cuota de poder e influencia de las organizaciones territoriales y sectoriales, cuyo principal temor es que las empresas abandonen sus referentes sectoriales y territoriales una vez que tengan la oportunidad de operar e influir de forma directa desde los órganos de gobierno. No obstante, el rechazo con el que recibieron las primeras propuestas de Juan Rosell se ha ido moderando con el paso del tiempo, en parte por la evidencia de que la contribución económica de las empresas ha sido fundamental para estabilizar la situación financiera de la organización y que esa aportación debe garantizarles cierta influencia interna.

El mayor crecimiento desde la crisis

CEOE ha conseguido sacudirse al fin las apreturas financieras que le llevaron a vivir varios ejercicios en el alambre e incluso a adoptar soluciones financieras de emergencia para no caer en causa de disolución. Buena parte de este alivio se debe a la resolución favorable del litigio por más de 12 millones de euros que mantenía con el Ministerio de Trabajo a cuenta del presunto uso indebido de unos fondos de formación y que llenaba de incertidumbre el futuro de la principal organización empresarial del país. El Ministerio dio por acreditados alrededor de ocho millones de euros de esas cantidades y ha ido reintegrando esos fondos a lo patronal, que ahora litiga en la Audiencia Nacional por los 4,4 millones de euros restantes.

Olvidadas esas turbulencias, CEOE ha planeado para 2021 el mayor impulso a su estructura desde que la gran crisis financiera inaugurara la época de los recortes, también en la principal organización empresarial del país. Para 2021 la patronal ha planteado un presupuesto cercano a los 14 millones de euros, con un crecimiento del 10% en el gasto de personal de estructura sin precedentes en los últimos años. CEOE, que durante los últimos meses ha ensanchado su cartera de servicios a empresas, especialmente en el marco del Plan de Recuperación y el reparto de los fondos europeos, se prepara para crecer como no lo ha hecho en casi una década.

El crecimiento no se limita a la estructura propia de la organización empresarial. El año pasado CEOE multiplicó por cinco la asignación para la Fundación CEOE, al calor del aterrizaje en la organización de la exministra de Empleo, Fátima Báñez, y de la apuesta del equipo de Antonio Garamendi por dar más visibilidad a su fundación en aspectos como la formación de directivos y el liderazgo femenino.

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